/ sábado 4 de junio de 2022

Bajezas politiqueras

Le dan el último balazo a la política y la entierran en un mar de lodo, del que difícilmente se librará la oposición, en este sexenio. AMLO es capaz de sumir hasta lo más profundo de la ignominia, a cualquiera que se rebele ante sus caprichos y espeluznantes necedades. El expediente del actual presidente del PRI, es el mejor ejemplo.

El conocido como Alito, de apellido Moreno, osó contradecir al emperador de Palacio Nacional, en su decisión de que se aprobara una Reforma Eléctrica, perjudicial en todos los sentidos, pero al gusto y tamaños de su ignorancia.

En los foros que se tuvieron en el congreso, los expertos argumentaron los efectos negativos de la desastrosa propuesta, sin el mínimo éxito. Como todo lo que resuelven las fracciones morenacas de diputados y senadores, quisieron pasarla sin “moverle una coma”, de acuerdo a las órdenes del gurú.

Para fortuna de todos, les fue imposible alcanzar la mayoría necesaria para modificar la Constitución, gracias a la alianza de los partidos de oposición que, en bloque, votaron en contra.

Según las malas lenguas, Alito ya había acordado facilitarles a los guindas el apoyo de un buen número de los legisladores del tricolor, a cambio de ciertas prebendas, como lo podía ser la gubernatura de Hidalgo. A la hora de la hora, ninguno de sus diputados cambió de parecer y todos sufragaron como se había acordado con el PAN, PRD y MC.

La ira del habitante palaciego fue notoria y pública. Les llamó “traidores a la patria” y quien sabe cuantos más epítetos. Amenazó con exhibir los nombres de quienes le habían dicho no a su iniciativa y aún ahora el oportunista del mandamás de su partido, acusa a los legisladores en la Fiscalía General de la República, por el delito, ¡inexistente!, de…traición a la patria. Ignora la Carta Magna que, en el Artículo 61 establece que nadie puede acusar a un legislador por emitir su voto como se le de su gana ni por sus opiniones, dichos y demás declaraciones que salgan de su boca.

En el embrollo y con el sello de la venganza propio del tlatoani, apareció la desgobernadora de Campeche, el horror de Layda Sansores (Corrupta hasta las cachas), a difundir unas grabaciones de telefonazos de Alito, en sus tiempos de mandamás de aquel estado. En ellas aparece como acreedor de tres delitos: enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y defraudación fiscal.

Alito responde con la llamada que, a su vez, le hizo el actual senador del Verde, Manuel Velasco, en la que le transmite un mensaje del secretario de gobernación, Adán Augusto López: si no hay voto a favor de la reforma eléctrica, se le “van a ir con todo”. La llamada deja en claro la línea del tabasqueño mayor -AMLO- a la Sansores campechana. La amenaza, según lo dicho por Velasco (Inmiscuido en los múltiples donativos de su funcionario, David León, al hermano Pío de AMLO, entre otros de sus allegados y como donativos a sus campañas). Velasco fue el encargado de arrimar egl Verde Ecologista a Morena, en plena traición a sus siglas tricolores.

Son de náusea, los unos y los otros. Alito es por completo indefendible y lo menos que podía hacer era dejar el cargo del PRI, al que perjudica gravemente con su sola presencia. Lo del tlatoani es la confirmación de su espíritu vengativo y sucio, proclive a lastimar a todo aquel que se oponga a sus deseos. En manos de estos deplorables personajes está México. ¿Podemos esperar algo bueno, como sociedad?

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Le dan el último balazo a la política y la entierran en un mar de lodo, del que difícilmente se librará la oposición, en este sexenio. AMLO es capaz de sumir hasta lo más profundo de la ignominia, a cualquiera que se rebele ante sus caprichos y espeluznantes necedades. El expediente del actual presidente del PRI, es el mejor ejemplo.

El conocido como Alito, de apellido Moreno, osó contradecir al emperador de Palacio Nacional, en su decisión de que se aprobara una Reforma Eléctrica, perjudicial en todos los sentidos, pero al gusto y tamaños de su ignorancia.

En los foros que se tuvieron en el congreso, los expertos argumentaron los efectos negativos de la desastrosa propuesta, sin el mínimo éxito. Como todo lo que resuelven las fracciones morenacas de diputados y senadores, quisieron pasarla sin “moverle una coma”, de acuerdo a las órdenes del gurú.

Para fortuna de todos, les fue imposible alcanzar la mayoría necesaria para modificar la Constitución, gracias a la alianza de los partidos de oposición que, en bloque, votaron en contra.

Según las malas lenguas, Alito ya había acordado facilitarles a los guindas el apoyo de un buen número de los legisladores del tricolor, a cambio de ciertas prebendas, como lo podía ser la gubernatura de Hidalgo. A la hora de la hora, ninguno de sus diputados cambió de parecer y todos sufragaron como se había acordado con el PAN, PRD y MC.

La ira del habitante palaciego fue notoria y pública. Les llamó “traidores a la patria” y quien sabe cuantos más epítetos. Amenazó con exhibir los nombres de quienes le habían dicho no a su iniciativa y aún ahora el oportunista del mandamás de su partido, acusa a los legisladores en la Fiscalía General de la República, por el delito, ¡inexistente!, de…traición a la patria. Ignora la Carta Magna que, en el Artículo 61 establece que nadie puede acusar a un legislador por emitir su voto como se le de su gana ni por sus opiniones, dichos y demás declaraciones que salgan de su boca.

En el embrollo y con el sello de la venganza propio del tlatoani, apareció la desgobernadora de Campeche, el horror de Layda Sansores (Corrupta hasta las cachas), a difundir unas grabaciones de telefonazos de Alito, en sus tiempos de mandamás de aquel estado. En ellas aparece como acreedor de tres delitos: enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y defraudación fiscal.

Alito responde con la llamada que, a su vez, le hizo el actual senador del Verde, Manuel Velasco, en la que le transmite un mensaje del secretario de gobernación, Adán Augusto López: si no hay voto a favor de la reforma eléctrica, se le “van a ir con todo”. La llamada deja en claro la línea del tabasqueño mayor -AMLO- a la Sansores campechana. La amenaza, según lo dicho por Velasco (Inmiscuido en los múltiples donativos de su funcionario, David León, al hermano Pío de AMLO, entre otros de sus allegados y como donativos a sus campañas). Velasco fue el encargado de arrimar egl Verde Ecologista a Morena, en plena traición a sus siglas tricolores.

Son de náusea, los unos y los otros. Alito es por completo indefendible y lo menos que podía hacer era dejar el cargo del PRI, al que perjudica gravemente con su sola presencia. Lo del tlatoani es la confirmación de su espíritu vengativo y sucio, proclive a lastimar a todo aquel que se oponga a sus deseos. En manos de estos deplorables personajes está México. ¿Podemos esperar algo bueno, como sociedad?

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq