/ viernes 3 de agosto de 2018

Bartlett

En la vida pública lo más importante es tener claridad y cortar el ruido, un ejemplo de esto lo hemos visto en la última semana donde se han dado una serie de reacciones a la propuesta de nombrar a Manuel Bartlett al frente de la CFE, se han vertido adjetivos y argumentos basados en mitologías y lugares comunes ya aclarados desde hace muchos años.

Frente a este ruido, que busca evitar la reflexión sobre el tema de fondo que es que nadie, ni siquiera los malquerientes más apasionados, han señalado un hecho probado que cuestione su capacidad, compromiso y honestidad. En una de las trayectorias más largas de la vida pública en México, Bartlett nunca ha sido acusado de corrupto, aun cuando lleva años contra el sistema. Como senador ha mostrado una congruencia y consistencia innegable, un opositor férreo, macizo y una voz crítica permanente.

Nadie ha cuestionado con mayor vehemencia ni por más tiempo la política energética, vale la pena traer a la memoria que siendo senador del PRI presentó y ganó una controversia constitucional en contra de las intenciones violatorias de la Constitución del entonces presidente Vicente Fox para privatizar a la industria eléctrica, también se opuso a la reforma promovida por Felipe Calderón.

Ya como senador de Morena, ha sido impulsor de las medidas en defensa de la CFE y de PEMEX, combatió la Reforma Energética por sus repercusiones privatizadoras y antinacionalistas. Advirtió síntomas de una enfermedad mayor reflejada en los incrementos mensuales a los precios de la gasolina, diésel y gas LP.

Bartlett predijo el fracaso de la reforma, hoy comprobamos que el daño ocasionado por su aprobación fue mayor a los beneficios prometidos; abrió el debate sobre el futuro energético de México y llevó a la tribuna del Congreso de la Unión el descontento social. Tomando en cuenta el contexto internacional, Bartlett estará a cargo del diseño de una política energética basada en los intereses de los mexicanos y deberá plantear nuevas condiciones para celebrar contratos con proveedores y clientes.

El problema medular de la CFE hoy es su desarticulación con una política neoliberal y la gran corrupción que ahí existe. Frente a estos problemas, Bartlett es, sin duda, la decisión correcta. Estoy seguro que hará una gran labor en el combate a la corrupción al interior de la CFE, más allá de los señalamientos que hacen sus opositores, la defensa del senador se sustenta en su experiencia y en su visión patriota.

XXX TWITTER: @LuisHFernandez



En la vida pública lo más importante es tener claridad y cortar el ruido, un ejemplo de esto lo hemos visto en la última semana donde se han dado una serie de reacciones a la propuesta de nombrar a Manuel Bartlett al frente de la CFE, se han vertido adjetivos y argumentos basados en mitologías y lugares comunes ya aclarados desde hace muchos años.

Frente a este ruido, que busca evitar la reflexión sobre el tema de fondo que es que nadie, ni siquiera los malquerientes más apasionados, han señalado un hecho probado que cuestione su capacidad, compromiso y honestidad. En una de las trayectorias más largas de la vida pública en México, Bartlett nunca ha sido acusado de corrupto, aun cuando lleva años contra el sistema. Como senador ha mostrado una congruencia y consistencia innegable, un opositor férreo, macizo y una voz crítica permanente.

Nadie ha cuestionado con mayor vehemencia ni por más tiempo la política energética, vale la pena traer a la memoria que siendo senador del PRI presentó y ganó una controversia constitucional en contra de las intenciones violatorias de la Constitución del entonces presidente Vicente Fox para privatizar a la industria eléctrica, también se opuso a la reforma promovida por Felipe Calderón.

Ya como senador de Morena, ha sido impulsor de las medidas en defensa de la CFE y de PEMEX, combatió la Reforma Energética por sus repercusiones privatizadoras y antinacionalistas. Advirtió síntomas de una enfermedad mayor reflejada en los incrementos mensuales a los precios de la gasolina, diésel y gas LP.

Bartlett predijo el fracaso de la reforma, hoy comprobamos que el daño ocasionado por su aprobación fue mayor a los beneficios prometidos; abrió el debate sobre el futuro energético de México y llevó a la tribuna del Congreso de la Unión el descontento social. Tomando en cuenta el contexto internacional, Bartlett estará a cargo del diseño de una política energética basada en los intereses de los mexicanos y deberá plantear nuevas condiciones para celebrar contratos con proveedores y clientes.

El problema medular de la CFE hoy es su desarticulación con una política neoliberal y la gran corrupción que ahí existe. Frente a estos problemas, Bartlett es, sin duda, la decisión correcta. Estoy seguro que hará una gran labor en el combate a la corrupción al interior de la CFE, más allá de los señalamientos que hacen sus opositores, la defensa del senador se sustenta en su experiencia y en su visión patriota.

XXX TWITTER: @LuisHFernandez