/ jueves 8 de febrero de 2018

Bases y desafíos del crecimiento

El año 2017 inició con una expectativa de incertidumbre provocada por el contexto internacional y, sobre todo, por el cambio de gobierno en los Estados Unidos de América, así como los cuestionamientos del gobierno entrante a la situación comercial y al fenómeno migratorio que caracterizan a la relación entre México y ese país. Sin embargo, a pesar de la situación de incertidumbre existente, el trabajo de los mexicanos permitió mantener cifras positivas de crecimiento, además de alcanzar objetivos fundamentales en materia de finanzas públicas.

La información dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Secretaria de Hacienda y Crédito Público(SHCP), da cuenta de una economía que sigue creciendo y que mantiene bajo control las principales variables financieras vinculadas a las finanzas públicas.

En materia de crecimiento es notable que salvo la problemática petrolera que afecta a las actividades industriales, las diferentes actividades de servicios y agropecuarias continuaron expandiéndose. Asimismo, dentro de las actividades industriales la manufactura y sus exportaciones siguieron mostrando comportamientos favorables. La estimación oportuna de crecimiento de 2017 arroja una cifra de 2.1% anual.  A este resultado hay que agregar que aún con el ambiente de incertidumbre provocado por el proceso de revisión y modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte(TLCAN), el resultado de la más reciente licitación de campos petroleros, confirmó un nuevo compromiso de inversión productiva en el sector de la energía con lo cual se continúan abriendo perspectivas favorables de inversión y con ello de expansión de las actividades económicas en sectores y regiones que hoy requieren de ella.

Por otra parte, la SHCP dio a conocer resultados alentadores en materia de  finanzas públicas. Al cuarto trimestre de 2017 se observa el cumplimiento de los objetivos que se trazó la autoridad hacendaria en materia de reducción del déficit y de la deuda. Las cifras dadas a conocer indican una reducción del déficit público de  2.8% del Producto Interno Bruto(PIB) en 2016 a 1.1% del producto en 2017.  Al mismo tiempo, la participación de la deuda pública en el producto se redujo de 48.4% en 2016 a 46.5% en 2017. Este comportamiento permitió que se alcanzara el tercer objetivo que era el de obtener un superávit primario (Esto es, descontando el pago de intereses el ingreso fue superior al gasto) el cual fue de 1.4% del PIB.   El comportamiento de la recaudación y los recursos remanentes del Banco de México contribuyeron a alcanzar los objetivos macroeconómicos trazados.

En suma, en 2017, aún con un entorno de incertidumbre, la economía siguió creciendo y generando empleos, las finanzas públicas continuaron mostrando fortaleza y compromiso con la estabilidad y la inversión extranjera continuó fluyendo y estableciendo compromisos que incidirán en la creación de activos y en el crecimiento económico.

Este comportamiento de la economía además de traer consigo los beneficios en materia de empleo ya comentados este espacio, también indica que bajo la estrategia seguida por el Gobierno de la República se han ido sorteando los momentos de incertidumbre derivados del clima de negociación del TLCAN. Asimismo, es de destacar que las prioridades en materia social no han cambiado y que se continúan impulsando acciones a favor de la inclusión social.

De este modo, a pesar de los augurios poco favorables de principios de 2017, es de destacar que hubo resultados positivos en materia de crecimiento, empleo, finanzas públicas y desarrollo social.  El reto que sigue es poder mantener una dinámica de crecimiento acorde con las necesidades de empleo de la población y congruente con las exigencias de una economía global que avanza privilegiando el desarrollo de nuevos sectores basados en la tecnología y el conocimiento.

Al mismo tiempo, el tipo de crecimiento necesario debe involucrar un crecimiento más homogéneo de la actividad económica a lo largo y ancho del territorio nacional.                  Se debe evitar el crecimiento polarizado entre regiones y entre sectores, a fin de que la economía mexicana pueda estar cada vez más integrada y con una base de crecimiento del mercado interno que sea reflejo de la mejoría en las condiciones de vida de la población.

Las bases para el crecimiento homogéneo están dadas, ahora hay que garantizar que la ventana de oportunidad que da la base económica y social, creada en los últimos años, sea cabalmente aprovechada y que tanto la inversión pública como la privada sigan fluyendo para que terminen por consolidar la dinámica de crecimiento que el país necesita a fin de enfrentar los desafíos futuros de la globalización económica en condiciones de equidad e inclusión social.

Exdirectora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

 

 

El año 2017 inició con una expectativa de incertidumbre provocada por el contexto internacional y, sobre todo, por el cambio de gobierno en los Estados Unidos de América, así como los cuestionamientos del gobierno entrante a la situación comercial y al fenómeno migratorio que caracterizan a la relación entre México y ese país. Sin embargo, a pesar de la situación de incertidumbre existente, el trabajo de los mexicanos permitió mantener cifras positivas de crecimiento, además de alcanzar objetivos fundamentales en materia de finanzas públicas.

La información dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Secretaria de Hacienda y Crédito Público(SHCP), da cuenta de una economía que sigue creciendo y que mantiene bajo control las principales variables financieras vinculadas a las finanzas públicas.

En materia de crecimiento es notable que salvo la problemática petrolera que afecta a las actividades industriales, las diferentes actividades de servicios y agropecuarias continuaron expandiéndose. Asimismo, dentro de las actividades industriales la manufactura y sus exportaciones siguieron mostrando comportamientos favorables. La estimación oportuna de crecimiento de 2017 arroja una cifra de 2.1% anual.  A este resultado hay que agregar que aún con el ambiente de incertidumbre provocado por el proceso de revisión y modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte(TLCAN), el resultado de la más reciente licitación de campos petroleros, confirmó un nuevo compromiso de inversión productiva en el sector de la energía con lo cual se continúan abriendo perspectivas favorables de inversión y con ello de expansión de las actividades económicas en sectores y regiones que hoy requieren de ella.

Por otra parte, la SHCP dio a conocer resultados alentadores en materia de  finanzas públicas. Al cuarto trimestre de 2017 se observa el cumplimiento de los objetivos que se trazó la autoridad hacendaria en materia de reducción del déficit y de la deuda. Las cifras dadas a conocer indican una reducción del déficit público de  2.8% del Producto Interno Bruto(PIB) en 2016 a 1.1% del producto en 2017.  Al mismo tiempo, la participación de la deuda pública en el producto se redujo de 48.4% en 2016 a 46.5% en 2017. Este comportamiento permitió que se alcanzara el tercer objetivo que era el de obtener un superávit primario (Esto es, descontando el pago de intereses el ingreso fue superior al gasto) el cual fue de 1.4% del PIB.   El comportamiento de la recaudación y los recursos remanentes del Banco de México contribuyeron a alcanzar los objetivos macroeconómicos trazados.

En suma, en 2017, aún con un entorno de incertidumbre, la economía siguió creciendo y generando empleos, las finanzas públicas continuaron mostrando fortaleza y compromiso con la estabilidad y la inversión extranjera continuó fluyendo y estableciendo compromisos que incidirán en la creación de activos y en el crecimiento económico.

Este comportamiento de la economía además de traer consigo los beneficios en materia de empleo ya comentados este espacio, también indica que bajo la estrategia seguida por el Gobierno de la República se han ido sorteando los momentos de incertidumbre derivados del clima de negociación del TLCAN. Asimismo, es de destacar que las prioridades en materia social no han cambiado y que se continúan impulsando acciones a favor de la inclusión social.

De este modo, a pesar de los augurios poco favorables de principios de 2017, es de destacar que hubo resultados positivos en materia de crecimiento, empleo, finanzas públicas y desarrollo social.  El reto que sigue es poder mantener una dinámica de crecimiento acorde con las necesidades de empleo de la población y congruente con las exigencias de una economía global que avanza privilegiando el desarrollo de nuevos sectores basados en la tecnología y el conocimiento.

Al mismo tiempo, el tipo de crecimiento necesario debe involucrar un crecimiento más homogéneo de la actividad económica a lo largo y ancho del territorio nacional.                  Se debe evitar el crecimiento polarizado entre regiones y entre sectores, a fin de que la economía mexicana pueda estar cada vez más integrada y con una base de crecimiento del mercado interno que sea reflejo de la mejoría en las condiciones de vida de la población.

Las bases para el crecimiento homogéneo están dadas, ahora hay que garantizar que la ventana de oportunidad que da la base económica y social, creada en los últimos años, sea cabalmente aprovechada y que tanto la inversión pública como la privada sigan fluyendo para que terminen por consolidar la dinámica de crecimiento que el país necesita a fin de enfrentar los desafíos futuros de la globalización económica en condiciones de equidad e inclusión social.

Exdirectora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas