/ martes 20 de noviembre de 2018

Bazar de la cultura | El espectro del Museo Tecnológico

Por: Juan Amael Vizuet

Desde el Periférico se ve el esqueleto del Museo Tecnológico, semejante a una zona de desastre. En los patios fantasmas se apilan los Vagones de la Ciencia.

No muy lejos de donde permanece arrumbado el Tren Presidencial “Olivo”, que pocos años atrás el Mutec había restaurado cuidadosamente. Según las notas informativas de 2016, para el primer semestre de este 2018 ya iba a estar abierto el ultramoderno Museo de la Energía, en esos mismos terrenos de Chapultepec.

La demolición del primer museo interactivo de América Latina se anunció como si fuera una buena noticia. No lo era. Tampoco el costo de nueve mil millones de pesos, aprobado por la Cámara de Diputados para el Museo de la Energía, en una ciudad cuyo sistema de transporte colectivo, metro, sufre cortocircuitos a causa de su vetusto cableado y la falta de mantenimiento.

Hubo inconformidad entre el personal veterano de la institución que administraba el Mutec; argumentaron la tradición consolidada, la reciente renovación, el moderno planetario inaugurado apenas en 2009, el valor inapreciable de las colecciones. Nadie los escuchó, no hubo debates públicos. No hay registro de que algún intelectual haya defendido al museo. Los intereses involucrados en el “megaproyecto” eran demasiado poderosos.

En septiembre de 2016 se terminó la vida del Mutec. Sus colecciones se dispersaron. Hubo quien cuestionó el costo del proyecto, pero no el desastre cultural.

Como este columnista lo comentó hace un año, las solicitudes de información a las instituciones involucradas nunca recibieron respuesta.

Para diciembre de 2017 se admitió que no sería posible cumplir con los planes: se retiraron casi todas las empresas impulsoras. El opulento complejo no se podrá construir, se iba a entregar en etapas.

Para mayo de 2018, en una nota de Karol García se anunció que el nuevo conjunto se abriría a fines de 2018. Se informaba de los importantes avances en los trabajos; llegó noviembre y lo único visible desde el exterior es el espectro del Museo Tecnológico.

Aún existe su página de redes sociales. Notifica que permanece cerrado por “mantenimiento mayor”. Añade: “Agradecemos su comprensión, confianza y fidelidad”:

https://www.facebook.com/MuseoTecnologico.cfe/

Todavía la Guía Turística de Chapultepec menciona su planetario: “Cuenta con un proyector digital que permite hacer una representación gráfica bidimensional y tridimensional del universo entero (…) se encuentra a la altura de los utilizados en todas partes del mundo”.

http://www.chapultepec.com.mx/visita.asp?Lugar=9

El dispendio es evidente, la catástrofe cultural también. Otro naufragio primermundista para un país con graves carencias.

¿Y si se suspende el “megaproyecto” para reconstruir el Museo Tecnológico? ¿Qué dice la nueva administración federal?

Por: Juan Amael Vizuet

Desde el Periférico se ve el esqueleto del Museo Tecnológico, semejante a una zona de desastre. En los patios fantasmas se apilan los Vagones de la Ciencia.

No muy lejos de donde permanece arrumbado el Tren Presidencial “Olivo”, que pocos años atrás el Mutec había restaurado cuidadosamente. Según las notas informativas de 2016, para el primer semestre de este 2018 ya iba a estar abierto el ultramoderno Museo de la Energía, en esos mismos terrenos de Chapultepec.

La demolición del primer museo interactivo de América Latina se anunció como si fuera una buena noticia. No lo era. Tampoco el costo de nueve mil millones de pesos, aprobado por la Cámara de Diputados para el Museo de la Energía, en una ciudad cuyo sistema de transporte colectivo, metro, sufre cortocircuitos a causa de su vetusto cableado y la falta de mantenimiento.

Hubo inconformidad entre el personal veterano de la institución que administraba el Mutec; argumentaron la tradición consolidada, la reciente renovación, el moderno planetario inaugurado apenas en 2009, el valor inapreciable de las colecciones. Nadie los escuchó, no hubo debates públicos. No hay registro de que algún intelectual haya defendido al museo. Los intereses involucrados en el “megaproyecto” eran demasiado poderosos.

En septiembre de 2016 se terminó la vida del Mutec. Sus colecciones se dispersaron. Hubo quien cuestionó el costo del proyecto, pero no el desastre cultural.

Como este columnista lo comentó hace un año, las solicitudes de información a las instituciones involucradas nunca recibieron respuesta.

Para diciembre de 2017 se admitió que no sería posible cumplir con los planes: se retiraron casi todas las empresas impulsoras. El opulento complejo no se podrá construir, se iba a entregar en etapas.

Para mayo de 2018, en una nota de Karol García se anunció que el nuevo conjunto se abriría a fines de 2018. Se informaba de los importantes avances en los trabajos; llegó noviembre y lo único visible desde el exterior es el espectro del Museo Tecnológico.

Aún existe su página de redes sociales. Notifica que permanece cerrado por “mantenimiento mayor”. Añade: “Agradecemos su comprensión, confianza y fidelidad”:

https://www.facebook.com/MuseoTecnologico.cfe/

Todavía la Guía Turística de Chapultepec menciona su planetario: “Cuenta con un proyector digital que permite hacer una representación gráfica bidimensional y tridimensional del universo entero (…) se encuentra a la altura de los utilizados en todas partes del mundo”.

http://www.chapultepec.com.mx/visita.asp?Lugar=9

El dispendio es evidente, la catástrofe cultural también. Otro naufragio primermundista para un país con graves carencias.

¿Y si se suspende el “megaproyecto” para reconstruir el Museo Tecnológico? ¿Qué dice la nueva administración federal?