/ martes 18 de febrero de 2020

Bazar de la Cultura | La crisis civilizatoria

Por: Juan Amael Vizzuett Olvera

“Casi todos los libros de los estudios de género culpan de la mayoría de los males de la sociedad a los hombres y al patriarcado”, declara la filósofaChristina Hoff Sommers a Bertha González de la Vega. Respecto alos asesinatos de mujeres en México, el diagnóstico de la perspectiva de géneroes invariable: todo se debe al patriarcado

La inconsistencia lógica es evidente: si el patriarcado, según los estudios de género, es tan antiguo como las pinturas de Altamira. ¿por qué los crímenes contra las mujeres han aumentado a partir de las décadas más recientes?

Hoff Sommers, con estadísticas en mano,cuestiona la existencia misma del patriarcado: “Los hombres deben ser la única clase opresora que tiene menos acceso a la educación, está más victimizada y vive menos años que aquéllas a quienes oprimen”.

Las terribles estadísticas sobre los asesinatos en México indican un incremento del 2.1 por ciento durante enero de 2020 respecto a 2019; pero siempre son muchos más los varones que mueren violentamente, un 88 por ciento en promedio.

Existe una tesis más sólidaque la difundida por los estudios de género y el feminismo radical, pero permanece ignota para el gran público: esta teoríaasevera que nos hallamos en unapeligrosaetapa de patología social denominadacrisis civilizatoria.

La crisis civilizatoria se relaciona con el final del Estado de bienestar y la implantación del nuevo modelo económico, basado en un recrudecimiento de la explotación del trabajo. El esquemaimpuso lo que denominabauna desregulación de la economía, lo que en los hechosexigió destruirlos tejidos comunitarios y familiares, privarlos de sus medios de subsistencia.

El incremento a niveles catastróficos en los asesinados de mujeres y hombres se inscribe dentro de esta crisis civilizatoria, que abarca la violencia en todos los ámbitos, las trata de personas, la expulsión de poblaciones,el crecimiento exponencial de la farmacodependencia, la expansión del crimen organizado, la divinización de los delincuentes y muchas otras manifestaciones, como los corridos del narco y el huachicol.

La nación, con sus tejidos socialesen andrajos, ve cómo se escarnecensus valores morales, mientras sus instrumentos de socialización civilizadora —la familia, la escuela, la comunidad, el trabajo, la religión, la cultura, el deporte— han quedado tan debilitados que millones de personas crecen sin integrarse a los valores y actividades de la civilización.

En tal escenario, los mecanismos seductores de la barbarie y el hampa —riqueza instantánea, pertenencia a bandasaterradoras, hedonismo, impunidad, armamento, vehículos ostentosos— actúan con eficacia y rapidez.

El vandalismo en nombre de causas noblesforma parte de esta barbarie,es uno de los frutos contrahechos de la crisis civilizatoria.

Por: Juan Amael Vizzuett Olvera

“Casi todos los libros de los estudios de género culpan de la mayoría de los males de la sociedad a los hombres y al patriarcado”, declara la filósofaChristina Hoff Sommers a Bertha González de la Vega. Respecto alos asesinatos de mujeres en México, el diagnóstico de la perspectiva de géneroes invariable: todo se debe al patriarcado

La inconsistencia lógica es evidente: si el patriarcado, según los estudios de género, es tan antiguo como las pinturas de Altamira. ¿por qué los crímenes contra las mujeres han aumentado a partir de las décadas más recientes?

Hoff Sommers, con estadísticas en mano,cuestiona la existencia misma del patriarcado: “Los hombres deben ser la única clase opresora que tiene menos acceso a la educación, está más victimizada y vive menos años que aquéllas a quienes oprimen”.

Las terribles estadísticas sobre los asesinatos en México indican un incremento del 2.1 por ciento durante enero de 2020 respecto a 2019; pero siempre son muchos más los varones que mueren violentamente, un 88 por ciento en promedio.

Existe una tesis más sólidaque la difundida por los estudios de género y el feminismo radical, pero permanece ignota para el gran público: esta teoríaasevera que nos hallamos en unapeligrosaetapa de patología social denominadacrisis civilizatoria.

La crisis civilizatoria se relaciona con el final del Estado de bienestar y la implantación del nuevo modelo económico, basado en un recrudecimiento de la explotación del trabajo. El esquemaimpuso lo que denominabauna desregulación de la economía, lo que en los hechosexigió destruirlos tejidos comunitarios y familiares, privarlos de sus medios de subsistencia.

El incremento a niveles catastróficos en los asesinados de mujeres y hombres se inscribe dentro de esta crisis civilizatoria, que abarca la violencia en todos los ámbitos, las trata de personas, la expulsión de poblaciones,el crecimiento exponencial de la farmacodependencia, la expansión del crimen organizado, la divinización de los delincuentes y muchas otras manifestaciones, como los corridos del narco y el huachicol.

La nación, con sus tejidos socialesen andrajos, ve cómo se escarnecensus valores morales, mientras sus instrumentos de socialización civilizadora —la familia, la escuela, la comunidad, el trabajo, la religión, la cultura, el deporte— han quedado tan debilitados que millones de personas crecen sin integrarse a los valores y actividades de la civilización.

En tal escenario, los mecanismos seductores de la barbarie y el hampa —riqueza instantánea, pertenencia a bandasaterradoras, hedonismo, impunidad, armamento, vehículos ostentosos— actúan con eficacia y rapidez.

El vandalismo en nombre de causas noblesforma parte de esta barbarie,es uno de los frutos contrahechos de la crisis civilizatoria.