/ domingo 28 de octubre de 2018

Botones de muestra de venalidad

Se comentaba el pasado martes 16 sobre la crucial importancia que tiene el poder mejorar radicalmente el funcionamiento del aparato gubernamental mexicano para lograr revertir el círculo vicioso del subdesarrollo y convertirlo en círculo virtuoso del desarrollo y cómo en Singapur se logró en forma ejemplar tal objetivo, mediante una estrategia exactamente contraria a la que el gobierno de AMLO está perfilando para México.

En lugar de castigar al crucial cuerpo de principales responsables del funcionamiento del aparato burocrático recortándolos y rebajándoles el salario, se les remuneró en forma competitiva; además ello se combinó garantizando el funcionamiento de un sistema de supervisión y control de la corrupción estrictamente comprometido con el logro de su objetivo de manera que cualquier desviación era sancionada con una severidad que aquí está muy lejos de vislumbrarse.

Citemos sólo algunos pequeños botones de muestra que aún antes de que comience el gobierno ya nos ha filtrado el inminente equipo gobernante: ante la evidente corrupción en que incurrió la entonces senadora por Morena en cuanto al abuso de gastos personales cargados a la cuenta del Senado de la hoy alcaldesa de Álvaro Obregón en el ex DF, Layda Sansores, exhibida y condenada en los medios de comunicación por sus excesos, el Presidente electo saltó en su defensa, declarando al lado de ella, con el fin de encubrir esos injustificables excesos.

Pero no se consideró suficiente, de manera que la designada como futura secretaria de la Función Pública, encargada expresamente de combatir la corrupción gubernamental, brincó también en defensa de la feroz crítica, cuando cuestiona la deshonestidad de otros, tratando de justificar lo injustificable. Se envió así un claro mensaje de que cuando la corrupción es nuestra, de nuestro partido, se puede ser bastante más tolerante y hasta dejarla en la impunidad.

Va en el mismo sentido el que la mayoría de Morena en el Congreso de Tabasco, con futuro gobernador también de Morena, aprobó una ley con la que se le permite al Ejecutivo eludir el control contra la corrupción que constituye la obligación de someter a licitación los contratos de adquisiciones y obras de mayor importancia, contando con el silencioso beneplácito del hambriento partido. Si fueran otros partidos los que hubiesen incurrido en ese despropósito, estaríamos ahora frente a estentóreos pero muy justificados reclamos de los propios morenistas.

Otros botones de muestra: el Director General del encomiable Instituto Mexicano para la Competitividad, Juan Ernesto Pardinas, ha citado un par de casos que reflejan ya las venales inclinaciones en el estilo de gobernar: “El compadrazgo y el dedazo marcan proyectos del próximo gobierno… El inminente mandatario anunció que los vagones del tren maya se van a construir por la empresa Bombardier y adjudicó al Banco Azteca, la emisión de tarjetas del bienestar para dispersar los apoyos sociales… La honestidad no se presume, se demuestra con hechos”.


amartinezv@derecho.unam.mx @AlejoMVendrell

El propietario del ahora privilegiado Banco Azteca, lo es también de TV Azteca e hizo méritos en campaña que se le reconocen.


Se comentaba el pasado martes 16 sobre la crucial importancia que tiene el poder mejorar radicalmente el funcionamiento del aparato gubernamental mexicano para lograr revertir el círculo vicioso del subdesarrollo y convertirlo en círculo virtuoso del desarrollo y cómo en Singapur se logró en forma ejemplar tal objetivo, mediante una estrategia exactamente contraria a la que el gobierno de AMLO está perfilando para México.

En lugar de castigar al crucial cuerpo de principales responsables del funcionamiento del aparato burocrático recortándolos y rebajándoles el salario, se les remuneró en forma competitiva; además ello se combinó garantizando el funcionamiento de un sistema de supervisión y control de la corrupción estrictamente comprometido con el logro de su objetivo de manera que cualquier desviación era sancionada con una severidad que aquí está muy lejos de vislumbrarse.

Citemos sólo algunos pequeños botones de muestra que aún antes de que comience el gobierno ya nos ha filtrado el inminente equipo gobernante: ante la evidente corrupción en que incurrió la entonces senadora por Morena en cuanto al abuso de gastos personales cargados a la cuenta del Senado de la hoy alcaldesa de Álvaro Obregón en el ex DF, Layda Sansores, exhibida y condenada en los medios de comunicación por sus excesos, el Presidente electo saltó en su defensa, declarando al lado de ella, con el fin de encubrir esos injustificables excesos.

Pero no se consideró suficiente, de manera que la designada como futura secretaria de la Función Pública, encargada expresamente de combatir la corrupción gubernamental, brincó también en defensa de la feroz crítica, cuando cuestiona la deshonestidad de otros, tratando de justificar lo injustificable. Se envió así un claro mensaje de que cuando la corrupción es nuestra, de nuestro partido, se puede ser bastante más tolerante y hasta dejarla en la impunidad.

Va en el mismo sentido el que la mayoría de Morena en el Congreso de Tabasco, con futuro gobernador también de Morena, aprobó una ley con la que se le permite al Ejecutivo eludir el control contra la corrupción que constituye la obligación de someter a licitación los contratos de adquisiciones y obras de mayor importancia, contando con el silencioso beneplácito del hambriento partido. Si fueran otros partidos los que hubiesen incurrido en ese despropósito, estaríamos ahora frente a estentóreos pero muy justificados reclamos de los propios morenistas.

Otros botones de muestra: el Director General del encomiable Instituto Mexicano para la Competitividad, Juan Ernesto Pardinas, ha citado un par de casos que reflejan ya las venales inclinaciones en el estilo de gobernar: “El compadrazgo y el dedazo marcan proyectos del próximo gobierno… El inminente mandatario anunció que los vagones del tren maya se van a construir por la empresa Bombardier y adjudicó al Banco Azteca, la emisión de tarjetas del bienestar para dispersar los apoyos sociales… La honestidad no se presume, se demuestra con hechos”.


amartinezv@derecho.unam.mx @AlejoMVendrell

El propietario del ahora privilegiado Banco Azteca, lo es también de TV Azteca e hizo méritos en campaña que se le reconocen.