/ jueves 22 de agosto de 2019

Brexit: un callejón sin salida

El Reino Unido (RU) cubre: Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, y por excelencia ha sido una gran potencia a nivel mundial en términos económicos, políticos y militares. La isla irlandesa se dividió en dos en el año de 1921 cuando la República de Irlanda (RI) se independizó y cuando seis condados continuaron siendo parte del territorio británico denominándose Irlanda del Norte (IN). Sin embargo, esta separación geográfica, motivó una separación social y política dado que había quienes buscaban que toda la isla fue una república y otro que luchaban por seguir siendo parte de una monarquía. Vino la Segunda Guerra Mundial (SGM) y al finalizar, comenzó una guerra fría dando como resultado un mundo dividido con el gran reto de continuar frente a una Europa en ruinas. Para 1948 Estados Unidos decidió apoyar económicamente para ayudar a que Europa se reconstruyera. De esto surgió el Plan Marshall y como resultado se logró tener una Europa más fuerte y con diferentes matices pues justo por la guerra fría, seguía dividida.

No obstante, la reconstrucción bastó para que varios líderes europeos consideraran la necesidad de crear una alianza europea llamada Comunidad Europea del Carbón y el Acero en 1951, la cual se transformaría seis años después en Comunidad Económica Europea (CEE). RU quiso ingresar a este grupo de cooperación multilateral pero en dos ocasiones el entonces presidente francés Charles de Gaulle vetó su ingreso. Por lo que fue hasta el año de 1973 que logró ser parte de este grupo selecto que buscaba ser más que una agrupación geopolítica, un bloque comercial. Dos años más tarde se realizó un referéndum para conocer la opinión de la sociedad británica que estaba acostumbrada a su patriotismo y a su histórica monarquía. El resultado fue que más del 65% votaron por el “sí” para continuar dentro de esta Comunidad. Con el tiempo, la CEE siguió consolidándose con la adhesión de nuevos miembros y con una agenda europea más consolidada. A través del tiempo, la CEE aumentó de miembros ante el fin de la guerra fría. Por lo que para los 90, la CEE se transformaría en Unión Europea (UE).

De manera paralela, al interior de la isla irlandesa, se vivía un conflicto armado de carácter étnico-religioso. En 1998 se llegó a un Acuerdo de Paz entre ambas naciones donde católicos y protestantes tendrían representación política. Además, este acuerdo llevó a la eliminación de la frontera sin restricción alguna.

Para el año 2002, el mercado común lograba un paso más hacia adelante: una moneda única llamada euro donde el RU no quiso formar parte, al igual que otros países, siendo totalmente independientes en cuanto al manejo de sus divisas y de sus políticas monetarias y bancarias ya que tampoco quisieron ser parte de la unión bancaria. Es decir, de un lado de la isla irlandesa se usaría el euro y al norte, la libra esterlina. En el año 2013 el entonces Primer Ministro británico David Cameron hizo la promesa del referéndum en el RU para lograr su reelección por lo que, tres años después, cumpliría dicha promesa y la gran sorpresa se la llevó él cuando ganó el “no”. Esto lo debilitó políticamente y cuando entró su sucesora Theresa May, no pasaría mucho tiempo para que ella solicitara la activación del Artículo 50 del Tratado de la UE para iniciar el proceso de salida del RU.

No obstante la decisión definitiva, fueron meses largos de negociación para determinar los lineamientos sobre cómo quedaría la nueva relación política y comercial entre ambas partes, pero no se había considerado que el parlamento británico no aprobaría el acuerdo. Llegó el año 2019 sin claridad y esto tuvo dos costos: i) que llegara el 29 de marzo y no entrara en vigor el Brexit, lo cual generó gran incertidumbre económica, financiera y comercial, y ii) que May tuviera que dejar su cargo. Ante la llegada de Boris Johnson, las cosas no han mejorado. Se tiene como fecha límite el 31 de octubre para dar inicio al Brexit pero el tema de la fronteriza irlandesa, sigue siendo un problema sin solución. Ante el encuentro de ayer entre el Primer Ministro Johnson con la canciller alemana Angela Merkel, aún no queda claro cómo pudiera darse una salida con un acuerdo sin que implique una unión aduanera entre el RU y la UE.

A partir del próximo 1 de septiembre, el RU dejará de asistir a las reuniones de la UE, salvo aquellas que considere de relevancia nacional. Al día de hoy, el Brexit sigue siendo un callejón sin salida y la cuenta regresiva hacia el 31 de octubre ya está en marcha sin aún tener un acuerdo.

Para más detalle, los invito a ver la entrevista que di en ADN40 desde diciembre del 2018 pero donde el escenario no ha cambiado https://twitter.com/adn40/status/ 1074315577726914562?s=20

Coordinadora Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales Universidad Iberoamericana

aribel.contreras@ibero.mx

Twitter: @Aribel007

El Reino Unido (RU) cubre: Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, y por excelencia ha sido una gran potencia a nivel mundial en términos económicos, políticos y militares. La isla irlandesa se dividió en dos en el año de 1921 cuando la República de Irlanda (RI) se independizó y cuando seis condados continuaron siendo parte del territorio británico denominándose Irlanda del Norte (IN). Sin embargo, esta separación geográfica, motivó una separación social y política dado que había quienes buscaban que toda la isla fue una república y otro que luchaban por seguir siendo parte de una monarquía. Vino la Segunda Guerra Mundial (SGM) y al finalizar, comenzó una guerra fría dando como resultado un mundo dividido con el gran reto de continuar frente a una Europa en ruinas. Para 1948 Estados Unidos decidió apoyar económicamente para ayudar a que Europa se reconstruyera. De esto surgió el Plan Marshall y como resultado se logró tener una Europa más fuerte y con diferentes matices pues justo por la guerra fría, seguía dividida.

No obstante, la reconstrucción bastó para que varios líderes europeos consideraran la necesidad de crear una alianza europea llamada Comunidad Europea del Carbón y el Acero en 1951, la cual se transformaría seis años después en Comunidad Económica Europea (CEE). RU quiso ingresar a este grupo de cooperación multilateral pero en dos ocasiones el entonces presidente francés Charles de Gaulle vetó su ingreso. Por lo que fue hasta el año de 1973 que logró ser parte de este grupo selecto que buscaba ser más que una agrupación geopolítica, un bloque comercial. Dos años más tarde se realizó un referéndum para conocer la opinión de la sociedad británica que estaba acostumbrada a su patriotismo y a su histórica monarquía. El resultado fue que más del 65% votaron por el “sí” para continuar dentro de esta Comunidad. Con el tiempo, la CEE siguió consolidándose con la adhesión de nuevos miembros y con una agenda europea más consolidada. A través del tiempo, la CEE aumentó de miembros ante el fin de la guerra fría. Por lo que para los 90, la CEE se transformaría en Unión Europea (UE).

De manera paralela, al interior de la isla irlandesa, se vivía un conflicto armado de carácter étnico-religioso. En 1998 se llegó a un Acuerdo de Paz entre ambas naciones donde católicos y protestantes tendrían representación política. Además, este acuerdo llevó a la eliminación de la frontera sin restricción alguna.

Para el año 2002, el mercado común lograba un paso más hacia adelante: una moneda única llamada euro donde el RU no quiso formar parte, al igual que otros países, siendo totalmente independientes en cuanto al manejo de sus divisas y de sus políticas monetarias y bancarias ya que tampoco quisieron ser parte de la unión bancaria. Es decir, de un lado de la isla irlandesa se usaría el euro y al norte, la libra esterlina. En el año 2013 el entonces Primer Ministro británico David Cameron hizo la promesa del referéndum en el RU para lograr su reelección por lo que, tres años después, cumpliría dicha promesa y la gran sorpresa se la llevó él cuando ganó el “no”. Esto lo debilitó políticamente y cuando entró su sucesora Theresa May, no pasaría mucho tiempo para que ella solicitara la activación del Artículo 50 del Tratado de la UE para iniciar el proceso de salida del RU.

No obstante la decisión definitiva, fueron meses largos de negociación para determinar los lineamientos sobre cómo quedaría la nueva relación política y comercial entre ambas partes, pero no se había considerado que el parlamento británico no aprobaría el acuerdo. Llegó el año 2019 sin claridad y esto tuvo dos costos: i) que llegara el 29 de marzo y no entrara en vigor el Brexit, lo cual generó gran incertidumbre económica, financiera y comercial, y ii) que May tuviera que dejar su cargo. Ante la llegada de Boris Johnson, las cosas no han mejorado. Se tiene como fecha límite el 31 de octubre para dar inicio al Brexit pero el tema de la fronteriza irlandesa, sigue siendo un problema sin solución. Ante el encuentro de ayer entre el Primer Ministro Johnson con la canciller alemana Angela Merkel, aún no queda claro cómo pudiera darse una salida con un acuerdo sin que implique una unión aduanera entre el RU y la UE.

A partir del próximo 1 de septiembre, el RU dejará de asistir a las reuniones de la UE, salvo aquellas que considere de relevancia nacional. Al día de hoy, el Brexit sigue siendo un callejón sin salida y la cuenta regresiva hacia el 31 de octubre ya está en marcha sin aún tener un acuerdo.

Para más detalle, los invito a ver la entrevista que di en ADN40 desde diciembre del 2018 pero donde el escenario no ha cambiado https://twitter.com/adn40/status/ 1074315577726914562?s=20

Coordinadora Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales Universidad Iberoamericana

aribel.contreras@ibero.mx

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