/ viernes 10 de diciembre de 2021

Cable Diplomático | 16 años con Merkel 

La canciller alemana Angela Merkel se retira de la escena política. ¿Cuáles son los recuerdos e imágenes que se me vienen a la mente cuando pienso en ella? Primero, el de una señora formada en la línea del supermercado antes de la pandemia con algunas botellas de vino blanco (¡obviamente alemán!) y otras cuantas cosas justo antes del encierro y cuarentena por el COVID19 el año pasado. Si tomamos en cuenta que la economía alemana y el país en sí mismo es una potencia actualmente y el motor económico de Europa, la imagen es todavía mucho más impresionante.

Alemania siempre ha estado en la mira del mundo por una serie de cosas (buenas y malas) que suceden todo el tiempo. Recuerdo que un maestro decía que las decisiones de los órganos de gobierno de la Unión Europea (como el Parlamento o la Comisión) se toman en la capital de la misma: Bruselas… y añadía el maestro: “y cuando digo Bruselas, me refiero a Berlín”. Siempre me pareció simpático el comentario y creo que demuestra el enorme poder que ejerce Alemania en Europa actualmente. Con ello, mi reconocimiento y admiración por Angela Merkel aumenta porque creo que durante todos estos años jugó un papel fundamental. La admiro porque es una mujer científica que supo tejer los consensos necesarios para gobernar a su país durante 16 años seguidos. Dada la forma y el sistema político alemán parlamentario, cada elección y ratificación de Merkel como Canciller fue una prueba fidedigna de su reputación y aceptación y de la forma de gobernar que le dio estupendos resultados.

La admiro porque en estos tiempos en que se habla tanto del empoderamiento de la mujer, creo que Angela Merkel es un modelo para imitar. Su determinación y trabajo como la mujer más poderosa de Alemania merece un reconocimiento especial. Pero lo que más admiro de la Canciller Merkel es su sencillez; como hemos dicho muchas veces, la mejor recomendación que uno puede hacer de sí mismo es su trabajo: nuestras acciones y nuestra labor hablan por sí solos y no es necesario decirlo cuando se demuestra en los hechos. Creo que en el mundo político y público, donde es tan fácil perder el sentido de la dirección y, a veces, la reputación, Merkel supo distinguirse como una autoridad y liderar a su país en tiempos difíciles.

La figura de Merkel es digna de ser mencionada y reconocida porque es un ejemplo de cómo hacer las cosas en el ámbito público. En lo personal creo que su legado continuará por muchos años y la vamos a recordar más adelante, tal como se recuerda a otros personajes históricos en el mundo. Hay mucho que aprender de ella. En sus últimos llamados a la población alemana, previos a dejar el poder, pide a sus ciudadanos que sean capaces de mirar el mundo desde los ojos de los demás (y que no se olviden de vacunarse). Me quedo con esto y creo que no se equivoca: si podemos ponernos en los zapatos del otro, las cosas serán diferentes para todos.

La canciller alemana Angela Merkel se retira de la escena política. ¿Cuáles son los recuerdos e imágenes que se me vienen a la mente cuando pienso en ella? Primero, el de una señora formada en la línea del supermercado antes de la pandemia con algunas botellas de vino blanco (¡obviamente alemán!) y otras cuantas cosas justo antes del encierro y cuarentena por el COVID19 el año pasado. Si tomamos en cuenta que la economía alemana y el país en sí mismo es una potencia actualmente y el motor económico de Europa, la imagen es todavía mucho más impresionante.

Alemania siempre ha estado en la mira del mundo por una serie de cosas (buenas y malas) que suceden todo el tiempo. Recuerdo que un maestro decía que las decisiones de los órganos de gobierno de la Unión Europea (como el Parlamento o la Comisión) se toman en la capital de la misma: Bruselas… y añadía el maestro: “y cuando digo Bruselas, me refiero a Berlín”. Siempre me pareció simpático el comentario y creo que demuestra el enorme poder que ejerce Alemania en Europa actualmente. Con ello, mi reconocimiento y admiración por Angela Merkel aumenta porque creo que durante todos estos años jugó un papel fundamental. La admiro porque es una mujer científica que supo tejer los consensos necesarios para gobernar a su país durante 16 años seguidos. Dada la forma y el sistema político alemán parlamentario, cada elección y ratificación de Merkel como Canciller fue una prueba fidedigna de su reputación y aceptación y de la forma de gobernar que le dio estupendos resultados.

La admiro porque en estos tiempos en que se habla tanto del empoderamiento de la mujer, creo que Angela Merkel es un modelo para imitar. Su determinación y trabajo como la mujer más poderosa de Alemania merece un reconocimiento especial. Pero lo que más admiro de la Canciller Merkel es su sencillez; como hemos dicho muchas veces, la mejor recomendación que uno puede hacer de sí mismo es su trabajo: nuestras acciones y nuestra labor hablan por sí solos y no es necesario decirlo cuando se demuestra en los hechos. Creo que en el mundo político y público, donde es tan fácil perder el sentido de la dirección y, a veces, la reputación, Merkel supo distinguirse como una autoridad y liderar a su país en tiempos difíciles.

La figura de Merkel es digna de ser mencionada y reconocida porque es un ejemplo de cómo hacer las cosas en el ámbito público. En lo personal creo que su legado continuará por muchos años y la vamos a recordar más adelante, tal como se recuerda a otros personajes históricos en el mundo. Hay mucho que aprender de ella. En sus últimos llamados a la población alemana, previos a dejar el poder, pide a sus ciudadanos que sean capaces de mirar el mundo desde los ojos de los demás (y que no se olviden de vacunarse). Me quedo con esto y creo que no se equivoca: si podemos ponernos en los zapatos del otro, las cosas serán diferentes para todos.