/ jueves 13 de enero de 2022

Cable Diplomático | Aceptar la realidad

A veces la vida nos presenta situaciones de las que no podemos escapar; nos obliga a movernos, a cambiar de circunstancias, de posiciones, de ideas, de países. Veía una serie en la televisión el otro día y la protagonista decía: “algunos de nosotros no tenemos el lujo de quedarnos en un solo lugar y no movernos ni adaptarnos a las circunstancias”. Y no se equivoca; en mi opinión, la vida es movimiento. Casi todas las filosofías místicas y religiosas consideran el cambio como la única constante de nuestra existencia y por ende, debemos aprender no solamente a asumirlo y aceptarlo, sino a hacerlo con gusto.

¿Por qué digo lo anterior? Porque a veces en nuestra vida actual tenemos que anticipar los cambios y aceptar la realidad porque no siempre tenemos el lujo de vivir una existencia estática. Y ello viene a cuento porque durante la semana que transcurre, en Estados Unidos, el Dr. Anthony Fauci (encargado de combatir la pandemia) declaró que la variante Omicron habría de infectar “prácticamente a todos”. No resulta difícil de imaginar si vemos lo que está sucediendo actualmente en el mundo; y en ese contexto más nos vale anticipar que este virus nos alcanzará por igual (incluso, a algunos como a mí, nos alcanzó desde hace varios meses, cuando las variantes provocaban síntomas mucho más severos).

Luego entonces, nuestro trabajo es anticipar que no podemos quedarnos varados en una sola posición o lugar y que tendremos que hacer algo de forma activa para que podamos no solamente asumir la realidad, sino hacerlo de forma proactiva e inteligente. Si este virus es tan contagioso que habrá de infectar a todo mundo, pues más nos vale que nos agarre prevenidos y con todas las medidas posibles para evitar complicaciones. No tenemos – quizá – el lujo de escapar de nuestra realidad actual y corremos un alto riesgo de contraer este “bicho” que tanto ha amenazado al mundo, entonces, pensemos de forma astuta qué es lo que más nos conviene hacer.

Pero lo anterior no solamente se podría aplicar a nuestra vida personal, sino también gobiernos e instituciones deben tener en mente que hay realidades que no se pueden negar, sino que deben entonces administrarse. La pandemia es una de ellas. Este principio de realismo político establecido desde los tiempos de Maquiavelo tiene aplicaciones muy concretas y que son de gran utilidad para los tiempos que nos está tocando vivir: la realidad se administra, no se combate.

Todos tenemos que aprender a convivir y coexistir con el famoso COVID19 y creo que mientras más pronto entendamos que esto se trata de una realidad que debe ser manejada, más pronto tendremos una ruta más clara de salida ante la amenaza. Al final del día, como lo dije al inicio, hay cosas que no podemos evitar, pero que si somos lo suficientemente inteligentes, podemos hacer que jueguen a nuestro favor. Estos tiempos llaman a que seamos creativos, innovadores, imaginativos y resilientes. Aprovechemos las cosas buenas y tratemos de sobrellevar la realidad como mejor podamos, porque como bien dice el Dr. Fauci, este virus (y sus efectos personales y sociales) nos habrán de alcanzar prácticamente a todos.

A veces la vida nos presenta situaciones de las que no podemos escapar; nos obliga a movernos, a cambiar de circunstancias, de posiciones, de ideas, de países. Veía una serie en la televisión el otro día y la protagonista decía: “algunos de nosotros no tenemos el lujo de quedarnos en un solo lugar y no movernos ni adaptarnos a las circunstancias”. Y no se equivoca; en mi opinión, la vida es movimiento. Casi todas las filosofías místicas y religiosas consideran el cambio como la única constante de nuestra existencia y por ende, debemos aprender no solamente a asumirlo y aceptarlo, sino a hacerlo con gusto.

¿Por qué digo lo anterior? Porque a veces en nuestra vida actual tenemos que anticipar los cambios y aceptar la realidad porque no siempre tenemos el lujo de vivir una existencia estática. Y ello viene a cuento porque durante la semana que transcurre, en Estados Unidos, el Dr. Anthony Fauci (encargado de combatir la pandemia) declaró que la variante Omicron habría de infectar “prácticamente a todos”. No resulta difícil de imaginar si vemos lo que está sucediendo actualmente en el mundo; y en ese contexto más nos vale anticipar que este virus nos alcanzará por igual (incluso, a algunos como a mí, nos alcanzó desde hace varios meses, cuando las variantes provocaban síntomas mucho más severos).

Luego entonces, nuestro trabajo es anticipar que no podemos quedarnos varados en una sola posición o lugar y que tendremos que hacer algo de forma activa para que podamos no solamente asumir la realidad, sino hacerlo de forma proactiva e inteligente. Si este virus es tan contagioso que habrá de infectar a todo mundo, pues más nos vale que nos agarre prevenidos y con todas las medidas posibles para evitar complicaciones. No tenemos – quizá – el lujo de escapar de nuestra realidad actual y corremos un alto riesgo de contraer este “bicho” que tanto ha amenazado al mundo, entonces, pensemos de forma astuta qué es lo que más nos conviene hacer.

Pero lo anterior no solamente se podría aplicar a nuestra vida personal, sino también gobiernos e instituciones deben tener en mente que hay realidades que no se pueden negar, sino que deben entonces administrarse. La pandemia es una de ellas. Este principio de realismo político establecido desde los tiempos de Maquiavelo tiene aplicaciones muy concretas y que son de gran utilidad para los tiempos que nos está tocando vivir: la realidad se administra, no se combate.

Todos tenemos que aprender a convivir y coexistir con el famoso COVID19 y creo que mientras más pronto entendamos que esto se trata de una realidad que debe ser manejada, más pronto tendremos una ruta más clara de salida ante la amenaza. Al final del día, como lo dije al inicio, hay cosas que no podemos evitar, pero que si somos lo suficientemente inteligentes, podemos hacer que jueguen a nuestro favor. Estos tiempos llaman a que seamos creativos, innovadores, imaginativos y resilientes. Aprovechemos las cosas buenas y tratemos de sobrellevar la realidad como mejor podamos, porque como bien dice el Dr. Fauci, este virus (y sus efectos personales y sociales) nos habrán de alcanzar prácticamente a todos.