/ jueves 27 de mayo de 2021

Cable Diplomático | Ajedrez Tridimensional

Existe un concepto en inglés que describe una situación compleja donde diversos factores están en juego todo el tiempo; donde ciertas variables dependen de otras, todas ellas interrelacionadas y vinculadas entre sí y el movimiento de una desencadena efectos en las otras piezas. Hacer jugadas estratégicas resulta un ejercicio de inteligencia, audacia y astucia. A ello le llaman “ajedrez tridimensional” (tri-dimensional chess). Como su nombre lo sugiere, las piezas no solamente se mueven en un tablero plano, sino que además tienen profundidad. ¿Nada fácil, verdad? Pues bien, así tal cual me imagino la relación entre México y Estados Unidos todo el tiempo. Así lo dijo además la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, cuando le preguntaron si México había negociado vacunas a cambio de endurecer su posición migratoria con Centroamérica. La respuesta fue que ambos países negocian y tratan muchos temas todo el tiempo y de forma paralela. En otras palabras, juegan ajedrez tridimensional.

Sabemos que la Vicepresidenta Kamala Harris acudirá a México pasadas las elecciones y habrá de reunirse en persona con autoridades del Gobierno Federal. Tenemos claro que dos grandes temas que habrán de abordarse son, en primer lugar la situación migratoria en la frontera y, en segundo lugar, los acuerdos y diferencias a la luz del T-MEC. Esos asuntos son de claro interés para Washington y están dispuestos a negociar lo que sea necesario para sacar adelante los puntos más importantes. En el caso de México, creo que habrá dos temas que tendrían que estar presentes en la agenda bilateral: el primero, el tema de la calificación a la seguridad aérea del país y posteriormente, la cooperación en la lucha contra el COVID y la reactivación económica.

Como mencioné anteriormente, la relación bilateral tiene proporciones de ser un ajedrez tridimensional y el movimiento de las piezas en un lado, provoca que otras hagan lo propio y que, por ende, la contraparte responda. Podríamos pensar en que los intereses de ambos lados son claros y están perfectamente identificados, sin embargo, lo que más intriga es saber qué cosas se pondrán sobre la mesa efectivamente en el encuentro. Si bien la naturaleza de estas reuniones suele ser privada y solamente sale a la luz pública aquello que es acordado por las partes, creo que tenemos que preguntarnos realmente a qué están dispuestos los dos países y, en ese caso, qué ofrecerán a cambio.

Para ir más allá, hay dos formas de proceder: teniendo en mente la posición o bien, priorizando nuestro interés. Hasta el momento tengo la impresión que hemos cuidado mucho nuestra posición, pero ahora quizá sea momento de pensar si debemos poner nuestro interés primero y garantizar que el acuerdo sea satisfactorio en aquello que más nos conviene. México tiene claro que puede conceder algunas posiciones a cambio de lo que necesita. Tenemos que recuperar la categoría 1 en el tema aéreo, de forma primordial, y conseguir más vacunas y llegar a acuerdos en materia de libre comercio. Allí está nuestro verdadero interés, no hay que darle muchas vueltas.

Existe un concepto en inglés que describe una situación compleja donde diversos factores están en juego todo el tiempo; donde ciertas variables dependen de otras, todas ellas interrelacionadas y vinculadas entre sí y el movimiento de una desencadena efectos en las otras piezas. Hacer jugadas estratégicas resulta un ejercicio de inteligencia, audacia y astucia. A ello le llaman “ajedrez tridimensional” (tri-dimensional chess). Como su nombre lo sugiere, las piezas no solamente se mueven en un tablero plano, sino que además tienen profundidad. ¿Nada fácil, verdad? Pues bien, así tal cual me imagino la relación entre México y Estados Unidos todo el tiempo. Así lo dijo además la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, cuando le preguntaron si México había negociado vacunas a cambio de endurecer su posición migratoria con Centroamérica. La respuesta fue que ambos países negocian y tratan muchos temas todo el tiempo y de forma paralela. En otras palabras, juegan ajedrez tridimensional.

Sabemos que la Vicepresidenta Kamala Harris acudirá a México pasadas las elecciones y habrá de reunirse en persona con autoridades del Gobierno Federal. Tenemos claro que dos grandes temas que habrán de abordarse son, en primer lugar la situación migratoria en la frontera y, en segundo lugar, los acuerdos y diferencias a la luz del T-MEC. Esos asuntos son de claro interés para Washington y están dispuestos a negociar lo que sea necesario para sacar adelante los puntos más importantes. En el caso de México, creo que habrá dos temas que tendrían que estar presentes en la agenda bilateral: el primero, el tema de la calificación a la seguridad aérea del país y posteriormente, la cooperación en la lucha contra el COVID y la reactivación económica.

Como mencioné anteriormente, la relación bilateral tiene proporciones de ser un ajedrez tridimensional y el movimiento de las piezas en un lado, provoca que otras hagan lo propio y que, por ende, la contraparte responda. Podríamos pensar en que los intereses de ambos lados son claros y están perfectamente identificados, sin embargo, lo que más intriga es saber qué cosas se pondrán sobre la mesa efectivamente en el encuentro. Si bien la naturaleza de estas reuniones suele ser privada y solamente sale a la luz pública aquello que es acordado por las partes, creo que tenemos que preguntarnos realmente a qué están dispuestos los dos países y, en ese caso, qué ofrecerán a cambio.

Para ir más allá, hay dos formas de proceder: teniendo en mente la posición o bien, priorizando nuestro interés. Hasta el momento tengo la impresión que hemos cuidado mucho nuestra posición, pero ahora quizá sea momento de pensar si debemos poner nuestro interés primero y garantizar que el acuerdo sea satisfactorio en aquello que más nos conviene. México tiene claro que puede conceder algunas posiciones a cambio de lo que necesita. Tenemos que recuperar la categoría 1 en el tema aéreo, de forma primordial, y conseguir más vacunas y llegar a acuerdos en materia de libre comercio. Allí está nuestro verdadero interés, no hay que darle muchas vueltas.