/ jueves 22 de julio de 2021

Cable Diplomático | Coronavirus: Acción colectiva

¿Has escuchado hablar de la teoría de la acción colectiva y de su impacto en la manera en la que nos relacionamos y de cómo nos incumbe a todos? Traigo lo anterior a cuento porque en el tema del combate al COVID todos tenemos un importante rol que jugar y las decisiones de unos terminan por afectarnos a todos, como elementos de una sociedad y de una comunidad. El famoso virus que ha traído desolación a lo largo y ancho del mundo seguirá entre nosotros por tiempo indefinido y tendremos que aprender a convivir con él.

Y dicho lo anterior, el problema que tiene Estados Unidos – también visto en otras partes del mundo y de otras maneras – tiene que ver con la enorme cantidad de personas que se rehúsan a vacunarse por temor y por ideología política o religiosa, entre las causas principales. Existe un profundo vacío de información (no porque en la realidad exista, sino porque las personas no necesariamente están bien informadas o confían en la información que se presenta ante ellas) y por ende, estos huecos son llenados por teorías de la conspiración o por ideas y noticias falsas o sensacionalistas que no contribuyen al clima colectivo por el que habremos de mantener el coronavirus a raya.

Si el porcentaje de las personas vacunadas no alcanza cierto nivel, será muy difícil lograr la inmunidad de rebaño y seguirá habiendo casos de infecciones en el mundo. Ahora bien, el riesgo es que si el virus sigue esparciéndose, seguirá mutando y llegará un punto en que las vacunas no serán efectivas para hacerle frente. En ese momento todos estaremos nuevamente desprotegidos ante él y volveremos a tener un problema de dimensiones pandémicas.

Hoy en día este es el verdadero problema que hay en Estados Unidos, especialmente en estados y poblaciones como el estado de Massachusetts, donde la gente está infectándose rápidamente de COVID a pesar de estar vacunada; y aunque la tasa de hospitalizaciones y mortalidad sigue siendo reducida, no deja de ser preocupante. Los Angeles, en California, también está volviendo a imponer ciertas medidas para evitar nuevos contagios (hay aumento de casos a pesar de contar con la vacuna respectiva). Ello nos deja la duda sobre los esfuerzos colectivos que estamos haciendo todos para luchar contra la enfermedad.

Todos tenemos creencias propias e ideologías características, sin embargo, en el caso de este virus, tenemos que tomar medidas adecuadas y seguir las recomendaciones de los expertos; en este caso, vacunarnos para evitar mutaciones y que las infecciones sigan disparándose. En otros lugares implicará seguir usando el cubre bocas y mantener la distancia social entre nosotros. Todo ello, incómodo por supuesto, habrá de ponernos a prueba una vez más. La moraleja que podemos observar es que, si no estamos dispuestos a tomar las medidas individuales que nos corresponden, nunca habremos de vencer al coronavirus. En este caso concreto podría decirse que la suma de 2 más 2 son cinco: el impacto colectivo de nuestras acciones tiene un alcance mayor. No caigamos en la trampa de pensar que este virus lo habremos de superar individualmente. Todos nos necesitamos. Hagamos lo propio.

¿Has escuchado hablar de la teoría de la acción colectiva y de su impacto en la manera en la que nos relacionamos y de cómo nos incumbe a todos? Traigo lo anterior a cuento porque en el tema del combate al COVID todos tenemos un importante rol que jugar y las decisiones de unos terminan por afectarnos a todos, como elementos de una sociedad y de una comunidad. El famoso virus que ha traído desolación a lo largo y ancho del mundo seguirá entre nosotros por tiempo indefinido y tendremos que aprender a convivir con él.

Y dicho lo anterior, el problema que tiene Estados Unidos – también visto en otras partes del mundo y de otras maneras – tiene que ver con la enorme cantidad de personas que se rehúsan a vacunarse por temor y por ideología política o religiosa, entre las causas principales. Existe un profundo vacío de información (no porque en la realidad exista, sino porque las personas no necesariamente están bien informadas o confían en la información que se presenta ante ellas) y por ende, estos huecos son llenados por teorías de la conspiración o por ideas y noticias falsas o sensacionalistas que no contribuyen al clima colectivo por el que habremos de mantener el coronavirus a raya.

Si el porcentaje de las personas vacunadas no alcanza cierto nivel, será muy difícil lograr la inmunidad de rebaño y seguirá habiendo casos de infecciones en el mundo. Ahora bien, el riesgo es que si el virus sigue esparciéndose, seguirá mutando y llegará un punto en que las vacunas no serán efectivas para hacerle frente. En ese momento todos estaremos nuevamente desprotegidos ante él y volveremos a tener un problema de dimensiones pandémicas.

Hoy en día este es el verdadero problema que hay en Estados Unidos, especialmente en estados y poblaciones como el estado de Massachusetts, donde la gente está infectándose rápidamente de COVID a pesar de estar vacunada; y aunque la tasa de hospitalizaciones y mortalidad sigue siendo reducida, no deja de ser preocupante. Los Angeles, en California, también está volviendo a imponer ciertas medidas para evitar nuevos contagios (hay aumento de casos a pesar de contar con la vacuna respectiva). Ello nos deja la duda sobre los esfuerzos colectivos que estamos haciendo todos para luchar contra la enfermedad.

Todos tenemos creencias propias e ideologías características, sin embargo, en el caso de este virus, tenemos que tomar medidas adecuadas y seguir las recomendaciones de los expertos; en este caso, vacunarnos para evitar mutaciones y que las infecciones sigan disparándose. En otros lugares implicará seguir usando el cubre bocas y mantener la distancia social entre nosotros. Todo ello, incómodo por supuesto, habrá de ponernos a prueba una vez más. La moraleja que podemos observar es que, si no estamos dispuestos a tomar las medidas individuales que nos corresponden, nunca habremos de vencer al coronavirus. En este caso concreto podría decirse que la suma de 2 más 2 son cinco: el impacto colectivo de nuestras acciones tiene un alcance mayor. No caigamos en la trampa de pensar que este virus lo habremos de superar individualmente. Todos nos necesitamos. Hagamos lo propio.