¿Has escuchado hablar de la teoría de la acción colectiva y de su impacto en la manera en la que nos relacionamos y de cómo nos incumbe a todos? Traigo lo anterior a cuento porque en el tema del combate al COVID todos tenemos un importante rol que jugar y las decisiones de unos terminan por afectarnos a todos, como elementos de una sociedad y de una comunidad. El famoso virus que ha traído desolación a lo largo y ancho del mundo seguirá entre nosotros por tiempo indefinido y tendremos que aprender a convivir con él.
Y dicho lo anterior, el problema que tiene Estados Unidos – también visto en otras partes del mundo y de otras maneras – tiene que ver con la enorme cantidad de personas que se rehúsan a vacunarse por temor y por ideología política o religiosa, entre las causas principales. Existe un profundo vacío de información (no porque en la realidad exista, sino porque las personas no necesariamente están bien informadas o confían en la información que se presenta ante ellas) y por ende, estos huecos son llenados por teorías de la conspiración o por ideas y noticias falsas o sensacionalistas que no contribuyen al clima colectivo por el que habremos de mantener el coronavirus a raya.
Si el porcentaje de las personas vacunadas no alcanza cierto nivel, será muy difícil lograr la inmunidad de rebaño y seguirá habiendo casos de infecciones en el mundo. Ahora bien, el riesgo es que si el virus sigue esparciéndose, seguirá mutando y llegará un punto en que las vacunas no serán efectivas para hacerle frente. En ese momento todos estaremos nuevamente desprotegidos ante él y volveremos a tener un problema de dimensiones pandémicas.
Hoy en día este es el verdadero problema que hay en Estados Unidos, especialmente en estados y poblaciones como el estado de Massachusetts, donde la gente está infectándose rápidamente de COVID a pesar de estar vacunada; y aunque la tasa de hospitalizaciones y mortalidad sigue siendo reducida, no deja de ser preocupante. Los Angeles, en California, también está volviendo a imponer ciertas medidas para evitar nuevos contagios (hay aumento de casos a pesar de contar con la vacuna respectiva). Ello nos deja la duda sobre los esfuerzos colectivos que estamos haciendo todos para luchar contra la enfermedad.
Todos tenemos creencias propias e ideologías características, sin embargo, en el caso de este virus, tenemos que tomar medidas adecuadas y seguir las recomendaciones de los expertos; en este caso, vacunarnos para evitar mutaciones y que las infecciones sigan disparándose. En otros lugares implicará seguir usando el cubre bocas y mantener la distancia social entre nosotros. Todo ello, incómodo por supuesto, habrá de ponernos a prueba una vez más. La moraleja que podemos observar es que, si no estamos dispuestos a tomar las medidas individuales que nos corresponden, nunca habremos de vencer al coronavirus. En este caso concreto podría decirse que la suma de 2 más 2 son cinco: el impacto colectivo de nuestras acciones tiene un alcance mayor. No caigamos en la trampa de pensar que este virus lo habremos de superar individualmente. Todos nos necesitamos. Hagamos lo propio.