/ jueves 28 de octubre de 2021

Cable diplomático | El fin de la pandemia 

Hace varios meses, digamos Marzo de 2020, nadie tenía idea de cuánto tiempo duraría la pandemia de COVID19. Es más, ni siquiera sabíamos que sería una pandemia y que las cosas se complicarían de la forma en que lo hicieron. Escuchamos de algunos casos graves en China, pero nunca imaginamos que ello nos llegaría a tocar a la puerta y que, mucho menos, nos obligaría a cambiar por completo nuestra rutina y forma de vida. Con ello además, la situación económica se complicó, muchos trabajos se perdieron (otros cambiaron por completo) y el mundo terminó por asumir una vocación virtual que – hasta la fecha – no había hecho por completo. Los meses siguieron pasando y la pandemia no parecía terminar. ¿Cuánto tiempo duraría el fenómeno? Nadie lo sabía (o sabe) a ciencia cierta. Pero lo que queda claro es que actualmente, muchas de las cosas que conocimos antes del COVID19 comienzan a normalizarse, como por ejemplo, los viajes internacionales.

El común denominador de lo anterior es la vacunación. A pesar de generar grandes divisiones ideológicas en varios países (como Estados Unidos o Francia), la realidad es que la vacuna ha traído cierto grado de normalidad a nuestras vidas y nos ha permitido que volvamos un poco a esa rutina que tanto extrañamos y que nos permite regresar a caminar por senderos conocidos (y anhelados, diría yo).

No podemos decir que la pandemia terminó, porque no lo ha hecho. Pero en ese sentido, creo que nunca vamos a poder afirmar que esta enfermedad se erradicó por completo. Es como la influenza, que cada año vuelve, y cada año se debe uno vacunar para tratar de prevenirla. En ese sentido, aspiramos como sociedad a convivir y coexistir con este virus y a mantenerlo bajo control, tratando que cause el menor daño posible y la menor cantidad de fallecimientos. Suficiente daño se ha hecho ya.

Dicho lo anterior, considero que un punto de inflexión para nuestro país será el restablecimiento de los viajes internacionales entre México y Estados Unidos. En días próximos entrará en vigor el decreto presidencial de la Casa Blanca que emite criterios de salubridad por los cuales se permitirá la reapertura fronteriza (y cambiará también los criterios para las entradas vía aérea). Todo estará en función de mostrar un certificado de vacunación válido para poder realizar dichos cruces o vuelos, respectivamente. Esto tiene un particular interés para quienes viven en la frontera, porque la reactivación de los viajes es algo que se ha venido esperando desde largo tiempo y que ayudará a la economía de la región. Y así como con Estados Unidos, también se comenzará a reestablecer el criterio de viajes internacionales basado en la vacunación individual.

En ese sentido podríamos decir que, después de muchos meses, y a pesar que la pandemia no ha terminado (ni terminará), vislumbramos una salida y un retorno a cierta normalidad que – al menos varios de nosotros – esperamos con ansias. Sin embargo, no nos confundamos: el mundo es otro. Debemos estar preparados ahora para hacerle frente, porque muchas cosas jamás volverán a ser iguales. De eso hablaremos después.

Hace varios meses, digamos Marzo de 2020, nadie tenía idea de cuánto tiempo duraría la pandemia de COVID19. Es más, ni siquiera sabíamos que sería una pandemia y que las cosas se complicarían de la forma en que lo hicieron. Escuchamos de algunos casos graves en China, pero nunca imaginamos que ello nos llegaría a tocar a la puerta y que, mucho menos, nos obligaría a cambiar por completo nuestra rutina y forma de vida. Con ello además, la situación económica se complicó, muchos trabajos se perdieron (otros cambiaron por completo) y el mundo terminó por asumir una vocación virtual que – hasta la fecha – no había hecho por completo. Los meses siguieron pasando y la pandemia no parecía terminar. ¿Cuánto tiempo duraría el fenómeno? Nadie lo sabía (o sabe) a ciencia cierta. Pero lo que queda claro es que actualmente, muchas de las cosas que conocimos antes del COVID19 comienzan a normalizarse, como por ejemplo, los viajes internacionales.

El común denominador de lo anterior es la vacunación. A pesar de generar grandes divisiones ideológicas en varios países (como Estados Unidos o Francia), la realidad es que la vacuna ha traído cierto grado de normalidad a nuestras vidas y nos ha permitido que volvamos un poco a esa rutina que tanto extrañamos y que nos permite regresar a caminar por senderos conocidos (y anhelados, diría yo).

No podemos decir que la pandemia terminó, porque no lo ha hecho. Pero en ese sentido, creo que nunca vamos a poder afirmar que esta enfermedad se erradicó por completo. Es como la influenza, que cada año vuelve, y cada año se debe uno vacunar para tratar de prevenirla. En ese sentido, aspiramos como sociedad a convivir y coexistir con este virus y a mantenerlo bajo control, tratando que cause el menor daño posible y la menor cantidad de fallecimientos. Suficiente daño se ha hecho ya.

Dicho lo anterior, considero que un punto de inflexión para nuestro país será el restablecimiento de los viajes internacionales entre México y Estados Unidos. En días próximos entrará en vigor el decreto presidencial de la Casa Blanca que emite criterios de salubridad por los cuales se permitirá la reapertura fronteriza (y cambiará también los criterios para las entradas vía aérea). Todo estará en función de mostrar un certificado de vacunación válido para poder realizar dichos cruces o vuelos, respectivamente. Esto tiene un particular interés para quienes viven en la frontera, porque la reactivación de los viajes es algo que se ha venido esperando desde largo tiempo y que ayudará a la economía de la región. Y así como con Estados Unidos, también se comenzará a reestablecer el criterio de viajes internacionales basado en la vacunación individual.

En ese sentido podríamos decir que, después de muchos meses, y a pesar que la pandemia no ha terminado (ni terminará), vislumbramos una salida y un retorno a cierta normalidad que – al menos varios de nosotros – esperamos con ansias. Sin embargo, no nos confundamos: el mundo es otro. Debemos estar preparados ahora para hacerle frente, porque muchas cosas jamás volverán a ser iguales. De eso hablaremos después.