/ jueves 15 de abril de 2021

Cable Diplomático | La presión aumenta

Algunos asuntos de interés público en Estados Unidos se han convertido en auténticos dolores de cabeza y están creando un ambiente sumamente complejo para la actual administración del Presidente Biden. En primer lugar, la suspensión por parte del CDC y la FDA de la vacuna de Johnson & Johnson, derivado de que potencialmente puede ocasionar coágulos en algunas personas, ha puesto un obstáculo a las metas de vacunación actuales y como era de esperarse, esto creó pánico entre mucha gente que ya recibió la dosis única de esta. Y junto con ello, hay otros temas que también están presionando fuertemente a la administración federal, que se juega el todo por el todo en estos momentos. Uno de estos tópicos es el asesinato accidental del joven Daunte Wright en un poblado del Estado de Minnesota, quien por un error policial, fue ultimado por balas de verdad en lugar de ser detenido por la pistola que administra una descarga eléctrica incapacitante. Como también era de esperarse, este tema subió “como la espuma”, desbordando los ánimos y las protestas (especialmente después del caso de George Floyd); y aunque es un tema local, la administración federal ha tenido que pronunciarse pues el descontento social amenaza con salirse de control.

Ahora bien, un tercer asunto también está orbitando en la esfera de la seguridad nacional de los Estados Unidos, y con ello me refiero al grave problema que enfrenta actualmente en la frontera sur con México debido a los miles de personas que han intentado cruzar desde nuestro país para pedir asilo y auxilio (en gran medida provenientes de los países de Centroamérica). Ahora bien, dado que las cifras han rebasado los máximos históricos recientes, el tema se ha convertido en un asunto de interés y seguridad nacional, tanto así que se ha designado a la Vicepresidenta Kamala Harris para atender el asunto y tratar con México las posibles soluciones, quien además es bien sabido tiene mano dura.

Esto es muy importante porque si bien el estilo de la actual administración no es el de los “gritos y sombrerazos” como lo fue el del Donald Trump, quien recordemos, amenazó abiertamente con imponer aranceles a las importaciones mexicanas si nuestro país no detenía la migración y recibía a los peticionarios de asilo en su territorio. En el caso del Presidente Biden y su administración, me parece que la presión habrá de aumentar de forma privada para que el Gobierno de México siga colaborando con militares en su propia frontera sur para detener este fenómeno, pero también me parece que no habremos de saber qué es exactamente lo que está en juego o cómo es que presionarán a México para que cumpla. Si bien muchos analistas especulan con un potencial intercambio de favores (por ejemplo en forma de vacunas), la realidad es que el estilo de los demócratas será mucho más discreto, pero no por ello suave. Por lo pronto queda claro que, ante la presión interna en Estados Unidos, no habrá espacio para equivocaciones o medias tintas en este asunto. Y así nos lo harán saber y sentir.

Algunos asuntos de interés público en Estados Unidos se han convertido en auténticos dolores de cabeza y están creando un ambiente sumamente complejo para la actual administración del Presidente Biden. En primer lugar, la suspensión por parte del CDC y la FDA de la vacuna de Johnson & Johnson, derivado de que potencialmente puede ocasionar coágulos en algunas personas, ha puesto un obstáculo a las metas de vacunación actuales y como era de esperarse, esto creó pánico entre mucha gente que ya recibió la dosis única de esta. Y junto con ello, hay otros temas que también están presionando fuertemente a la administración federal, que se juega el todo por el todo en estos momentos. Uno de estos tópicos es el asesinato accidental del joven Daunte Wright en un poblado del Estado de Minnesota, quien por un error policial, fue ultimado por balas de verdad en lugar de ser detenido por la pistola que administra una descarga eléctrica incapacitante. Como también era de esperarse, este tema subió “como la espuma”, desbordando los ánimos y las protestas (especialmente después del caso de George Floyd); y aunque es un tema local, la administración federal ha tenido que pronunciarse pues el descontento social amenaza con salirse de control.

Ahora bien, un tercer asunto también está orbitando en la esfera de la seguridad nacional de los Estados Unidos, y con ello me refiero al grave problema que enfrenta actualmente en la frontera sur con México debido a los miles de personas que han intentado cruzar desde nuestro país para pedir asilo y auxilio (en gran medida provenientes de los países de Centroamérica). Ahora bien, dado que las cifras han rebasado los máximos históricos recientes, el tema se ha convertido en un asunto de interés y seguridad nacional, tanto así que se ha designado a la Vicepresidenta Kamala Harris para atender el asunto y tratar con México las posibles soluciones, quien además es bien sabido tiene mano dura.

Esto es muy importante porque si bien el estilo de la actual administración no es el de los “gritos y sombrerazos” como lo fue el del Donald Trump, quien recordemos, amenazó abiertamente con imponer aranceles a las importaciones mexicanas si nuestro país no detenía la migración y recibía a los peticionarios de asilo en su territorio. En el caso del Presidente Biden y su administración, me parece que la presión habrá de aumentar de forma privada para que el Gobierno de México siga colaborando con militares en su propia frontera sur para detener este fenómeno, pero también me parece que no habremos de saber qué es exactamente lo que está en juego o cómo es que presionarán a México para que cumpla. Si bien muchos analistas especulan con un potencial intercambio de favores (por ejemplo en forma de vacunas), la realidad es que el estilo de los demócratas será mucho más discreto, pero no por ello suave. Por lo pronto queda claro que, ante la presión interna en Estados Unidos, no habrá espacio para equivocaciones o medias tintas en este asunto. Y así nos lo harán saber y sentir.