/ jueves 21 de octubre de 2021

Cable Diplomático | Las causas de Biden 

Cuando uno piensa en un gobierno o gobernante determinado, uno tiene muy claro cuáles son las causas y las banderas de este. Por ejemplo en México, si le preguntásemos a cualquier persona medianamente enterada de las noticias y de la política en nuestro país cuáles son aquellas de las banderas políticas más importantes del gobierno actual, creo que encontraríamos el siguiente consenso: la lucha contra la corrupción y la priorización de los pobres a través de políticas sociales. Desde incluso mucho antes de ser gobierno, la fuerza política gobernante en México lo tuvo claro e impulsó estas causas desde la oposición. En ese sentido, el posicionamiento del mensaje fue exitoso.

En Estados Unidos ello funcionó igual durante el gobierno del anterior presidente Donald Trump, quien de forma sumamente clara posicionó su mensaje y sus banderas y todo mundo en el país sabía perfectamente cuáles eran sus causas. Buenas, malas o regulares (dependiendo a quién le pregunte uno), Trump fue capaz de decirle a la población exactamente en qué cosas se habría de enfocar y así lo hizo cuando fue presidente. Por tal motivo resulta interesante el contraste con la actual administración del Presidente Biden quien ha batallado, desde mi opinión, para posicionar este mensaje en la esfera pública. Respondiendo a la pregunta que mencioné al inicio, donde hipotéticamente le pudiésemos preguntar a la gente cuáles son las causas y banderas del gobierno actual de Washington, creo que tendríamos una diversidad de respuestas donde no necesariamente resaltarían aquellas que en realidad lo son, porque no hay claridad de las mismas en la mente de los ciudadanos. En ese sentido, me parece que el gobierno actual no ha podido decirle a sus ciudadanos cuáles son las causas más importantes que llevará a cabo durante su gobierno.

Al inicio de esta administración federal, la cosa no fue necesariamente así. Hubo una prioridad y fue exitosa: la vacunación de la mayor cantidad de personas para permitir el regreso a la normalidad y la recuperación económica después de la pandemia de COVID-19 y sus efectos nocivos. Pero después de algunos meses y habiendo llegado a una meseta en la curva creciente de la población vacunada, la Casa Blanca ha batallado para comunicarle a los estadunidenses cuáles son ahora las prioridades de gobierno para lo que falta de este. Hay una serie de cosas que lo dificultan más, como por ejemplo lo sucedido en Afganistán y lo complicad y criticado de esta salida, pero también el enorme rango de temas en que se ha enfocado (desde la migración, el cambio climático o la iniciativa de ley para obras de infraestructura) han dividido la atención de la opinión pública. Quizá el tema de las energías limpias podría considerarse como un estandarte del gobierno de Biden, pero creo que ha faltado claridad en las metas de los siguientes años. Y no me refiero necesariamente a la falta de planes de gobierno, porque estoy seguro que los hay, pero a veces no solamente se necesita tener buenas ideas o políticas públicas; hay que saberlas comunicar y posicionar y que la gente se acuerde de ellas.

Cuando uno piensa en un gobierno o gobernante determinado, uno tiene muy claro cuáles son las causas y las banderas de este. Por ejemplo en México, si le preguntásemos a cualquier persona medianamente enterada de las noticias y de la política en nuestro país cuáles son aquellas de las banderas políticas más importantes del gobierno actual, creo que encontraríamos el siguiente consenso: la lucha contra la corrupción y la priorización de los pobres a través de políticas sociales. Desde incluso mucho antes de ser gobierno, la fuerza política gobernante en México lo tuvo claro e impulsó estas causas desde la oposición. En ese sentido, el posicionamiento del mensaje fue exitoso.

En Estados Unidos ello funcionó igual durante el gobierno del anterior presidente Donald Trump, quien de forma sumamente clara posicionó su mensaje y sus banderas y todo mundo en el país sabía perfectamente cuáles eran sus causas. Buenas, malas o regulares (dependiendo a quién le pregunte uno), Trump fue capaz de decirle a la población exactamente en qué cosas se habría de enfocar y así lo hizo cuando fue presidente. Por tal motivo resulta interesante el contraste con la actual administración del Presidente Biden quien ha batallado, desde mi opinión, para posicionar este mensaje en la esfera pública. Respondiendo a la pregunta que mencioné al inicio, donde hipotéticamente le pudiésemos preguntar a la gente cuáles son las causas y banderas del gobierno actual de Washington, creo que tendríamos una diversidad de respuestas donde no necesariamente resaltarían aquellas que en realidad lo son, porque no hay claridad de las mismas en la mente de los ciudadanos. En ese sentido, me parece que el gobierno actual no ha podido decirle a sus ciudadanos cuáles son las causas más importantes que llevará a cabo durante su gobierno.

Al inicio de esta administración federal, la cosa no fue necesariamente así. Hubo una prioridad y fue exitosa: la vacunación de la mayor cantidad de personas para permitir el regreso a la normalidad y la recuperación económica después de la pandemia de COVID-19 y sus efectos nocivos. Pero después de algunos meses y habiendo llegado a una meseta en la curva creciente de la población vacunada, la Casa Blanca ha batallado para comunicarle a los estadunidenses cuáles son ahora las prioridades de gobierno para lo que falta de este. Hay una serie de cosas que lo dificultan más, como por ejemplo lo sucedido en Afganistán y lo complicad y criticado de esta salida, pero también el enorme rango de temas en que se ha enfocado (desde la migración, el cambio climático o la iniciativa de ley para obras de infraestructura) han dividido la atención de la opinión pública. Quizá el tema de las energías limpias podría considerarse como un estandarte del gobierno de Biden, pero creo que ha faltado claridad en las metas de los siguientes años. Y no me refiero necesariamente a la falta de planes de gobierno, porque estoy seguro que los hay, pero a veces no solamente se necesita tener buenas ideas o políticas públicas; hay que saberlas comunicar y posicionar y que la gente se acuerde de ellas.