/ viernes 12 de noviembre de 2021

Cable Diplomático | Los otros efectos del COVID

Mucho se ha dicho de las consecuencias de largo plazo del COVID19 y cuáles son las afectaciones que tiene en la salud de la gente. Pero en esta ocasión no quiero abundar más sobre los efectos en esta, sino aquellos sobre la economía, la sociedad y la política. Si bien se puede hacer una comparación suficientemente buena entre las consecuencias físicas y sanitarias de padecer esta enfermedad, en el sentido de aquella que alcanza su pico durante el periodo más agudo de la misma, y que también tiene efectos que durante semanas – o meses – permanecen en el cuerpo y no se quitan de forma rápida.

Así también las consecuencias que el COVID19 provocó en nuestra economía y sociedad es visible de la misma forma. Los efectos inmediatos se dejaron sentir y son obvios para todo mundo: muchísimos negocios cerrados, empresas alrededor del mundo que tuvieron que irse a la quiebra, personas que perdieron su empleo. En el ámbito político tampoco es diferente y los efectos inmediatos son evidentes; tan solo en Estados Unidos, si el COVID19 no hubiese sucedido, creo que Donald Trump hubiera ganado de nueva cuenta la elección presidencial del año pasado frente a Joe Biden.

Pero así como hay efectos que durante meses quedan en el cuerpo, también los efectos sociales, económicos y políticos permanecen en nuestra comunidad y nuestros países de forma significativa, una vez que ha pasado el episodio más crítico. Actualmente estamos observando dos de ellos, muy perniciosos, y otro quizá, que traiga cambios positivos. El primer efecto de largo plazo que se puede observar tras la “enfermedad” de la pandemia son las tasas de inflación de diversos países, como Estados Unidos, China o Rusia. En la Unión Americana ha llegado hasta el 6%, cosa que era impensable hace un año (y que seguramente es producto de las grandes cantidades de dinero y de apoyos y estímulos económicos derivados de esta crisis). Hace un año hubiera sido impensable que esto sucediera, pero es evidente que el mundo se descuidó y ahora estamos en problemas.

El segundo gran asunto y efecto de largo plazo que esta enfermedad nos deja es precisamente la enorme polarización política e ideológica sobre cómo los gobiernos debieron responder a este problema. En Estados Unidos esta lucha se ha agudizado por los mandatos de vacunación impuestos desde el Gobierno Federal, pues ello es visto como una bandera de republicanos contra demócratas (en lugar de un tema sanitario). Ello tendrá importantes consecuencias políticas, porque como ya vimos, los demócratas perdieron estados como Virginia hace unos días y se podría reconfigurar el panorama político del país. Luego entonces, los efectos inmediatos del COVID19 hicieron que Trump perdiera la presidencia, y los “efectos a largo plazo” del mismo podrían hacer que Trump la recupere en 2024.

Por último, hablando de los efectos positivos, debemos señalar que el futuro del trabajo y la posibilidad de hacerlo de forma remota (o híbrida) abrirá nuevas posibilidades que el mundo no había contemplado. Dicho eso, no todo fue malo, pero ciertamente estos son algunos de los otros efectos del COVID19. Ya profundizaremos sobre ellos más adelante.

Mucho se ha dicho de las consecuencias de largo plazo del COVID19 y cuáles son las afectaciones que tiene en la salud de la gente. Pero en esta ocasión no quiero abundar más sobre los efectos en esta, sino aquellos sobre la economía, la sociedad y la política. Si bien se puede hacer una comparación suficientemente buena entre las consecuencias físicas y sanitarias de padecer esta enfermedad, en el sentido de aquella que alcanza su pico durante el periodo más agudo de la misma, y que también tiene efectos que durante semanas – o meses – permanecen en el cuerpo y no se quitan de forma rápida.

Así también las consecuencias que el COVID19 provocó en nuestra economía y sociedad es visible de la misma forma. Los efectos inmediatos se dejaron sentir y son obvios para todo mundo: muchísimos negocios cerrados, empresas alrededor del mundo que tuvieron que irse a la quiebra, personas que perdieron su empleo. En el ámbito político tampoco es diferente y los efectos inmediatos son evidentes; tan solo en Estados Unidos, si el COVID19 no hubiese sucedido, creo que Donald Trump hubiera ganado de nueva cuenta la elección presidencial del año pasado frente a Joe Biden.

Pero así como hay efectos que durante meses quedan en el cuerpo, también los efectos sociales, económicos y políticos permanecen en nuestra comunidad y nuestros países de forma significativa, una vez que ha pasado el episodio más crítico. Actualmente estamos observando dos de ellos, muy perniciosos, y otro quizá, que traiga cambios positivos. El primer efecto de largo plazo que se puede observar tras la “enfermedad” de la pandemia son las tasas de inflación de diversos países, como Estados Unidos, China o Rusia. En la Unión Americana ha llegado hasta el 6%, cosa que era impensable hace un año (y que seguramente es producto de las grandes cantidades de dinero y de apoyos y estímulos económicos derivados de esta crisis). Hace un año hubiera sido impensable que esto sucediera, pero es evidente que el mundo se descuidó y ahora estamos en problemas.

El segundo gran asunto y efecto de largo plazo que esta enfermedad nos deja es precisamente la enorme polarización política e ideológica sobre cómo los gobiernos debieron responder a este problema. En Estados Unidos esta lucha se ha agudizado por los mandatos de vacunación impuestos desde el Gobierno Federal, pues ello es visto como una bandera de republicanos contra demócratas (en lugar de un tema sanitario). Ello tendrá importantes consecuencias políticas, porque como ya vimos, los demócratas perdieron estados como Virginia hace unos días y se podría reconfigurar el panorama político del país. Luego entonces, los efectos inmediatos del COVID19 hicieron que Trump perdiera la presidencia, y los “efectos a largo plazo” del mismo podrían hacer que Trump la recupere en 2024.

Por último, hablando de los efectos positivos, debemos señalar que el futuro del trabajo y la posibilidad de hacerlo de forma remota (o híbrida) abrirá nuevas posibilidades que el mundo no había contemplado. Dicho eso, no todo fue malo, pero ciertamente estos son algunos de los otros efectos del COVID19. Ya profundizaremos sobre ellos más adelante.