/ domingo 4 de febrero de 2018

Caminamos en la renegociación del TLC

Lo importante es que nos mantenemos en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y ello ya implica, por sí mismo, la posibilidad real de que podamos llegar a un término justo para los tres socios pero que incluya ventajas para México. Digamos que es una primera conclusión a la que, como observadores, podemos llegar al cerrar la sexta ronda.

¿Qué pasó hasta ahora? Se puede resumir: sesionaron 30 grupos técnicos y participaron más de un centenar de funcionarios de los tres países. Concluyeron el capítulo de Anticorrupción y el Anexo sobre Tecnologías de la Información y Comunicación, que se suman a los capítulos de PYMES y Competencia y al Anexo Sectorial de Eficiencia Energética. Se registraron avances significativos en los capítulos de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Telecomunicaciones y Obstáculos Técnicos al Comercio, así como los anexos sectoriales de farmacéuticos, químicos y cosméticos.

Hay que observar lo que declaró el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo. Reconoció la disposición de Canadá y de Estados Unidos para avanzar en los temas más complicados. Y los tres ministros, Guajardo de México, Chrystia Freeland de Canadá, y el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, reconocieron el reto que presentarán las rondas subsecuentes y reiteraron su mandato e instrucciones a los equipos de los tres países para avanzar hacia una modernización exitosa, que beneficie a los tres países.

Ahí vamos bien, ni siquiera Trump ha hecho a últimas fechas descalificaciones a priori y en su informe no hizo mención alguna. Tal parece que, en su caso, las opiniones y peticiones de poderosas empresas norteamericanas para que no se cancele y sí se fortalezca, porque obtienen beneficios del TLC, ha influido en su ánimo. Tampoco podemos confiar y adelantar que Trump ya está conforme. No, de ninguna manera. La postura norteamericana de hacer modificaciones y de imponer un plazo fatal de 5 años para revisar el mecanismo del Tratado sigue rondando como fantasma. Tampoco  olvidemos que Trump tendrá su propia elección intermedia y eso podría mover su interés en el tema del Tratado, dependiendo si conviene o no a sus intereses.

En nuestro caso, el de México, también hay implicaciones político-administrativas que ya también rondan las negociaciones del Tratado. La primera es que la administración del presidente Peña llega este año a su fin y no hay ninguna certeza de que antes de su conclusión terminen las renegociaciones. Eso ya implicaría, de prolongarse, el casi seguro cambio de equipo negociador y, probablemente, visiones diferentes de afrontar el tema.

La segunda, que las elecciones son en julio próximo y hay ya una propuesta, al menos del aspirante presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, de que las renegociaciones se suspendan por ahora y continúen después de la elección. Al respecto, el propio secretario Guajardo, en reunión con senadores del PRI-Verde, nos dijo que tal decisión no depende exclusivamente de México sino de los tres países involucrados.

O sea, que incluso planteando la posibilidad de continuar después de julio, dependería de la coincidencia de los otros países. Es de sentido común considerarlo así. ¿Nos pone en desventaja la situación político-administrativa que vivimos? No, si los actores políticos mexicanos y las autoridades constitucionales ponemos sobre la mesa ese mismo sentido común.

Entendemos que todos los que vivimos en este país buscamos y luchamos para que nos vaya mejor a todos y sobre ese entendido debemos tomar decisiones. Ojalá que todos los actores involucrados, directa o indirectamente, coincidan.

 

Senador del PRI

 

Lo importante es que nos mantenemos en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y ello ya implica, por sí mismo, la posibilidad real de que podamos llegar a un término justo para los tres socios pero que incluya ventajas para México. Digamos que es una primera conclusión a la que, como observadores, podemos llegar al cerrar la sexta ronda.

¿Qué pasó hasta ahora? Se puede resumir: sesionaron 30 grupos técnicos y participaron más de un centenar de funcionarios de los tres países. Concluyeron el capítulo de Anticorrupción y el Anexo sobre Tecnologías de la Información y Comunicación, que se suman a los capítulos de PYMES y Competencia y al Anexo Sectorial de Eficiencia Energética. Se registraron avances significativos en los capítulos de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Telecomunicaciones y Obstáculos Técnicos al Comercio, así como los anexos sectoriales de farmacéuticos, químicos y cosméticos.

Hay que observar lo que declaró el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo. Reconoció la disposición de Canadá y de Estados Unidos para avanzar en los temas más complicados. Y los tres ministros, Guajardo de México, Chrystia Freeland de Canadá, y el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, reconocieron el reto que presentarán las rondas subsecuentes y reiteraron su mandato e instrucciones a los equipos de los tres países para avanzar hacia una modernización exitosa, que beneficie a los tres países.

Ahí vamos bien, ni siquiera Trump ha hecho a últimas fechas descalificaciones a priori y en su informe no hizo mención alguna. Tal parece que, en su caso, las opiniones y peticiones de poderosas empresas norteamericanas para que no se cancele y sí se fortalezca, porque obtienen beneficios del TLC, ha influido en su ánimo. Tampoco podemos confiar y adelantar que Trump ya está conforme. No, de ninguna manera. La postura norteamericana de hacer modificaciones y de imponer un plazo fatal de 5 años para revisar el mecanismo del Tratado sigue rondando como fantasma. Tampoco  olvidemos que Trump tendrá su propia elección intermedia y eso podría mover su interés en el tema del Tratado, dependiendo si conviene o no a sus intereses.

En nuestro caso, el de México, también hay implicaciones político-administrativas que ya también rondan las negociaciones del Tratado. La primera es que la administración del presidente Peña llega este año a su fin y no hay ninguna certeza de que antes de su conclusión terminen las renegociaciones. Eso ya implicaría, de prolongarse, el casi seguro cambio de equipo negociador y, probablemente, visiones diferentes de afrontar el tema.

La segunda, que las elecciones son en julio próximo y hay ya una propuesta, al menos del aspirante presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, de que las renegociaciones se suspendan por ahora y continúen después de la elección. Al respecto, el propio secretario Guajardo, en reunión con senadores del PRI-Verde, nos dijo que tal decisión no depende exclusivamente de México sino de los tres países involucrados.

O sea, que incluso planteando la posibilidad de continuar después de julio, dependería de la coincidencia de los otros países. Es de sentido común considerarlo así. ¿Nos pone en desventaja la situación político-administrativa que vivimos? No, si los actores políticos mexicanos y las autoridades constitucionales ponemos sobre la mesa ese mismo sentido común.

Entendemos que todos los que vivimos en este país buscamos y luchamos para que nos vaya mejor a todos y sobre ese entendido debemos tomar decisiones. Ojalá que todos los actores involucrados, directa o indirectamente, coincidan.

 

Senador del PRI