Hace algunos años tuve el honor de presidir el Tribunal Superior de Justicia de mi querido estado de Hidalgo, ahí pude constatar que la labor de un juzgador es compleja y de alta responsabilidad. En sus manos está hacer justicia, más allá del mero cumplimiento de la ley, sin embargo; para lograrlo se requiere valor y tenacidad.
En mi paso por esta responsabilidad, vino a mi mente esta semana a propósito de la resolución del Juez de Distrito Juan Pablo Gómez Fierro, quien concedió la suspensión definitiva de la reforma eléctrica impulsada por Morena, lo que significa un freno a la aplicación de esta nueva política eléctrica.
Recordemos que esta reforma ha sido criticada a nivel internacional por frenar el uso de energías renovables, lo que ocasionaría que el recibo de luz que llega a la casa de las y los mexicanos se vea incrementado, impactando así el bolsillo de millones familias.
Ante la resolución valiente de este juez, quien no cedió a las intimidaciones del partido en el poder, Morena eligió el camino de las dictaduras, presentando una reforma a la Ley de Amparo para impedir que se dicten más suspensiones a esta reforma.
Esto es muestra de que nos enfrentamos a un régimen con tintes dictatoriales ya que, si la ley no les permite imponer ocurrencias lo más fácil es reformarla, sobretodo si se tiene una mayoría absoluta como la que tiene hoy Morena en la Cámara de Diputados, sin importarles el perjuicio del pueblo de México.
Para que una democracia se consolide, es importante preservar el Estado de Derecho, por ello celebro la determinación y valentía de este juez que ha defendido la ley de acuerdo a sus convicciones, por encima de presiones, amenazas y caprichos del partido oficial.
Secretaria General del CEN del PRI
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