Hace 205 años José María Morelos publicó la primera convocatoria
para celebrar el Congreso de Chilpancingo.
Los mexicanos estamos a siete días de celebrar la jornada cívica más importante de nuestra historia no sólo por el gran número de cargos de elección popular que definiremos, sino también por la gran cantidad de ciudadanos que estamos convocados y listos para acudir a las urnas: 89 millones 393 mil 959 mujeres y hombres que decidiremos sobre el rumbo de toda una nación de 127 millones de habitantes.
De los 2 mil 242 municipios que renovarán sus autoridades en 30 entidades federativas, uno de ellos es Metepec, en el Estado de México, en donde 180 mil 384 ciudadanos están convocados para elegir –además de Presidente de la República, diputados federales y senador– un nuevo gobierno municipal y diputado local.
Se trata de cinco elecciones simultáneas que definirán el rumbo que tome uno de los municipios más emblemáticos de la entidad mexiquense y en cuya contienda por la presidencia municipal se encuentra Carolina Monroy del Mazo, mujer experimentada que cuenta con una amplia trayectoria en el servicio público.
Mujer de trabajo, dedicación y resultados, Carolina Monroy ha destacado por su honestidad y sinceridad en cada una de las responsabilidades que ha desempeñado. Prueba de ello es que a diferencia de quienes no pueden pararse en los lugares que han representado, Carolina Monroy no sólo vive y trabaja en Metepec, municipio que ya gobernó entre 2013 y 2015, sino que además está cosechando la confianza, respaldo y gratitud que sembró entre la población durante su administración municipal de resultados y responsabilidad.
Y es que una característica de la licenciada en Derecho es que su acción pública deja un legado para la población.
Como diputada federal, además de sus acertadas y contundentes intervenciones en tribuna y desde su curul, legó a la Cámara de Diputados su primer Código de Ética, para lo cual Monroy del Mazo presentó la iniciativa, la impulsó entre los diversos grupos parlamentarios y logró su dictaminación y aprobación, atendiendo las exigencias sociales para transparentar la labor legislativa y garantizar la conducción ética de sus integrantes.
“La corrupción no sólo tiene que ver con el ejercicio indebido de los recursos públicos, sino que la corrupción es sinónimo de degradación, de descomposición en el ejercicio o cargo con el que los ciudadanos nos honraron y que nosotros protestamos honrar. Un Código de Ética como con el que hoy contamos en la Cámara de Diputados es, sin duda, un paso adelante”, dijo la entonces diputada federal Carolina Monroy, demostrando la claridad y coherencia de su actuar en el servicio público.
A una semana de la elección en Metepec, Carolina Monroy recorre casa por casa, tal y como lo ha hecho durante los poco más de 30 años de servicio público que tiene, lo cual le augura el apoyo mayoritario de la ciudadanía. Al tiempo.
camachjovargas@prodigy.net.mx
@jlcamachov
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