/ martes 24 de octubre de 2017

CdMx en alerta roja de vulnerabilidad

Hace unos días la Secretaría de Gobernación, a través del Cenapred, en coordinación con la UNAM, dio a conocer la nueva versión del Atlas Nacional de Riesgos, por el cual se pretende que la ciudadanía conozca el grado de vulnerabilidad física del suelo de la CdMx, a partir de la inclusión en dicho documento del mapeo de las grietas que presenta. De esta forma, será posible ubicar, de acuerdo con los colores rojo, verde y amarillo, cuáles son las zonas de mayor riesgo que presenta el subsuelo a causa de fallas y fracturas geológicas. Por lo pronto, esta valiosa información advierte que hay 12 puntos en la CdMx con deformación crítica debido a las fracturas y acelerados hundimientos diferenciados, particularmente en ciertas colonias de las delegaciones de Iztapalapa, Iztacalco, Cuauhtémoc y Benito Juárez, así como de Tláhuac y Xochimilco, donde sus respectivos hundimientos alcanzan los 40 cms. anuales, resultado tanto de la sobreextracción de agua subterránea, del nacimiento de fracturas en áreas de contacto entre zonas de sedimentos lacustres y de origen volcánico, como a la existencia de importantes fallas geológicas como las de Mixhuca y Copilco.

Al respecto, Dora Carreón, investigadora del Centro de Geociencias y responsable del proyecto Análisis de la vulnerabilidad física a la subsidencia y al fracturamiento en la Ciudad de México, señaló que si bien no es posible evitar que los fenómenos naturales puedan ocurrir, en lo que sí se puede incidir es en la implementación de “medidas de mitigación” y toma de decisiones que “eviten posibles desastres”, lo cual constituye un reto para la sociedad y el gobierno. Por su parte, el titular del Cenapred, Carlos Valdés, recomendó no continuar asentándose en sitios donde el fracturamiento sea importante o severo para no estar en riesgo, como sería en el 3.9% del territorio capitalino identificado con alta vulnerabilidad.

¿Cómo reaccionó ante ello el gobierno capitalino? A principios de mes y por la presión social, tras cinco años de aducirrazones de “seguridad nacional”, finalmente publicó el Atlas Público de Peligros y Riesgos, documento que terminó reputando de “borrador” ante las duras críticas que recibió. No obstante, al divulgarse el nuevo Atlas Nacional, su respectiva condena y denostación no se hizo esperar: calificó de “lamentables, muy ligeras y desafortunadas” las declaraciones del Cenapred, al que pidió antes de dar recomendaciones “hablar” con el gobierno local, así como abstenerse en desacreditar su labor en conjunto realizada con la Conagua. Y sentenció: “antes de hacer recomendaciones vamos a ponernos de acuerdo y ver de qué se trata”. ¿“Ponerse de acuerdo”? ¡Imposible sorprendernos!

Enorme debe ser la inquietud entre los voraces desarrolladores inmobiliarios y funcionarios locales que abrieron las puertas a la impunidad, pues así como la reveladora y preocupante información publicada por Cenapred-UNAM supera toda proyección, de la misma forma resulta inconcebible la magnitud de los compromisos económicos y políticos involucrados. Y es que ante los nuevos referentes sobre las condiciones geológicas de la CdMx, el negocio de la especulación inmobiliaria se tambalea junto con las jugosas expectativas cifradas en el proyecto de reconstrucción presentado por el Ejecutivo local a la Asamblea Legislativa en torno a los inmuebles afectados. De abortarse la iniciativa, no podrían legitimar la ilegalidad en que operaban muchos de los edificios colapsados con más de los niveles autorizados, ni podrían permitir aumentar dos niveles por sobre los máximos estipulados en los programas delegacionales de desarrollo urbano y mucho menos expropiar a mansalva inmuebles derrumbados o demolidos. Por eso la desazón ofusca y enoja al gobierno capitalino, mientras la ciudadanía confirma una vez más que su seguridad y ahora su sobrevivencia, no son prioridad en lo absoluto.

bettyzanolli@hotmail.com

@BettyZanolli

Hace unos días la Secretaría de Gobernación, a través del Cenapred, en coordinación con la UNAM, dio a conocer la nueva versión del Atlas Nacional de Riesgos, por el cual se pretende que la ciudadanía conozca el grado de vulnerabilidad física del suelo de la CdMx, a partir de la inclusión en dicho documento del mapeo de las grietas que presenta. De esta forma, será posible ubicar, de acuerdo con los colores rojo, verde y amarillo, cuáles son las zonas de mayor riesgo que presenta el subsuelo a causa de fallas y fracturas geológicas. Por lo pronto, esta valiosa información advierte que hay 12 puntos en la CdMx con deformación crítica debido a las fracturas y acelerados hundimientos diferenciados, particularmente en ciertas colonias de las delegaciones de Iztapalapa, Iztacalco, Cuauhtémoc y Benito Juárez, así como de Tláhuac y Xochimilco, donde sus respectivos hundimientos alcanzan los 40 cms. anuales, resultado tanto de la sobreextracción de agua subterránea, del nacimiento de fracturas en áreas de contacto entre zonas de sedimentos lacustres y de origen volcánico, como a la existencia de importantes fallas geológicas como las de Mixhuca y Copilco.

Al respecto, Dora Carreón, investigadora del Centro de Geociencias y responsable del proyecto Análisis de la vulnerabilidad física a la subsidencia y al fracturamiento en la Ciudad de México, señaló que si bien no es posible evitar que los fenómenos naturales puedan ocurrir, en lo que sí se puede incidir es en la implementación de “medidas de mitigación” y toma de decisiones que “eviten posibles desastres”, lo cual constituye un reto para la sociedad y el gobierno. Por su parte, el titular del Cenapred, Carlos Valdés, recomendó no continuar asentándose en sitios donde el fracturamiento sea importante o severo para no estar en riesgo, como sería en el 3.9% del territorio capitalino identificado con alta vulnerabilidad.

¿Cómo reaccionó ante ello el gobierno capitalino? A principios de mes y por la presión social, tras cinco años de aducirrazones de “seguridad nacional”, finalmente publicó el Atlas Público de Peligros y Riesgos, documento que terminó reputando de “borrador” ante las duras críticas que recibió. No obstante, al divulgarse el nuevo Atlas Nacional, su respectiva condena y denostación no se hizo esperar: calificó de “lamentables, muy ligeras y desafortunadas” las declaraciones del Cenapred, al que pidió antes de dar recomendaciones “hablar” con el gobierno local, así como abstenerse en desacreditar su labor en conjunto realizada con la Conagua. Y sentenció: “antes de hacer recomendaciones vamos a ponernos de acuerdo y ver de qué se trata”. ¿“Ponerse de acuerdo”? ¡Imposible sorprendernos!

Enorme debe ser la inquietud entre los voraces desarrolladores inmobiliarios y funcionarios locales que abrieron las puertas a la impunidad, pues así como la reveladora y preocupante información publicada por Cenapred-UNAM supera toda proyección, de la misma forma resulta inconcebible la magnitud de los compromisos económicos y políticos involucrados. Y es que ante los nuevos referentes sobre las condiciones geológicas de la CdMx, el negocio de la especulación inmobiliaria se tambalea junto con las jugosas expectativas cifradas en el proyecto de reconstrucción presentado por el Ejecutivo local a la Asamblea Legislativa en torno a los inmuebles afectados. De abortarse la iniciativa, no podrían legitimar la ilegalidad en que operaban muchos de los edificios colapsados con más de los niveles autorizados, ni podrían permitir aumentar dos niveles por sobre los máximos estipulados en los programas delegacionales de desarrollo urbano y mucho menos expropiar a mansalva inmuebles derrumbados o demolidos. Por eso la desazón ofusca y enoja al gobierno capitalino, mientras la ciudadanía confirma una vez más que su seguridad y ahora su sobrevivencia, no son prioridad en lo absoluto.

bettyzanolli@hotmail.com

@BettyZanolli