/ lunes 4 de octubre de 2021

CdMx: nuevo comienzo

El pasado 6 de junio, la ciudadanía salió a votar por un cambio, ese fue el primer paso en este nuevo camino de la democracia capitalina.

El segundo, se dio el 1 se septiembre cuando las Diputadas y Diputados electos tomamos protesta para ser la voz de las vecinas y vecinos en el Congreso de la Ciudad.

El tercer paso, lo dimos el pasado viernes 1 de octubre, cuando los Alcaldes y Alcaldesas formalizaron el inicio de su encargo y en consecuencia dieron inicio las nuevas administraciones del gobierno más cercano a la gente.

Han sido meses complicados, atravesar por una pandemia, desaceleración económica, la pérdida de empleos y seres queridos sin duda nos ha marcado, pero estoy convencida que estamos ante un nuevo comienzo.

La realidad política de esta ciudad cambió diametralmente, hoy más de la mitad de las Alcaldías serán gobernadas por alternativas al partido oficial, dando pie a mayores equilibrios en el poder y abonando a fortalecer nuestra democracia.

Los nuevos gobiernos, y nosotros mismos como Legisladores de oposición, tenemos la oportunidad de recuperar la confianza de la ciudadanía, de tal forma que estamos obligados a hacer las cosas distintas y no podemos darnos el lujo de fallar.

Si me preguntan, yo percibo por parte del partido en el poder cierto descontento, y no es para menos, escondido tras un discurso de civilidad y cordialidad política, quienes se asumen como parte de la cuarta transformación saben que si no tienen cuidado, esto se les va a salir de las manos.

Y es que no es casualidad que quien el actual inquilino de Palacio Nacional “ande de gira” por la CDMX, particularmente en las zonas donde MORENA tiene mayor fuerza, acompañado de la favorita para la sucesión presidencial, pues saben que solo su presencia puede fungir como contra peso ante una realidad política que no les favorece.

Perder la Alcaldía Cuauhtémoc, el corazón de la capital, Miguel Hidalgo que representa una derrama económica importante, o sus bastiones históricos como Álvaro Obregón y Tlalpan no fue cosa menor, de tal forma que creo que nos esperan épocas de mayor polarización.

Hoy percibo un ánimo dividido, por un lado vemos mucha fiesta y alegría y por el otro ¿templanza? ¿serenidad? No obstante, lo que no debemos perder de vista es que el verdadero proyecto de nación nos incluye a todas y todos, que las necesidades de la gente no se detienen con este cambio de administración y en consecuencia los nuevos gobiernos están obligados a trabajar y a entregar resultados desde el minuto uno.

Es momento de tomar las riendas de esta nueva encomienda con determinación y altura de miras, esto de la política es como practicar un deporte, a veces se gana y a veces se pierde, pero lo importante es saber aceptar ambas circunstancias de la mejor manera y siempre tomarlas como aprendizaje.

A través de esta reflexión, me gustaría transmitir a las y los servidores públicos entrantes que efectivamente este es un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para demostrar que se pueden hacer las cosas distintas, porque más allá de los colores e ideologías, nos une el deseo de hacer de esta ciudad en la que vivimos, trabajamos y estudiamos, un mejor lugar.

El pasado 6 de junio, la ciudadanía salió a votar por un cambio, ese fue el primer paso en este nuevo camino de la democracia capitalina.

El segundo, se dio el 1 se septiembre cuando las Diputadas y Diputados electos tomamos protesta para ser la voz de las vecinas y vecinos en el Congreso de la Ciudad.

El tercer paso, lo dimos el pasado viernes 1 de octubre, cuando los Alcaldes y Alcaldesas formalizaron el inicio de su encargo y en consecuencia dieron inicio las nuevas administraciones del gobierno más cercano a la gente.

Han sido meses complicados, atravesar por una pandemia, desaceleración económica, la pérdida de empleos y seres queridos sin duda nos ha marcado, pero estoy convencida que estamos ante un nuevo comienzo.

La realidad política de esta ciudad cambió diametralmente, hoy más de la mitad de las Alcaldías serán gobernadas por alternativas al partido oficial, dando pie a mayores equilibrios en el poder y abonando a fortalecer nuestra democracia.

Los nuevos gobiernos, y nosotros mismos como Legisladores de oposición, tenemos la oportunidad de recuperar la confianza de la ciudadanía, de tal forma que estamos obligados a hacer las cosas distintas y no podemos darnos el lujo de fallar.

Si me preguntan, yo percibo por parte del partido en el poder cierto descontento, y no es para menos, escondido tras un discurso de civilidad y cordialidad política, quienes se asumen como parte de la cuarta transformación saben que si no tienen cuidado, esto se les va a salir de las manos.

Y es que no es casualidad que quien el actual inquilino de Palacio Nacional “ande de gira” por la CDMX, particularmente en las zonas donde MORENA tiene mayor fuerza, acompañado de la favorita para la sucesión presidencial, pues saben que solo su presencia puede fungir como contra peso ante una realidad política que no les favorece.

Perder la Alcaldía Cuauhtémoc, el corazón de la capital, Miguel Hidalgo que representa una derrama económica importante, o sus bastiones históricos como Álvaro Obregón y Tlalpan no fue cosa menor, de tal forma que creo que nos esperan épocas de mayor polarización.

Hoy percibo un ánimo dividido, por un lado vemos mucha fiesta y alegría y por el otro ¿templanza? ¿serenidad? No obstante, lo que no debemos perder de vista es que el verdadero proyecto de nación nos incluye a todas y todos, que las necesidades de la gente no se detienen con este cambio de administración y en consecuencia los nuevos gobiernos están obligados a trabajar y a entregar resultados desde el minuto uno.

Es momento de tomar las riendas de esta nueva encomienda con determinación y altura de miras, esto de la política es como practicar un deporte, a veces se gana y a veces se pierde, pero lo importante es saber aceptar ambas circunstancias de la mejor manera y siempre tomarlas como aprendizaje.

A través de esta reflexión, me gustaría transmitir a las y los servidores públicos entrantes que efectivamente este es un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para demostrar que se pueden hacer las cosas distintas, porque más allá de los colores e ideologías, nos une el deseo de hacer de esta ciudad en la que vivimos, trabajamos y estudiamos, un mejor lugar.