/ miércoles 21 de marzo de 2018

Centro de barrio

  • ¿Cómo queremos el desarrollo urbano?

La Asamblea Legislativa acaba de devolver al gobierno de la Ciudad de México, con observaciones, el Programa General de Desarrollo Urbano. Esta era una decisión largamente esperada: el borrador del PGDU no satisfizo a nadie o a casi nadie. Y al mismo tiempo, la Asamblea pidió que la Ciudad de México replantee su modelo de desarrollo urbano.

Entre que la Asamblea tuvo en sus manos el PGDU y lo devolvió con observaciones han ocurrido muchas cosas: tembló y hubo protestas vecinales por un sinfín de proyectos, pero puedo mencionar dos de los más recientes: la construcción de los cines de Galerías Insurgentes en una pequeña calle de la colonia Actipan, Tigre, de tan solo ocho metros de ancho; el caso de las torres Begrand, junto a Ciudad Universitaria.

¿Para qué quiere la Ciudad un Programa General de Desarrollo Urbano? Conforme a la definición legal, el PGDU es “El que determina la política, estrategia y acciones del desarrollo urbano en el territorio del Distrito Federal, así como las bases para expedir los programas de los subsecuentes ámbitos de aplicación”. El documento legal debe incluir estos tres requisitos: política, estrategia y acciones del desarrollo urbano.

La política en realidad es la que debe satisfacer las preocupaciones de la población en esta materia. Hagamos lo que hagamos, en las siguientes semanas surgirán más oposiciones a distintos desarrollos inmobiliarios, esta es nuestra realidad. La ciudad está resentida con la forma del desarrollo. Si el PGDU no logra presentar el desarrollo urbano como lo queremos, entonces no es un documento digno de aprobarse.

No me refiero a meros formalismos democráticos en donde la población se oponga a cualquier construcción por referéndum. Me refiero a que el desarrollo urbano debe responder a las necesidades de la población, y así como entre éstas tal vez no está la construcción de cines en calles angostas, centros comerciales en vialidades congestionadas, rascacielos al lado de inmuebles catalogados o patrimonio de la humanidad, ni la ausencia de definiciones en los suelos de mayor riesgo sísmico. El desarrollo urbano debe satisfacer necesidades presentes y futuras en materia de vivienda, equipamiento y servicios.

Bajo la tendencia actual, esta ciudad continuará construyendo cientos de miles de metros cuadrados cada año, pero resulta inaceptable que estos metros cuadrados se hagan solo atendiendo a los sectores más ricos de la población. Ese es el problema del desarrollo urbano actual, está dirigido solo a una élite y su escala es esa, la del automóvil, la que genera congestión, la que consume más agua, la que genera más desperdicios.

El PGDU que se discutió en la Asamblea Legislativa tenía el acierto de vincular dotación de servicios con zonas con potencial de desarrollo, mas tenía también el desacierto de ignorar las líneas tendenciales, construir las posibilidades futuras de desarrollo urbano haciendo que el desarrollo inmobiliario pague nuevas dotaciones de servicios.

Desarrollo urbano y desarrollo inmobiliario no son lo mismo, me parece que el PGDU los confundía, el inmobiliario es tan solo un componente del desarrollo urbano, que debe incluir esas posibilidades futuras en todas las materias urbanas, no solo la construcción.

  • ¿Cómo queremos el desarrollo urbano?

La Asamblea Legislativa acaba de devolver al gobierno de la Ciudad de México, con observaciones, el Programa General de Desarrollo Urbano. Esta era una decisión largamente esperada: el borrador del PGDU no satisfizo a nadie o a casi nadie. Y al mismo tiempo, la Asamblea pidió que la Ciudad de México replantee su modelo de desarrollo urbano.

Entre que la Asamblea tuvo en sus manos el PGDU y lo devolvió con observaciones han ocurrido muchas cosas: tembló y hubo protestas vecinales por un sinfín de proyectos, pero puedo mencionar dos de los más recientes: la construcción de los cines de Galerías Insurgentes en una pequeña calle de la colonia Actipan, Tigre, de tan solo ocho metros de ancho; el caso de las torres Begrand, junto a Ciudad Universitaria.

¿Para qué quiere la Ciudad un Programa General de Desarrollo Urbano? Conforme a la definición legal, el PGDU es “El que determina la política, estrategia y acciones del desarrollo urbano en el territorio del Distrito Federal, así como las bases para expedir los programas de los subsecuentes ámbitos de aplicación”. El documento legal debe incluir estos tres requisitos: política, estrategia y acciones del desarrollo urbano.

La política en realidad es la que debe satisfacer las preocupaciones de la población en esta materia. Hagamos lo que hagamos, en las siguientes semanas surgirán más oposiciones a distintos desarrollos inmobiliarios, esta es nuestra realidad. La ciudad está resentida con la forma del desarrollo. Si el PGDU no logra presentar el desarrollo urbano como lo queremos, entonces no es un documento digno de aprobarse.

No me refiero a meros formalismos democráticos en donde la población se oponga a cualquier construcción por referéndum. Me refiero a que el desarrollo urbano debe responder a las necesidades de la población, y así como entre éstas tal vez no está la construcción de cines en calles angostas, centros comerciales en vialidades congestionadas, rascacielos al lado de inmuebles catalogados o patrimonio de la humanidad, ni la ausencia de definiciones en los suelos de mayor riesgo sísmico. El desarrollo urbano debe satisfacer necesidades presentes y futuras en materia de vivienda, equipamiento y servicios.

Bajo la tendencia actual, esta ciudad continuará construyendo cientos de miles de metros cuadrados cada año, pero resulta inaceptable que estos metros cuadrados se hagan solo atendiendo a los sectores más ricos de la población. Ese es el problema del desarrollo urbano actual, está dirigido solo a una élite y su escala es esa, la del automóvil, la que genera congestión, la que consume más agua, la que genera más desperdicios.

El PGDU que se discutió en la Asamblea Legislativa tenía el acierto de vincular dotación de servicios con zonas con potencial de desarrollo, mas tenía también el desacierto de ignorar las líneas tendenciales, construir las posibilidades futuras de desarrollo urbano haciendo que el desarrollo inmobiliario pague nuevas dotaciones de servicios.

Desarrollo urbano y desarrollo inmobiliario no son lo mismo, me parece que el PGDU los confundía, el inmobiliario es tan solo un componente del desarrollo urbano, que debe incluir esas posibilidades futuras en todas las materias urbanas, no solo la construcción.

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