/ miércoles 26 de junio de 2019

Centro de Barrio | #AsíTampoco

A raíz de que el gobierno de la Ciudad de México anunció, a mediados de 2015, la construcción de una pasarela elevada que pretendía ser espacio público, se desataron interesantes discusiones sobre la avenida Chapultepec que se resumían muy bien en la propuesta que hizo entonces Teodoro González de León: crecer banquetas, mejorar pasos peatonales y sembrar árboles.

A decir verdad, la propuesta de Teodoro iba más lejos, considerando el desarrollo urbano de la zona: fusionar predios y generar un corredor tipo Reforma. También hacía énfasis en sacar a los microbuses y mejorar la ciclovía.

Poco a poco terminamos organizados en distintos grupos de opositores al absurdo “Shopultepec”: un grupo de profesionistas (urbanistas, arquitectos, entre otros, no necesariamente de la zona), que era favorable a una intervención distinta en avenida Chapultepec; los vecinos de la Roma y la Condesa, que también eran favorables a hacer algo; los vecinos de la Juárez, que insistían en un diagnóstico participativo antes de definir la intervención; y finalmente un grupo más reacio a intervenir la avenida, del cual incluso salió una constituyente de la Ciudad de México, postulada por Morena.

Los partidarios de que se hiciera una intervención apegada a buenas prácticas nos identificamos con un lema poderoso: #AsíNo, que era una forma de expresar: sí queremos que pase algo en Chapultepec, pero no este absurdo. Cuando ganamos la consulta había pocas posibilidades de concretar un #AsíSí. Una vez sentados en la mesa terminamos conviviendo los tres puntos de vista: hagamos proyecto, hagamos diagnóstico, no hagamos proyecto.

El entorno político se fue complicando con las elecciones al Congreso Constituyente y luego con la elección de 2018. Era imposible sacar un nuevo proyecto para Chapultepec en esas circunstancias. Además, la avenida fue asfaltada en 2016, lo que implicaba respetar un mínimo ciclo de vida de esta obra, tres años.

En los últimos meses se ha hablado de una rehabilitación para avenida Chapultepec. Como autor, se ha mencionado a Alberto Kalach, quien además de ser un gran arquitecto, fue uno de los protagonistas de la oposición a Shopultepec. Eso da mucha confianza. Y la observación que haré a continuación no es a su trabajo, es al proceso público de instrumentación.

El gobierno de la Ciudad de México debe entender que los debates, expresiones, manifestaciones y la consulta pública misma, marcaron a muchos de los participantes. Sabemos que hubo opositores al proyecto por razones políticas, pero hubo también muchos que lo hicimos por la insensatez de la propuesta.

El pasado lunes 24 de junio se publicó la licitación para la obra. No hubo consultas. No hubo información. Sólo decisión. Puedo confiar en el proyecto por quien lo hizo, pero se nota que a Claudia Sheinbaum le cuesta trabajo gobernar con los ciudadanos.

Mientras escribo este artículo veo un tuit de @ferfisfer comparando “Dos estilos de hacer política pública” que ocurren simultáneamente en Chile y en la Ciudad de México: la estrategia de Convivencia Vial. En Chile, por convocatoria abierta, para integrar el proyecto; en Ciudad de México, los funcionarios presentando su documento a sus invitados selectos.

#AsíTampoco, Doctora Sheinbaum.

A raíz de que el gobierno de la Ciudad de México anunció, a mediados de 2015, la construcción de una pasarela elevada que pretendía ser espacio público, se desataron interesantes discusiones sobre la avenida Chapultepec que se resumían muy bien en la propuesta que hizo entonces Teodoro González de León: crecer banquetas, mejorar pasos peatonales y sembrar árboles.

A decir verdad, la propuesta de Teodoro iba más lejos, considerando el desarrollo urbano de la zona: fusionar predios y generar un corredor tipo Reforma. También hacía énfasis en sacar a los microbuses y mejorar la ciclovía.

Poco a poco terminamos organizados en distintos grupos de opositores al absurdo “Shopultepec”: un grupo de profesionistas (urbanistas, arquitectos, entre otros, no necesariamente de la zona), que era favorable a una intervención distinta en avenida Chapultepec; los vecinos de la Roma y la Condesa, que también eran favorables a hacer algo; los vecinos de la Juárez, que insistían en un diagnóstico participativo antes de definir la intervención; y finalmente un grupo más reacio a intervenir la avenida, del cual incluso salió una constituyente de la Ciudad de México, postulada por Morena.

Los partidarios de que se hiciera una intervención apegada a buenas prácticas nos identificamos con un lema poderoso: #AsíNo, que era una forma de expresar: sí queremos que pase algo en Chapultepec, pero no este absurdo. Cuando ganamos la consulta había pocas posibilidades de concretar un #AsíSí. Una vez sentados en la mesa terminamos conviviendo los tres puntos de vista: hagamos proyecto, hagamos diagnóstico, no hagamos proyecto.

El entorno político se fue complicando con las elecciones al Congreso Constituyente y luego con la elección de 2018. Era imposible sacar un nuevo proyecto para Chapultepec en esas circunstancias. Además, la avenida fue asfaltada en 2016, lo que implicaba respetar un mínimo ciclo de vida de esta obra, tres años.

En los últimos meses se ha hablado de una rehabilitación para avenida Chapultepec. Como autor, se ha mencionado a Alberto Kalach, quien además de ser un gran arquitecto, fue uno de los protagonistas de la oposición a Shopultepec. Eso da mucha confianza. Y la observación que haré a continuación no es a su trabajo, es al proceso público de instrumentación.

El gobierno de la Ciudad de México debe entender que los debates, expresiones, manifestaciones y la consulta pública misma, marcaron a muchos de los participantes. Sabemos que hubo opositores al proyecto por razones políticas, pero hubo también muchos que lo hicimos por la insensatez de la propuesta.

El pasado lunes 24 de junio se publicó la licitación para la obra. No hubo consultas. No hubo información. Sólo decisión. Puedo confiar en el proyecto por quien lo hizo, pero se nota que a Claudia Sheinbaum le cuesta trabajo gobernar con los ciudadanos.

Mientras escribo este artículo veo un tuit de @ferfisfer comparando “Dos estilos de hacer política pública” que ocurren simultáneamente en Chile y en la Ciudad de México: la estrategia de Convivencia Vial. En Chile, por convocatoria abierta, para integrar el proyecto; en Ciudad de México, los funcionarios presentando su documento a sus invitados selectos.

#AsíTampoco, Doctora Sheinbaum.

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