/ miércoles 7 de agosto de 2019

Centro de Barrio | Cuestión de ególatras

La crítica siempre es difícil de manejar, pero en política lo es más porque hay poder de por medio, y ahora, con las redes sociales, las diatribas se tornan ligeras, la ciudadanía expresa opiniones sin mayor reflexión. Las más de las veces no son ciertas, el resto sería difícil de probar. Cualquier alto funcionario con cuenta de tuiter ya ha recibido acusaciones de inepto, corrupto, cobarde, asesino, entre muchas otras. No debería uno de preocuparse demasiado, salvo que no es lo mismo estar del otro lado de la barra, como dicen, que ser cantinero; no es lo mismo criticar todas las políticas del gobierno en turno, que convertirse en ese gobierno en turno.

En este sentido, cuando un secretario en el gobierno de la Ciudad de México se ofende porque un ciudadano muy activo, muy observado, como lo es Virgilio Pasotti, lo acusa de corrupto, en el fondo no sólo está mostrando un débil manejo político, también un altísimo ego. Y de hecho así sucedió con el Secretario de Movilidad, Andrés Lajous, que reclamó al director general “de una empresa trasnacional”, como la llamó, que “retuiteara” a Pasotti cuando lo llamó corrupto.

Es curioso, pero el reclamo mismo a un director de empresa que está pidiendo un permiso a la Semovi se vuelve el acto de corrupción que el funcionario niega. El reclamo no tendría que estar en la mesa si no es porque los más cercanos colaboradores de la Jefa de Gobierno, y no me refiero sólo al secretario, poseen un defecto maravilloso: un enorme ego que los obliga a compararse con cualquier otro ser humano en la tierra, para luego encontrarse como los mejores tomadores de decisiones en la historia de la ciudad.

Tal vez el acto de presionar a un particular para no dar difusión a un crítico no tenga mayor trascendencia, sólo exhibe las debilidades de un funcionario, pero la coincidencia en horas con el decomiso de bicicletas de la empresa Mobike lo desnuda por completo: “eres un enano” tuiteó Arne aus den Ruthen. En menos de 24 horas el gobierno de Ciudad de México dio una imagen terrible: autos en la banqueta por doquier, Claudia Sheinbaum conduciendo un coche de carreras, y bicicletas decomisadas con argumentos legales débiles: no está prohibido que cualquiera de nosotros deje una o más bicicletas en la calle.

El titular de la Agencia Digital de Innovación Pública, Pepe Merino, decía del decomiso de bicicletas compartidas a Mobike: “1. Pones reglas y las explicas a TODOS PÚBLICAMENTE. 2. Bajo esas reglas defines condiciones y contraprestaciones PÚBLICAMENTE. 3. Empresas aceptan los puntos 1. y 2. PÚBLICAMENTE. 4. Se hace subasta PÚBLICAMENTE (1)”. Lo que omitió es que las reglas se impusieron arbitrariamente, sin mayor deliberación pública en un tema que interesaba a la sociedad, convocando a un socio de Lajous y Merino en una organización, para definir los términos de la subasta.

La semana pasada algunos insistían en la renuncia de Lajous. Algo que no ocurrirá. La Jefa de Gobierno se mostraría débil haciendo caso al reclamo por el “no le des retuit a Pasotti”. El problema entonces es que los errores de sus colaboradores se los llevará ella, esta vez y las que vienen de aquí a los comicios de 2021. Las críticas a sus colaboradores no cederán, eso está claro; los espaldarazos tampoco, los egos menos.

La crítica siempre es difícil de manejar, pero en política lo es más porque hay poder de por medio, y ahora, con las redes sociales, las diatribas se tornan ligeras, la ciudadanía expresa opiniones sin mayor reflexión. Las más de las veces no son ciertas, el resto sería difícil de probar. Cualquier alto funcionario con cuenta de tuiter ya ha recibido acusaciones de inepto, corrupto, cobarde, asesino, entre muchas otras. No debería uno de preocuparse demasiado, salvo que no es lo mismo estar del otro lado de la barra, como dicen, que ser cantinero; no es lo mismo criticar todas las políticas del gobierno en turno, que convertirse en ese gobierno en turno.

En este sentido, cuando un secretario en el gobierno de la Ciudad de México se ofende porque un ciudadano muy activo, muy observado, como lo es Virgilio Pasotti, lo acusa de corrupto, en el fondo no sólo está mostrando un débil manejo político, también un altísimo ego. Y de hecho así sucedió con el Secretario de Movilidad, Andrés Lajous, que reclamó al director general “de una empresa trasnacional”, como la llamó, que “retuiteara” a Pasotti cuando lo llamó corrupto.

Es curioso, pero el reclamo mismo a un director de empresa que está pidiendo un permiso a la Semovi se vuelve el acto de corrupción que el funcionario niega. El reclamo no tendría que estar en la mesa si no es porque los más cercanos colaboradores de la Jefa de Gobierno, y no me refiero sólo al secretario, poseen un defecto maravilloso: un enorme ego que los obliga a compararse con cualquier otro ser humano en la tierra, para luego encontrarse como los mejores tomadores de decisiones en la historia de la ciudad.

Tal vez el acto de presionar a un particular para no dar difusión a un crítico no tenga mayor trascendencia, sólo exhibe las debilidades de un funcionario, pero la coincidencia en horas con el decomiso de bicicletas de la empresa Mobike lo desnuda por completo: “eres un enano” tuiteó Arne aus den Ruthen. En menos de 24 horas el gobierno de Ciudad de México dio una imagen terrible: autos en la banqueta por doquier, Claudia Sheinbaum conduciendo un coche de carreras, y bicicletas decomisadas con argumentos legales débiles: no está prohibido que cualquiera de nosotros deje una o más bicicletas en la calle.

El titular de la Agencia Digital de Innovación Pública, Pepe Merino, decía del decomiso de bicicletas compartidas a Mobike: “1. Pones reglas y las explicas a TODOS PÚBLICAMENTE. 2. Bajo esas reglas defines condiciones y contraprestaciones PÚBLICAMENTE. 3. Empresas aceptan los puntos 1. y 2. PÚBLICAMENTE. 4. Se hace subasta PÚBLICAMENTE (1)”. Lo que omitió es que las reglas se impusieron arbitrariamente, sin mayor deliberación pública en un tema que interesaba a la sociedad, convocando a un socio de Lajous y Merino en una organización, para definir los términos de la subasta.

La semana pasada algunos insistían en la renuncia de Lajous. Algo que no ocurrirá. La Jefa de Gobierno se mostraría débil haciendo caso al reclamo por el “no le des retuit a Pasotti”. El problema entonces es que los errores de sus colaboradores se los llevará ella, esta vez y las que vienen de aquí a los comicios de 2021. Las críticas a sus colaboradores no cederán, eso está claro; los espaldarazos tampoco, los egos menos.

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