/ miércoles 30 de octubre de 2019

Centro de Barrio | Echaleganismo gubernamental

Ver a la Jefa de Gobierno limpiando el letrero del Metro San Joaquín o el interior de un autobús causa molestia en detractores, pero sin duda puede reforzar empatía con los correligionarios. Más allá de ello me pregunto ¿sirve?

En la administración de Miguel Ángel Mancera, algunos sábados se realizaban los “Tu ciudad te requiere”, en los que había múltiples actividades simultáneas, se reforzaban las brigadas de mantenimiento, y los funcionarios llegaban a pintar, barrer, regar... para la foto. Cuando todo terminaba, tal vez había mejoras, pero en definitiva el recurso humano no había dado su máxima productividad: eran más los tiempos muertos que los activos.

Claudia Sheinbaum estableció los “Tequios” sabatinos, que por las imágenes no distan mucho de los “Tu ciudad te requiere”. Para que un político se suba a limpiar un letrero, muchos colaboradores tuvieron que preparar el escenario. He visto políticos cambiando luminarias, barriendo, pintando, podando y cuantos verbos de gestión urbana se nos ocurran. Todo es para la foto.

El autobús que limpiaron la Jefa de Gobierno y su equipo el 5 de octubre ya se ensució ¿Quién lo va a limpiar de nuevo?

En política de bienestar se dice que el esfuerzo individual realmente no sirve para la escalera social, sino que ésta se comporta como una lotería. Pues lo mismo sucede con los servicios públicos, éstos no pueden depender del esfuerzo individual sino de mecanismos institucionales. ¿Los representa el Tequio? El tequio es una lotería; si tienes suerte, la jefa de gobierno pintará el paso peatonal en tu esquina, barrerá tu calle o el parque de tu colonia. La ciudad es inmensa. Son 1,812 colonias, no todas serán alcanzadas por un Tequio, sólo algunas, las que resulten premiadas en la lotería; cientos de miles de postes que no serán pintados por funcionarios; cientos de miles de hectáreas de áreas verdes no serán podadas, reforestadas ni regadas; cientos de miles de pasos peatonales serán ignorados por el gabinete. Échenle ganitas, queridos funcionarios, les agradezco mucho pero esa no es la solución

¿Es el esfuerzo individual lo que transforma? La respuesta fría es negativa. Es la gestión lo que realmente transforma. Es la programación de los mantenimientos con criterios de eficiencia y eficacia lo que hace mejorar la ciudad. Un Tequio puede incluso reducir esa eficacia y eficiencia, por los tiempos muertos, por el traslado de maquinaria, herramienta y materiales, para una simple fotografía con un mensaje político.

Como ciudadanos tenemos que exigir la profesionalización de la gestión gubernamental y no la improvisación que representan estos eventos mediáticos. Sé que algunos actos públicos tienen un efecto motivacional para el equipo que acompaña a la Jefa de Gobierno, que también es la oportunidad para la relación horizontal entre dependencias, pero esto también puede lograrse por mejores vías.

No me ofende ver a mis autoridades haciendo tareas comunes, sólo quiero dejar muy en claro que trabajar los sábados o los domingos, echarle ganitas como servidores públicos es lo menos transformador. Mejoremos procesos, midamos la eficiencia y eficacia en el ejercicio de los recursos humanos y materiales, y sin duda que la administración pública mejorará. No es con loterías, la clave es la gestión.

Ver a la Jefa de Gobierno limpiando el letrero del Metro San Joaquín o el interior de un autobús causa molestia en detractores, pero sin duda puede reforzar empatía con los correligionarios. Más allá de ello me pregunto ¿sirve?

En la administración de Miguel Ángel Mancera, algunos sábados se realizaban los “Tu ciudad te requiere”, en los que había múltiples actividades simultáneas, se reforzaban las brigadas de mantenimiento, y los funcionarios llegaban a pintar, barrer, regar... para la foto. Cuando todo terminaba, tal vez había mejoras, pero en definitiva el recurso humano no había dado su máxima productividad: eran más los tiempos muertos que los activos.

Claudia Sheinbaum estableció los “Tequios” sabatinos, que por las imágenes no distan mucho de los “Tu ciudad te requiere”. Para que un político se suba a limpiar un letrero, muchos colaboradores tuvieron que preparar el escenario. He visto políticos cambiando luminarias, barriendo, pintando, podando y cuantos verbos de gestión urbana se nos ocurran. Todo es para la foto.

El autobús que limpiaron la Jefa de Gobierno y su equipo el 5 de octubre ya se ensució ¿Quién lo va a limpiar de nuevo?

En política de bienestar se dice que el esfuerzo individual realmente no sirve para la escalera social, sino que ésta se comporta como una lotería. Pues lo mismo sucede con los servicios públicos, éstos no pueden depender del esfuerzo individual sino de mecanismos institucionales. ¿Los representa el Tequio? El tequio es una lotería; si tienes suerte, la jefa de gobierno pintará el paso peatonal en tu esquina, barrerá tu calle o el parque de tu colonia. La ciudad es inmensa. Son 1,812 colonias, no todas serán alcanzadas por un Tequio, sólo algunas, las que resulten premiadas en la lotería; cientos de miles de postes que no serán pintados por funcionarios; cientos de miles de hectáreas de áreas verdes no serán podadas, reforestadas ni regadas; cientos de miles de pasos peatonales serán ignorados por el gabinete. Échenle ganitas, queridos funcionarios, les agradezco mucho pero esa no es la solución

¿Es el esfuerzo individual lo que transforma? La respuesta fría es negativa. Es la gestión lo que realmente transforma. Es la programación de los mantenimientos con criterios de eficiencia y eficacia lo que hace mejorar la ciudad. Un Tequio puede incluso reducir esa eficacia y eficiencia, por los tiempos muertos, por el traslado de maquinaria, herramienta y materiales, para una simple fotografía con un mensaje político.

Como ciudadanos tenemos que exigir la profesionalización de la gestión gubernamental y no la improvisación que representan estos eventos mediáticos. Sé que algunos actos públicos tienen un efecto motivacional para el equipo que acompaña a la Jefa de Gobierno, que también es la oportunidad para la relación horizontal entre dependencias, pero esto también puede lograrse por mejores vías.

No me ofende ver a mis autoridades haciendo tareas comunes, sólo quiero dejar muy en claro que trabajar los sábados o los domingos, echarle ganitas como servidores públicos es lo menos transformador. Mejoremos procesos, midamos la eficiencia y eficacia en el ejercicio de los recursos humanos y materiales, y sin duda que la administración pública mejorará. No es con loterías, la clave es la gestión.

ÚLTIMASCOLUMNAS