/ miércoles 18 de diciembre de 2019

Centro de Barrio | En casa del herrero

El viernes 13 de diciembre, al interior de la Zona Arqueológica de Teotihuacan hubo un percance vial que dañó las escaleras de un basamento en la Calzada de los Muertos y según notas periodísticas fue justo después de la fiesta de trabajadores del lugar.

Supongo que el movimiento de vehículos al interior de la Zona Arqueológica cuenta con alguna restricción de velocidad, considerando tanto la importancia del lugar, como la presencia de visitantes, que en ese momento estaban en espera del espectáculo nocturno.

Cuando ocurren incidentes como el referido uno se da cuenta de que el famoso dicho, “En casa del herrero, cuchillo de palo”, tiene mucho de verdad. ¿Qué tanto sucede esto en otras circunstancias? Me referiré en concreto a la Subsecretaría de Control de Tránsito, a cargo de María Cristina Morales Domínguez, que ya en julio de este año debió pagar una multa por circular en motocicleta sin casco, esquivando autos y pasando semáforos en rojo. Como buena prepotente, Morales considera que su función es más importante que la de cualquier otro mortal: en las oficinas de la Subsecretaría de Control de Tránsito, ubicadas en Obrero Mundial con Pitágoras, decidieron apropiarse tanto de la banqueta como de los lugares aledaños, e incluso estacionar autos junto al camellón, tal como lo prohíbe el Reglamento de Tránsito. Hasta modificaron la banqueta para ello: en Google Maps uno puede consultar cómo funcionaba anteriormente.

Sobre la banqueta de Pitágoras han marcado 13 lugares de estacionamiento, de los cuales la mayor parte del espacio queda en el área de circulación peatonal, de acuerdo con el alineamiento de la calle. Como resultado, dejan al peatón menos de un metro. Esto no es muy distinto de lo que hacen otros actores, públicos y privados, sin embargo la diferencia está en que la Subsecretaría de Control de Tránsito, y particularmente su titular, recibe la atribución de: “Vigilar que la red vial, su infraestructura, servicios y elementos inherentes a ella, se utilicen en forma adecuada”. Ellos son los primeros en quebrantar el Artículo 11, fracción 2, del Manual Administrativo aplicable a la Secretaría de Seguridad Ciudadana. La responsable de esta falta es la subsecretaria Morales Domínguez, serán instalaciones públicas pero no debe haber excepciones en la aplicación del Reglamento de Tránsito salvo en casos concretos de emergencia, como lo establece el artículo 13 fracción I.

Como consecuencia de la falta de respeto a los ordenamientos públicos por los colaboradores de la Subsecretaría de Control de Tránsito, tenemos todas las banquetas de la ciudad plagadas de vehículos invasores, vueltas prohibidas, estacionamiento indebido o rebase de velocidades límite. Las implicaciones de estas faltas cuestan vidas, y ya hemos visto cómo las muertes por incidentes viales han crecido en lo que va del gobierno de Claudia Sheinbaum. Pero también debemos recordar que una de las recomendaciones de Rudolph Giuliani al entonces secretario de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, fue reforzar el cumplimiento de la normatividad de tránsito para disminuir la incidencia delictiva.

Por ello, yo recomendaría al secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, considerar el reemplazo de María Cristina Morales por una persona que sí se comprometa a respetar y hacer respetar el Reglamento de Tránsito, lo cual terminará impactando favorablemente la prevención del delito en esta ciudad.

El viernes 13 de diciembre, al interior de la Zona Arqueológica de Teotihuacan hubo un percance vial que dañó las escaleras de un basamento en la Calzada de los Muertos y según notas periodísticas fue justo después de la fiesta de trabajadores del lugar.

Supongo que el movimiento de vehículos al interior de la Zona Arqueológica cuenta con alguna restricción de velocidad, considerando tanto la importancia del lugar, como la presencia de visitantes, que en ese momento estaban en espera del espectáculo nocturno.

Cuando ocurren incidentes como el referido uno se da cuenta de que el famoso dicho, “En casa del herrero, cuchillo de palo”, tiene mucho de verdad. ¿Qué tanto sucede esto en otras circunstancias? Me referiré en concreto a la Subsecretaría de Control de Tránsito, a cargo de María Cristina Morales Domínguez, que ya en julio de este año debió pagar una multa por circular en motocicleta sin casco, esquivando autos y pasando semáforos en rojo. Como buena prepotente, Morales considera que su función es más importante que la de cualquier otro mortal: en las oficinas de la Subsecretaría de Control de Tránsito, ubicadas en Obrero Mundial con Pitágoras, decidieron apropiarse tanto de la banqueta como de los lugares aledaños, e incluso estacionar autos junto al camellón, tal como lo prohíbe el Reglamento de Tránsito. Hasta modificaron la banqueta para ello: en Google Maps uno puede consultar cómo funcionaba anteriormente.

Sobre la banqueta de Pitágoras han marcado 13 lugares de estacionamiento, de los cuales la mayor parte del espacio queda en el área de circulación peatonal, de acuerdo con el alineamiento de la calle. Como resultado, dejan al peatón menos de un metro. Esto no es muy distinto de lo que hacen otros actores, públicos y privados, sin embargo la diferencia está en que la Subsecretaría de Control de Tránsito, y particularmente su titular, recibe la atribución de: “Vigilar que la red vial, su infraestructura, servicios y elementos inherentes a ella, se utilicen en forma adecuada”. Ellos son los primeros en quebrantar el Artículo 11, fracción 2, del Manual Administrativo aplicable a la Secretaría de Seguridad Ciudadana. La responsable de esta falta es la subsecretaria Morales Domínguez, serán instalaciones públicas pero no debe haber excepciones en la aplicación del Reglamento de Tránsito salvo en casos concretos de emergencia, como lo establece el artículo 13 fracción I.

Como consecuencia de la falta de respeto a los ordenamientos públicos por los colaboradores de la Subsecretaría de Control de Tránsito, tenemos todas las banquetas de la ciudad plagadas de vehículos invasores, vueltas prohibidas, estacionamiento indebido o rebase de velocidades límite. Las implicaciones de estas faltas cuestan vidas, y ya hemos visto cómo las muertes por incidentes viales han crecido en lo que va del gobierno de Claudia Sheinbaum. Pero también debemos recordar que una de las recomendaciones de Rudolph Giuliani al entonces secretario de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, fue reforzar el cumplimiento de la normatividad de tránsito para disminuir la incidencia delictiva.

Por ello, yo recomendaría al secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, considerar el reemplazo de María Cristina Morales por una persona que sí se comprometa a respetar y hacer respetar el Reglamento de Tránsito, lo cual terminará impactando favorablemente la prevención del delito en esta ciudad.

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