/ miércoles 30 de enero de 2019

Centro de Barrio | Formación ciclista en las escuelas

En la Ciudad de México solo el 1.6% de los viajes se realiza en bicicleta; en la zona conurbada este porcentaje es un tanto mas alto, 2.7%, pero al final de cuentas el impacto de los viajes en bici es marginal. Desde la administración de Marcelo Ebrard se ha hablado de una meta del 5% de los viajes, aunque ésta podría moderarse en la administración de Claudia Sheinbaum, que recién comienza, hacia un 3%.

La promoción de la bicicleta, primero mediante el paseo dominical, luego con Ecobici y finalmente con una creciente red de ciclovías, no ha tenido el impacto deseado. En buena medida, suponemos, la inseguridad en nuestras rutas ha topado el número de usuarios, también hay otros factores: el costo de la bicicleta, del casco, del candado; la infraestructura sigue siendo limitada y la población no se ha dado cuenta de que la mayoría de los viajes está a una distancia pedaleable.

Con base en la Encuesta Origen Destino de los viajes en la Zona Metropolitana del Valle de México 2017, 15% de los viajes se realiza en tan sólo 15 minutos. Buena parte de esos viajes podría ser realizada en bicicleta, salvo que hubiera una limitante particular; 36% de los viajes se realiza en menos de media hora, donde también encontraremos alta factibilidad para usar la bicicleta y caminar.

¿Podemos cambiar a los viajeros de travesías cortas hacia la bicicleta? Sin duda, pero hay que encontrar el factor que está limitando su cambio modal, y tratar de resolverlo, en la medida de lo posible. No basta evangelizar en redes sociales o con rodadas para lograrlo, hay que hacer una acción más profunda.

La cantidad de mitos y resistencias que me ha tocado ver respecto a los proyectos de espacio público me dice que es necesario mejorar la información que reciben los vecinos respecto a las posibilidades de la infraestructura para la movilidad sustentable.

En la Ciudad de México existen más de 900 mil alumnos estudiando secundaria y preparatoria. Estoy convencido de que si no enfocamos la estrategia ciclista hacia esos niveles educativos, cualquier otra estrategia del Gobierno de la Ciudad de México será de impacto limitado. Si queremos llegar a un porcentaje relevante de viajes en bicicleta: es a través de la preparación de los jóvenes para el ciclismo urbano como lo lograremos.

Ya podemos llenar las avenidas de ciclovías, expandir la red de bicicletas públicas Ecobici o extender el ciclotón a las 16 demarcaciones, que el crecimiento del ciclismo urbano será marginal, como lo ha sido hasta ahora con una gran promoción de este modo de transporte. La clave está en la educación, en que todos los adolescentes sepan andar en bici y entiendan los principios básicos del ciclismo urbano, e incluso, que puedan recibir una bicicleta de parte del gobierno.

Si queremos reducir la congestión, las emisiones de gases producto del automóvil; si queremos que los ciclistas viajen por toda la ciudad en forma segura, entonces debemos enfocarnos a socializar el conocimiento que hoy detenta una minoría, esa minoría que es capaz de pedalear kilómetros y kilómetros por la ciudad. Es fundamental que el ciclismo sea una forma de transporte al alcance de todos, no sólo de las élites o de los oficios tradicionales.

En la Ciudad de México solo el 1.6% de los viajes se realiza en bicicleta; en la zona conurbada este porcentaje es un tanto mas alto, 2.7%, pero al final de cuentas el impacto de los viajes en bici es marginal. Desde la administración de Marcelo Ebrard se ha hablado de una meta del 5% de los viajes, aunque ésta podría moderarse en la administración de Claudia Sheinbaum, que recién comienza, hacia un 3%.

La promoción de la bicicleta, primero mediante el paseo dominical, luego con Ecobici y finalmente con una creciente red de ciclovías, no ha tenido el impacto deseado. En buena medida, suponemos, la inseguridad en nuestras rutas ha topado el número de usuarios, también hay otros factores: el costo de la bicicleta, del casco, del candado; la infraestructura sigue siendo limitada y la población no se ha dado cuenta de que la mayoría de los viajes está a una distancia pedaleable.

Con base en la Encuesta Origen Destino de los viajes en la Zona Metropolitana del Valle de México 2017, 15% de los viajes se realiza en tan sólo 15 minutos. Buena parte de esos viajes podría ser realizada en bicicleta, salvo que hubiera una limitante particular; 36% de los viajes se realiza en menos de media hora, donde también encontraremos alta factibilidad para usar la bicicleta y caminar.

¿Podemos cambiar a los viajeros de travesías cortas hacia la bicicleta? Sin duda, pero hay que encontrar el factor que está limitando su cambio modal, y tratar de resolverlo, en la medida de lo posible. No basta evangelizar en redes sociales o con rodadas para lograrlo, hay que hacer una acción más profunda.

La cantidad de mitos y resistencias que me ha tocado ver respecto a los proyectos de espacio público me dice que es necesario mejorar la información que reciben los vecinos respecto a las posibilidades de la infraestructura para la movilidad sustentable.

En la Ciudad de México existen más de 900 mil alumnos estudiando secundaria y preparatoria. Estoy convencido de que si no enfocamos la estrategia ciclista hacia esos niveles educativos, cualquier otra estrategia del Gobierno de la Ciudad de México será de impacto limitado. Si queremos llegar a un porcentaje relevante de viajes en bicicleta: es a través de la preparación de los jóvenes para el ciclismo urbano como lo lograremos.

Ya podemos llenar las avenidas de ciclovías, expandir la red de bicicletas públicas Ecobici o extender el ciclotón a las 16 demarcaciones, que el crecimiento del ciclismo urbano será marginal, como lo ha sido hasta ahora con una gran promoción de este modo de transporte. La clave está en la educación, en que todos los adolescentes sepan andar en bici y entiendan los principios básicos del ciclismo urbano, e incluso, que puedan recibir una bicicleta de parte del gobierno.

Si queremos reducir la congestión, las emisiones de gases producto del automóvil; si queremos que los ciclistas viajen por toda la ciudad en forma segura, entonces debemos enfocarnos a socializar el conocimiento que hoy detenta una minoría, esa minoría que es capaz de pedalear kilómetros y kilómetros por la ciudad. Es fundamental que el ciclismo sea una forma de transporte al alcance de todos, no sólo de las élites o de los oficios tradicionales.

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