/ miércoles 6 de junio de 2018

Centro de Barrio | Hacia una política de transporte de carga

Para bien y para mal, la Ciudad de México y su Zona Metropolitana han carecido de un diseño vial único y padecido decisiones fragmentadas, según circunstancias particulares en el tiempo. Esto no sólo ha dado un perfil de congestión que conocemos muy bien, ha provocado también que el movimiento de carga se realice en vehículos, vialidades y horarios inadecuados. ¿Podría esto cambiar?

Hubo algunos intentos, por ejemplo en los años noventa, para que el abasto de zonas céntricas se llevara a cabo en vehículos pequeños, eléctricos, que no afectaran a la circulación vehicular. Como no fue un esfuerzo de ciudad, sino de administración en turno, paulatinamente se fueron extinguiendo estos vehículos y volvieron los camiones de tres toneladas para entregar una caja de refrescos.

Con el desarrollo de aplicaciones específicas, como las de tráfico (Waze, Google Maps), abasto de comida (Rappi, Uber Eats), o la caracterización de negocios (4sq, Swarmapp), el gobierno de la Ciudad de México podría revolucionar el transporte de carga mediante plataformas tecnológicas que vinculen demanda con características de la ciudad.

Todos tenemos necesidades de carga en algún momento: cuando compramos un refrigerador, cuando nos mudamos de casa, cuando reemplazamos el colchón, etc. Pero hay quienes cuentan con estas necesidades todoslos días a todas horas: las flotillas, los supermercados, la tienda de colchones o la de refrigeradores. Muchos de estos negocios carecen de patios de maniobra adecuados.

¿Por qué hacer maniobras en horarios y vehículos inadecuados?

Cada calle, cada domicilio, cada generador o receptor de carga, cada transportista, va teniendo necesidades particulares o generales de circulación y estacionamiento de vehículos pesados, abasto o transporte de bienes. ¿Y si las convertimos en autorizaciones o restricciones electrónicas?

Me refiero a que la ciudad quede categorizada en funciónde las tolerancias de tráfico de cada vialidad, de tal suerte que los servicios ordinarios no permitan, por ejemplo, la circulación diurna de tractocamiones salvo en determinadas rutas. Cada empresa que utilice vehículos de carga deberá registrar sus movimientos en plataformas electrónicas oficiales, para que éstas emitan salvoconductos de circulación que se adapten a la funcionalidad de las rutas.

Bajo una plataforma electrónica deberíamos saber qué tipo de vehículos pueden moverse en determinadas calles, y por cuáles tendrían prohibido circular, o en qué horarios podrían hacerlo, y sólo en los casos extremos autorizar movimientos especiales mediante una mesa de ayuda. Se trata también de combatir la corrupción: esos policías que constantemente se acercan a vehículos de carga para “cerciorarse” que tengan completa la documentación, cuando esta información podría ser emitida en forma electrónica por el transportista. Y además, se trata de una plataforma que sepa responder a emergencias y situaciones especiales, como bloqueos viales.

La tecnología para desarrollar un sistema de asignación de rutas y maniobras de carga existe, el uso de estos sistemas inteligentes debe ser ya una obligación de los transportistas y esta es la posibilidad de ordenar tanto las grandes flotillas, como los movimientos específicos, así como prever y reducir sus impactos.

Para bien y para mal, la Ciudad de México y su Zona Metropolitana han carecido de un diseño vial único y padecido decisiones fragmentadas, según circunstancias particulares en el tiempo. Esto no sólo ha dado un perfil de congestión que conocemos muy bien, ha provocado también que el movimiento de carga se realice en vehículos, vialidades y horarios inadecuados. ¿Podría esto cambiar?

Hubo algunos intentos, por ejemplo en los años noventa, para que el abasto de zonas céntricas se llevara a cabo en vehículos pequeños, eléctricos, que no afectaran a la circulación vehicular. Como no fue un esfuerzo de ciudad, sino de administración en turno, paulatinamente se fueron extinguiendo estos vehículos y volvieron los camiones de tres toneladas para entregar una caja de refrescos.

Con el desarrollo de aplicaciones específicas, como las de tráfico (Waze, Google Maps), abasto de comida (Rappi, Uber Eats), o la caracterización de negocios (4sq, Swarmapp), el gobierno de la Ciudad de México podría revolucionar el transporte de carga mediante plataformas tecnológicas que vinculen demanda con características de la ciudad.

Todos tenemos necesidades de carga en algún momento: cuando compramos un refrigerador, cuando nos mudamos de casa, cuando reemplazamos el colchón, etc. Pero hay quienes cuentan con estas necesidades todoslos días a todas horas: las flotillas, los supermercados, la tienda de colchones o la de refrigeradores. Muchos de estos negocios carecen de patios de maniobra adecuados.

¿Por qué hacer maniobras en horarios y vehículos inadecuados?

Cada calle, cada domicilio, cada generador o receptor de carga, cada transportista, va teniendo necesidades particulares o generales de circulación y estacionamiento de vehículos pesados, abasto o transporte de bienes. ¿Y si las convertimos en autorizaciones o restricciones electrónicas?

Me refiero a que la ciudad quede categorizada en funciónde las tolerancias de tráfico de cada vialidad, de tal suerte que los servicios ordinarios no permitan, por ejemplo, la circulación diurna de tractocamiones salvo en determinadas rutas. Cada empresa que utilice vehículos de carga deberá registrar sus movimientos en plataformas electrónicas oficiales, para que éstas emitan salvoconductos de circulación que se adapten a la funcionalidad de las rutas.

Bajo una plataforma electrónica deberíamos saber qué tipo de vehículos pueden moverse en determinadas calles, y por cuáles tendrían prohibido circular, o en qué horarios podrían hacerlo, y sólo en los casos extremos autorizar movimientos especiales mediante una mesa de ayuda. Se trata también de combatir la corrupción: esos policías que constantemente se acercan a vehículos de carga para “cerciorarse” que tengan completa la documentación, cuando esta información podría ser emitida en forma electrónica por el transportista. Y además, se trata de una plataforma que sepa responder a emergencias y situaciones especiales, como bloqueos viales.

La tecnología para desarrollar un sistema de asignación de rutas y maniobras de carga existe, el uso de estos sistemas inteligentes debe ser ya una obligación de los transportistas y esta es la posibilidad de ordenar tanto las grandes flotillas, como los movimientos específicos, así como prever y reducir sus impactos.

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