/ miércoles 20 de junio de 2018

Centro de barrio | Lo simbólico y lo útil

Este 20 de junio, la Ciudad de México cumple 693 años de su fundación como Tenochtitlan. Se trata de una fecha simbólica, el solsticio de verano de 1325 habría iniciado la construcción del Templo Mayor. Dentro de siete años estaremos celebrando los 700 años de esta ciudad, pero dentro de cuatro celebraremos también los 500 años de hispanidad, el 13 de agosto de 2021.

Algunos destacarán también los 200 años de ser capital mexicana, en 2024. La primera pregunta que me hago es si debemos generar algo monumental con motivo de tales festejos. La segunda, más que hacerla yo mismo, creo que muchos la harán ¿se celebran o conmemoran los 500 años de hispanidad de la Ciudad de México, dado que el hecho representa la caída de Tenochtitlan? En cualquiera de los casos son momentos sobresalientes en nuestra historia, algún recuerdo debemos generar.

Mis apellidos son francés (Remes) y español (Tello de Meneses). En México, según la región, encontraremos apellidos de origen europeo y árabe, pero sobre todo españoles.

Muy pocos apellidos basados en lenguas prehispánicas. Muy pocos de otras regiones del mundo.

Domina la población mestiza.

¿Es una tragedia haber sido conquistados por España y haber recibido otras migraciones en distintos momentos de nuestra historia? ¿Es una tragedia llevar en nuestras venas sangre amerindia y europea, querríamos ser solamente “la raza cósmica”? Es una realidad que nos diferencia e identifica, y que muchos vivimos con orgullo.

No podemos negar nuestra hispanidad: los 500 años son una fecha importante.

El próximo gobierno local deberá hacer algo por los 500 años de hispanidad, los 200 de capitalidad y dejar preparativos para los 700 años de la fundación de Tenochtitlan. Esta noche es el debate de candidatos a la Jefatura de Gobierno ¿recordará alguno que es aniversario 693 de la ciudad?

Una de las intersecciones más importantes de la capital mexicana, Insurgentes con Paseo de la Reforma, frente al monumento a Cuauhtémoc, es sumamente conflictiva. No es agradable cruzar por allí. Si queremos preparar una plaza simbólica para los 700 años de fundación de Tenochtitlan creo que ese es el espacio idóneo.

Restaurar el monumento (le urge) y enterrar los carriles de Insurgentes entre Hamburgo y Antonio Caso, con cargo a los edificios que se construyen en la zona. Integrar el espacio público circundante y con elementos simbólicos, sujetos a concurso, diseñar un espacio que recupere tanto nuestro pasado indígena como nuestro presente mestizo.

Hay tiempo para lograrlo, pero sin duda la pregunta es si vale la pena, si ganamos algo como ciudad al hacer un espacio simbólico que recupere 700 años de historia.

Diría que es relevante no sólo por la historia misma: la ciudad está llena de espacios fragmentados que en el largo plazo debemos ir uniendo o volviendo a unir, lo que resulta inconcebible es que aún en la zona central padezcamos estas cicatrices.

Hacer una plaza por los 700 años tiene que ver también con la proyección de la ciudad hacia el futuro y hacia el mundo, abrir espacio público donde ya se encuentra la gente. Es lo simbólico y lo útil.

Este 20 de junio, la Ciudad de México cumple 693 años de su fundación como Tenochtitlan. Se trata de una fecha simbólica, el solsticio de verano de 1325 habría iniciado la construcción del Templo Mayor. Dentro de siete años estaremos celebrando los 700 años de esta ciudad, pero dentro de cuatro celebraremos también los 500 años de hispanidad, el 13 de agosto de 2021.

Algunos destacarán también los 200 años de ser capital mexicana, en 2024. La primera pregunta que me hago es si debemos generar algo monumental con motivo de tales festejos. La segunda, más que hacerla yo mismo, creo que muchos la harán ¿se celebran o conmemoran los 500 años de hispanidad de la Ciudad de México, dado que el hecho representa la caída de Tenochtitlan? En cualquiera de los casos son momentos sobresalientes en nuestra historia, algún recuerdo debemos generar.

Mis apellidos son francés (Remes) y español (Tello de Meneses). En México, según la región, encontraremos apellidos de origen europeo y árabe, pero sobre todo españoles.

Muy pocos apellidos basados en lenguas prehispánicas. Muy pocos de otras regiones del mundo.

Domina la población mestiza.

¿Es una tragedia haber sido conquistados por España y haber recibido otras migraciones en distintos momentos de nuestra historia? ¿Es una tragedia llevar en nuestras venas sangre amerindia y europea, querríamos ser solamente “la raza cósmica”? Es una realidad que nos diferencia e identifica, y que muchos vivimos con orgullo.

No podemos negar nuestra hispanidad: los 500 años son una fecha importante.

El próximo gobierno local deberá hacer algo por los 500 años de hispanidad, los 200 de capitalidad y dejar preparativos para los 700 años de la fundación de Tenochtitlan. Esta noche es el debate de candidatos a la Jefatura de Gobierno ¿recordará alguno que es aniversario 693 de la ciudad?

Una de las intersecciones más importantes de la capital mexicana, Insurgentes con Paseo de la Reforma, frente al monumento a Cuauhtémoc, es sumamente conflictiva. No es agradable cruzar por allí. Si queremos preparar una plaza simbólica para los 700 años de fundación de Tenochtitlan creo que ese es el espacio idóneo.

Restaurar el monumento (le urge) y enterrar los carriles de Insurgentes entre Hamburgo y Antonio Caso, con cargo a los edificios que se construyen en la zona. Integrar el espacio público circundante y con elementos simbólicos, sujetos a concurso, diseñar un espacio que recupere tanto nuestro pasado indígena como nuestro presente mestizo.

Hay tiempo para lograrlo, pero sin duda la pregunta es si vale la pena, si ganamos algo como ciudad al hacer un espacio simbólico que recupere 700 años de historia.

Diría que es relevante no sólo por la historia misma: la ciudad está llena de espacios fragmentados que en el largo plazo debemos ir uniendo o volviendo a unir, lo que resulta inconcebible es que aún en la zona central padezcamos estas cicatrices.

Hacer una plaza por los 700 años tiene que ver también con la proyección de la ciudad hacia el futuro y hacia el mundo, abrir espacio público donde ya se encuentra la gente. Es lo simbólico y lo útil.

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