/ miércoles 24 de junio de 2020

Centro de Barrio | Movilidad 4S

Hace unos días, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano publicó un documento muy interesante en términos de estrategia de movilidad urbana post - Covid 19. Se trata del Plan de Movilidad para una Nueva Normalidad, “Movilidad 4S”: Saludable, Segura, Sustentable y Solidaria.

Por primera vez un plan nacional habla de promover banquetas anchas, ciclovías, limitaciones al uso del vehículo. Después de que hace un año el presidente Andrés Manuel López Obrador sometiera a “referéndum” a mano alzada el metrobús de Torreón y con maniqueísmo lo tirara a la basura, parece que su gobierno rectifica con decisiones polémicas pero en el sentido correcto: “es importante contar con programas de alto costo por estacionamiento, parquímetros virtuales”.

Cuando uno, simpatizante de las transformaciones profundas en la movilidad sustentable, mira a las acciones propuestas en Movilidad 4S, se entusiasma. Se habla de carriles exclusivos para el transporte, de accesibilidad universal, de calles peatonales, zonas de tránsito calmado, instrumentación de biciescuelas, zonas de bajo estrés, entre otros elementos.

Este plan, sin duda, refleja la profundidad del compromiso de Román Meyer Falcón, titular de la SEDATU, y por supuesto de su equipo de trabajo, que además tuvo la virtud de involucrar a organizaciones sociales en la elaboración de un documento que no costó a la dependencia.

El plan sólo tiene un problema, no menor. Casi al final del documento podemos leer: “Las recomendaciones contenidas en este Plan no cuentan con un financiamiento específico, pero la gran mayoría de ellas pueden financiarse a través de los presupuestos aprobados para infraestructura y proyectos viales, movilidad, transporte público, espacio público, salud, inclusión social y equidad, de los Municipios y de las Entidades Federativas”.

Nunca antes un secretario federal había hecho compromisos tan ambiciosos, que reflejan su compromiso, pero bien puede pensarse, amistad que no se refleja en el presupuesto es demagogia. ¿Qué incentivos tendrán estados y municipios para que sus programas locales abonen a los éxitos de un plan federal, en un ambiente de tensión creciente entre las administraciones distintas a Morena y el gobierno federal? La clave, me parece, está en Morelia.

Hace unos días, Héctor Zamarrón destacaba en una editorial en Milenio algunas ciudades que están haciendo bien las cosas, como Culiacán, Irapuato, Hermosillo, León y Guadalajara, en cuestiones ciclistas; pero también, y de manera muy notable, Morelia, donde hay un esfuerzo muy marcado por mejorar el espacio público lo mismo en el centro de la ciudad que en colonias populares, generando conexiones ciclistas entre colonias periféricas y el centro de la ciudad. Zamarrón bien recuperaba la militancia “propeatón” del alcalde Raúl Morón y la capacidad de su equipo. A esto hay que añadir que SEDATU está financiando en Morelia el Centro de Bienestar La Aldea, como una integración del espacio público y los servicios comunitarios.

Esas tendrían que ser las señales: apoyar más a municipios y estados que hagan bien las cosas en términos de Movilidad 4S. Si los recursos son limitados, pongámoslos donde haya voluntad.

Hace unos días, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano publicó un documento muy interesante en términos de estrategia de movilidad urbana post - Covid 19. Se trata del Plan de Movilidad para una Nueva Normalidad, “Movilidad 4S”: Saludable, Segura, Sustentable y Solidaria.

Por primera vez un plan nacional habla de promover banquetas anchas, ciclovías, limitaciones al uso del vehículo. Después de que hace un año el presidente Andrés Manuel López Obrador sometiera a “referéndum” a mano alzada el metrobús de Torreón y con maniqueísmo lo tirara a la basura, parece que su gobierno rectifica con decisiones polémicas pero en el sentido correcto: “es importante contar con programas de alto costo por estacionamiento, parquímetros virtuales”.

Cuando uno, simpatizante de las transformaciones profundas en la movilidad sustentable, mira a las acciones propuestas en Movilidad 4S, se entusiasma. Se habla de carriles exclusivos para el transporte, de accesibilidad universal, de calles peatonales, zonas de tránsito calmado, instrumentación de biciescuelas, zonas de bajo estrés, entre otros elementos.

Este plan, sin duda, refleja la profundidad del compromiso de Román Meyer Falcón, titular de la SEDATU, y por supuesto de su equipo de trabajo, que además tuvo la virtud de involucrar a organizaciones sociales en la elaboración de un documento que no costó a la dependencia.

El plan sólo tiene un problema, no menor. Casi al final del documento podemos leer: “Las recomendaciones contenidas en este Plan no cuentan con un financiamiento específico, pero la gran mayoría de ellas pueden financiarse a través de los presupuestos aprobados para infraestructura y proyectos viales, movilidad, transporte público, espacio público, salud, inclusión social y equidad, de los Municipios y de las Entidades Federativas”.

Nunca antes un secretario federal había hecho compromisos tan ambiciosos, que reflejan su compromiso, pero bien puede pensarse, amistad que no se refleja en el presupuesto es demagogia. ¿Qué incentivos tendrán estados y municipios para que sus programas locales abonen a los éxitos de un plan federal, en un ambiente de tensión creciente entre las administraciones distintas a Morena y el gobierno federal? La clave, me parece, está en Morelia.

Hace unos días, Héctor Zamarrón destacaba en una editorial en Milenio algunas ciudades que están haciendo bien las cosas, como Culiacán, Irapuato, Hermosillo, León y Guadalajara, en cuestiones ciclistas; pero también, y de manera muy notable, Morelia, donde hay un esfuerzo muy marcado por mejorar el espacio público lo mismo en el centro de la ciudad que en colonias populares, generando conexiones ciclistas entre colonias periféricas y el centro de la ciudad. Zamarrón bien recuperaba la militancia “propeatón” del alcalde Raúl Morón y la capacidad de su equipo. A esto hay que añadir que SEDATU está financiando en Morelia el Centro de Bienestar La Aldea, como una integración del espacio público y los servicios comunitarios.

Esas tendrían que ser las señales: apoyar más a municipios y estados que hagan bien las cosas en términos de Movilidad 4S. Si los recursos son limitados, pongámoslos donde haya voluntad.

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