/ martes 9 de agosto de 2022

China-Rusia / EU


Por Juan Arellanes*

El 2 de agosto, la presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, aterrizó en Taiwán a pesar del enojo y las amenazas del gobierno de la República Popular China. Las interpretaciones de la acción de Pelosi han sido variadas, desde que ha sido una completa farsa hasta que puso al mundo en riesgo de iniciar la “Tercera Guerra Mundial”. ¿Qué lectura geopolítica global puede realizarse?

La acción de Pelosi se vincula con otras dos acciones realizadas un día antes: el asesinato de Ayman al Zawahiri, líder de Al Qaeda, ejecutado por EEUU en Kabul mediante un dron; y el anuncio de la OTAN, desde Kosovo, de que estaba lista para intervenir contra Serbia. La lectura geopolítica es que EEUU está anunciando: “¡estoy de vuelta!”

De ahí que muchos hayan interpretado el viaje de Pelosi como una bofetada de EEUU a China, como si le dijera: “soy mucho más poderoso militarmente que tú y hago lo que quiero”. Lo cual es cierto. Pero, ¿qué ganó exactamente EEUU con esta acción?

Nada.

Ya se sabe que EEUU es más fuerte militarmente que China. Pero ello recuerda la impotente pregunta que formuló Madeleine Albright a Collin Powell en 1992: “¿Cuál es el punto de tener este soberbio ejército del que siempre hablas si no podemos usarlo?” En las siguientes décadas, el ejército más poderoso del mundo cometió un fiasco en Irak y abandonó indignamente Afganistán. Y no ha podido hacer nada para detener el lento avance ruso en Ucrania.

Pero parece ser que a EEUU tampoco le sirve ser la mayor economía del mundo. Las sanciones económicas no han detenido a Putin y en cambio han profundizado la crisis energética en Europa. Se especula que China puede golpear económicamente a EEUU suspendiendo la provisión de insumos esenciales para microelectrónica y para autos eléctricos. Lo que es seguro es que China puede hacerle mucho daño a Taiwán, como Rusia a Ucrania. Ah. Ambos pueden hacer mucho daño al mundo: China anunció que detendría las conversaciones con EEUU sobre cambio climático. Y millones de personas, sobre todo en África y Medio Oriente, sufren las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania (y las sanciones concomitantes) en forma de inflación global en alimentos y combustibles.

¿EEUU es más fuerte que Rusia o China? Sí. ¿Puede provocarles un daño serio? Sólo a costa de recibir en respuesta un daño similar o llevar al mundo a la aniquilación nuclear.

¿Puede EEUU hacer algo que evite el acercamiento entre los dos gigantes euroasiáticos (a los que se unen con entusiasmo India, Irán, Turquía y muchos más)? No. Y lo que intente hacer, puede resultar contraproducente.

China (la fábrica del mundo) y Rusia (el almacén de recursos naturales del mundo) descubrieron que EEUU (el policía y banquero del mundo) sacaba los mayores beneficios de la globalización al tiempo que amenazaba sus intereses nacionales. Ahora Eurasia está construyendo un proyecto común, con su propia seguridad y sus propios mecanismos financieros desvinculados del dólar, que dejará a Occidente fuera. El actuar errático de EEUU y Europa está facilitando dicho proceso. El proyecto de globalización liderado por EEUU necesita a China y a Rusia. El proyecto euroasiático no necesita a Occidente.

* Profesor de Geopolítica de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México


Por Juan Arellanes*

El 2 de agosto, la presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, aterrizó en Taiwán a pesar del enojo y las amenazas del gobierno de la República Popular China. Las interpretaciones de la acción de Pelosi han sido variadas, desde que ha sido una completa farsa hasta que puso al mundo en riesgo de iniciar la “Tercera Guerra Mundial”. ¿Qué lectura geopolítica global puede realizarse?

La acción de Pelosi se vincula con otras dos acciones realizadas un día antes: el asesinato de Ayman al Zawahiri, líder de Al Qaeda, ejecutado por EEUU en Kabul mediante un dron; y el anuncio de la OTAN, desde Kosovo, de que estaba lista para intervenir contra Serbia. La lectura geopolítica es que EEUU está anunciando: “¡estoy de vuelta!”

De ahí que muchos hayan interpretado el viaje de Pelosi como una bofetada de EEUU a China, como si le dijera: “soy mucho más poderoso militarmente que tú y hago lo que quiero”. Lo cual es cierto. Pero, ¿qué ganó exactamente EEUU con esta acción?

Nada.

Ya se sabe que EEUU es más fuerte militarmente que China. Pero ello recuerda la impotente pregunta que formuló Madeleine Albright a Collin Powell en 1992: “¿Cuál es el punto de tener este soberbio ejército del que siempre hablas si no podemos usarlo?” En las siguientes décadas, el ejército más poderoso del mundo cometió un fiasco en Irak y abandonó indignamente Afganistán. Y no ha podido hacer nada para detener el lento avance ruso en Ucrania.

Pero parece ser que a EEUU tampoco le sirve ser la mayor economía del mundo. Las sanciones económicas no han detenido a Putin y en cambio han profundizado la crisis energética en Europa. Se especula que China puede golpear económicamente a EEUU suspendiendo la provisión de insumos esenciales para microelectrónica y para autos eléctricos. Lo que es seguro es que China puede hacerle mucho daño a Taiwán, como Rusia a Ucrania. Ah. Ambos pueden hacer mucho daño al mundo: China anunció que detendría las conversaciones con EEUU sobre cambio climático. Y millones de personas, sobre todo en África y Medio Oriente, sufren las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania (y las sanciones concomitantes) en forma de inflación global en alimentos y combustibles.

¿EEUU es más fuerte que Rusia o China? Sí. ¿Puede provocarles un daño serio? Sólo a costa de recibir en respuesta un daño similar o llevar al mundo a la aniquilación nuclear.

¿Puede EEUU hacer algo que evite el acercamiento entre los dos gigantes euroasiáticos (a los que se unen con entusiasmo India, Irán, Turquía y muchos más)? No. Y lo que intente hacer, puede resultar contraproducente.

China (la fábrica del mundo) y Rusia (el almacén de recursos naturales del mundo) descubrieron que EEUU (el policía y banquero del mundo) sacaba los mayores beneficios de la globalización al tiempo que amenazaba sus intereses nacionales. Ahora Eurasia está construyendo un proyecto común, con su propia seguridad y sus propios mecanismos financieros desvinculados del dólar, que dejará a Occidente fuera. El actuar errático de EEUU y Europa está facilitando dicho proceso. El proyecto de globalización liderado por EEUU necesita a China y a Rusia. El proyecto euroasiático no necesita a Occidente.

* Profesor de Geopolítica de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México