/ miércoles 11 de octubre de 2017

Cielito lindo, segundo himno

Entonada por las multitudes en los eventos que han seguido a los desastres naturales del trágico mes de septiembre, la canción salió de los estadios de futbol y sienta plaza de himno de identidad del pueblo mexicano. Cielito lindo, al parecer inexplicable como tal tiene un mensaje de valor ante la adversidad y el reto. Canta y no llores, porque cantando se alegran, cielito lindo, los corazones.

De origen andaluz, que recoge las coplas que comparan la belleza de unos ojos al robo de los delincuentes y los contrabandistas de la Sierra Morena, el Cielito lindo es atribuido al compositor nacido en Xochimilco Quirino Mendoza y Cortés, pero sus versos se han enriquecido y su ritmo y compás han cambiado al correr del tiempo, de huapango a vals. Desde hace varios años, y de manera espontánea, el público asistente a los partidos de futbol ha cantado, ante las hazañas de su equipo preferido, una parte de la letra del Cielito lindo; sus notas y sus versos tal vez recopiladas por Quirino Mendoza en 1862, se han convertido en canto popular y han dado personalidad al futbol mexicano al escucharse y reconocerse también, cada vez más en los graderíos de otras canchas deportivas del mundo. En buena hora. El Cielito lindo suple a otras consignas en torno al balompié, obscenidades que lejos de prestigiar a la afición mexicana, la denigran no sólo en nuestro país sino en otras partes del mundo, con llamados a la violencia, al falso nacionalismo y al odio racial. Canta y no llores, dice esa melodía popular mexicana como expresión de un sentimiento de amor a México y voluntad de convivencia armónica y de afecto entre lasnaciones.

Hoy, el Cielito lindo se canta para recordar, con palabras sencillas y sentimiento a las víctimas de los desastres naturales que el país ha vivido: huracanes, inundaciones, movimientos telúricos cuyas heridas se mitigan con la voluntad de todos los sectores de la sociedad. El país entero acudió en ayuda de las víctimas, reconstruye con gran esfuerzo casas, hospitales, escuelas, monumentos históricos derribados o dañados por las fuerzas incontrolables de la naturaleza.

Canta y no llores. En esta penosa tarea, en la que el país se ha empeñado, no se olvida a los deudos de los cientos de hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños fallecidos; están en la memoria colectiva como una muestra de la solidaridad en el dolor y en la necesidad. La tarea de reconstrucción de los daños causados por la naturaleza llevará tiempo. La recuperación de la economía requiere esfuerzos adicionales lo mismo del gobierno que de todos los sectores de la comunidad.

Esos desastres han generado y producirán efectos en la sociedad y en la vida política del país. El reconocimiento, que no debe regatearse a las Fuerzas Armadas, el Ejército, la Marina y los órganos de Seguridad fortalecen a las instituciones, comenzando por el gobierno, que a diferencia de situaciones pasadas, ha tenido la capacidad de organizar y controlar el auxilio a las víctimas y el restablecimiento de la normalidad. Lo vivido en el mes de septiembre debe generar asimismo una voluntad de unidad, de diálogo y entendimiento frente a la inminencia de los meses en los que se desarrollarán las campañas políticas para las elecciones generales de 2018. México vive también momentos de incertidumbre y de desafío ante las cambiantes circunstancias de la relación con otros países, especialmente dentro del Tratado de Libre Comercio que está previsto firmarse con Canadá y Estados Unidos. Afrontar esos retos con firmeza, diálogo, serenidad y unidad es obligación de todos.

Qué mejor que hacerlo con el sentimiento y la belleza de un canto popular que llama, como el Cielito lindo, al optimismo ante la adversidad.

Srio28@prodigy.net.mx

Entonada por las multitudes en los eventos que han seguido a los desastres naturales del trágico mes de septiembre, la canción salió de los estadios de futbol y sienta plaza de himno de identidad del pueblo mexicano. Cielito lindo, al parecer inexplicable como tal tiene un mensaje de valor ante la adversidad y el reto. Canta y no llores, porque cantando se alegran, cielito lindo, los corazones.

De origen andaluz, que recoge las coplas que comparan la belleza de unos ojos al robo de los delincuentes y los contrabandistas de la Sierra Morena, el Cielito lindo es atribuido al compositor nacido en Xochimilco Quirino Mendoza y Cortés, pero sus versos se han enriquecido y su ritmo y compás han cambiado al correr del tiempo, de huapango a vals. Desde hace varios años, y de manera espontánea, el público asistente a los partidos de futbol ha cantado, ante las hazañas de su equipo preferido, una parte de la letra del Cielito lindo; sus notas y sus versos tal vez recopiladas por Quirino Mendoza en 1862, se han convertido en canto popular y han dado personalidad al futbol mexicano al escucharse y reconocerse también, cada vez más en los graderíos de otras canchas deportivas del mundo. En buena hora. El Cielito lindo suple a otras consignas en torno al balompié, obscenidades que lejos de prestigiar a la afición mexicana, la denigran no sólo en nuestro país sino en otras partes del mundo, con llamados a la violencia, al falso nacionalismo y al odio racial. Canta y no llores, dice esa melodía popular mexicana como expresión de un sentimiento de amor a México y voluntad de convivencia armónica y de afecto entre lasnaciones.

Hoy, el Cielito lindo se canta para recordar, con palabras sencillas y sentimiento a las víctimas de los desastres naturales que el país ha vivido: huracanes, inundaciones, movimientos telúricos cuyas heridas se mitigan con la voluntad de todos los sectores de la sociedad. El país entero acudió en ayuda de las víctimas, reconstruye con gran esfuerzo casas, hospitales, escuelas, monumentos históricos derribados o dañados por las fuerzas incontrolables de la naturaleza.

Canta y no llores. En esta penosa tarea, en la que el país se ha empeñado, no se olvida a los deudos de los cientos de hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños fallecidos; están en la memoria colectiva como una muestra de la solidaridad en el dolor y en la necesidad. La tarea de reconstrucción de los daños causados por la naturaleza llevará tiempo. La recuperación de la economía requiere esfuerzos adicionales lo mismo del gobierno que de todos los sectores de la comunidad.

Esos desastres han generado y producirán efectos en la sociedad y en la vida política del país. El reconocimiento, que no debe regatearse a las Fuerzas Armadas, el Ejército, la Marina y los órganos de Seguridad fortalecen a las instituciones, comenzando por el gobierno, que a diferencia de situaciones pasadas, ha tenido la capacidad de organizar y controlar el auxilio a las víctimas y el restablecimiento de la normalidad. Lo vivido en el mes de septiembre debe generar asimismo una voluntad de unidad, de diálogo y entendimiento frente a la inminencia de los meses en los que se desarrollarán las campañas políticas para las elecciones generales de 2018. México vive también momentos de incertidumbre y de desafío ante las cambiantes circunstancias de la relación con otros países, especialmente dentro del Tratado de Libre Comercio que está previsto firmarse con Canadá y Estados Unidos. Afrontar esos retos con firmeza, diálogo, serenidad y unidad es obligación de todos.

Qué mejor que hacerlo con el sentimiento y la belleza de un canto popular que llama, como el Cielito lindo, al optimismo ante la adversidad.

Srio28@prodigy.net.mx