/ viernes 28 de junio de 2019

CIPMEX | Dejar de ser un espejo

Por: Andrea Muhech González

Las personas solemos comportarnos como espejos. ¿Si alguien es amable contigo, tiendes a ser amable de vuelta y si no son agradables, entonces por qué deberías de serlo tú? La amabilidad atrae amabilidad, la lejanía atrae lejanía, el calor genera calor y el frío genera frío. Cuando actúas con calidez, la persona con la que estás probablemente actúe cálidamente, y lo mismo ocurre con la hostilidad. Esto, es una especie de patrón social al que los psicólogos llaman complementariedad (Hopwood 2016).

Del otro lado de la moneda existe un concepto de no complementariedad que representa una desregulación o distorsión del primero y es más difícil de experimentar. En esta dinámica, se rompe el espejo y se responde al frío con calor y viceversa. Según Hopwood (2016), el comportamiento no complementario está vinculado con el cambio de conducta de las personas y los momentos no complementarios de alto impacto ocasionales pueden tener un efecto positivo en el contexto de una relación de confianza. Esta noción representa para muchos una manera de construir paz y se puede aplicar a pequeña y a grande escala para generar cambios.

Alrededor del mundo, podemos encontrar casos de éxito en resolución de conflictos gracias a la aplicación del comportamiento no complementario. En países como Dinamarca, el terrorismo se combate con éxito brindándole a los jóvenes en proceso de radicalización un trabajo y educación en vez de coerción (Rosin y Spiegel 2016). Por otra parte, nuestro país no se ha quedado atrás ya que se está respondiendo a las violaciones de ley con iniciativas de la sociedad civil que ofrecen empleos bien remunerados, entendimiento, oportunidades, y espacios de re significación a las personas privadas de la libertad. Un ejemplo concreto de estos esfuerzos es una organización llamada “La Cana” (@lacanamx), que rompe con la deshumanización de los centros penitenciarios por medio de programas que re humanizan a la población sin prejuicios. Este tipo de esfuerzos podrían representar una mejora significativa para los índices de delincuencia y reincidencia en México.

Hoy en día la norma para individuos, empresas, organizaciones, o incluso Estados Nación sigue siendo la complementariedad. Sin embargo, romper ese patrón conscientemente podría generar un cambio sorprendente en varias situaciones que obstaculizan nuestra vida a nivel micro y macro y construir paz. Hay veces en las que podemos utilizar el comportamiento no complementario para cambiar la dinámica.

@andreamuhechg

Por: Andrea Muhech González

Las personas solemos comportarnos como espejos. ¿Si alguien es amable contigo, tiendes a ser amable de vuelta y si no son agradables, entonces por qué deberías de serlo tú? La amabilidad atrae amabilidad, la lejanía atrae lejanía, el calor genera calor y el frío genera frío. Cuando actúas con calidez, la persona con la que estás probablemente actúe cálidamente, y lo mismo ocurre con la hostilidad. Esto, es una especie de patrón social al que los psicólogos llaman complementariedad (Hopwood 2016).

Del otro lado de la moneda existe un concepto de no complementariedad que representa una desregulación o distorsión del primero y es más difícil de experimentar. En esta dinámica, se rompe el espejo y se responde al frío con calor y viceversa. Según Hopwood (2016), el comportamiento no complementario está vinculado con el cambio de conducta de las personas y los momentos no complementarios de alto impacto ocasionales pueden tener un efecto positivo en el contexto de una relación de confianza. Esta noción representa para muchos una manera de construir paz y se puede aplicar a pequeña y a grande escala para generar cambios.

Alrededor del mundo, podemos encontrar casos de éxito en resolución de conflictos gracias a la aplicación del comportamiento no complementario. En países como Dinamarca, el terrorismo se combate con éxito brindándole a los jóvenes en proceso de radicalización un trabajo y educación en vez de coerción (Rosin y Spiegel 2016). Por otra parte, nuestro país no se ha quedado atrás ya que se está respondiendo a las violaciones de ley con iniciativas de la sociedad civil que ofrecen empleos bien remunerados, entendimiento, oportunidades, y espacios de re significación a las personas privadas de la libertad. Un ejemplo concreto de estos esfuerzos es una organización llamada “La Cana” (@lacanamx), que rompe con la deshumanización de los centros penitenciarios por medio de programas que re humanizan a la población sin prejuicios. Este tipo de esfuerzos podrían representar una mejora significativa para los índices de delincuencia y reincidencia en México.

Hoy en día la norma para individuos, empresas, organizaciones, o incluso Estados Nación sigue siendo la complementariedad. Sin embargo, romper ese patrón conscientemente podría generar un cambio sorprendente en varias situaciones que obstaculizan nuestra vida a nivel micro y macro y construir paz. Hay veces en las que podemos utilizar el comportamiento no complementario para cambiar la dinámica.

@andreamuhechg