/ sábado 15 de enero de 2022

Citigroup vende Banamex

Hay todo un contraste en lo que tiene que ver con la llegada de capitales internacionales a un país, cuando se ha generado un entorno de confianza y lo que ocurre en contraparte, cuando lo que priva es la suspicacia, ante la incertidumbre que generan una serie de políticas públicas.

Fue hace alrededor de 20 años, cuando se gestó la compra del Banco Nacional de México (Banamex), por parte de Citigroup, de Nueva York, cuando la institución bancaria, entre las más antiguas de nuestro país, tenía al frente a Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú.

Por ese entonces se vivía un entorno económico en México, en el que principalmente se había generado una importante confianza. Por una parte, recientemente había terminado el sexenio del priista, Ernesto Zedillo Ponce de León, a quien, si bien no se le atribuían los mayores talentos políticos, sí destacaba en lo que tenía que ver con la administración de las finanzas públicas.

Zedillo, tras haber recibido el país el 1 de diciembre de 1994 en catastróficas condiciones económicas, con apenas 500 millones de dólares como reservas en el Banco de México y 30 mil millones de dólares en deuda a pagar en el corto plazo, debió hacer rápidos ajustes como cambiar a Jaime Serra Puche por Guillermo Ortiz Martínez, como secretario de Hacienda, además de gestionar ante el Gobierno de Estados Unidos, garantías de crédito por 20 mil millones de dólares.

La rapidez de reflejos de ese entonces, permitió comenzar a recuperar las reservas de Banxico, pagar la deuda de corto plazo y no solo eso, ya que el crédito que se había obtenido para solventar tal situación, se pagó incluso antes de tiempo, y tras haber tenido el país una caída mayor al 5 por ciento en 1995, se recuperó destacadamente, logrando altas tasas de crecimiento posteriores, que llevaron a alcanzar un 7 por ciento en el 2000, lo más que se ha logrado en tiempos modernos.

A tal confianza para la economía mexicana, terminó sumándosele la transición democrática del 2000, cuando llegó a la Presidencia por primera vez en tiempos modernos, un mandatario que no fuera del PRI, lo que se logró en condiciones armónicas y pacíficas, cuando el tricolor y el propio presidente Zedillo, reconocieron que en esa ocasión los sufragios no les habían favorecido e impulsaron una tersa transición.

Ese entorno de confianza, llevó a la compra de Banamex por Citigroup, que resultó la inversión bancaria más grande de la historia en nuestro país, siendo tal una muestra de aquello a lo que se puede llegar en un entorno de confianza.

El contraste viene en estos tiempos, en los que prevalece la incertidumbre, tanto por políticas públicas que no favorecen el crecimiento, ni la atracción de capitales, como por la pandemia del covid-19, que por ahora se encuentra ya en su cuarta ola de contagios y sigue siendo enfrentada de forma errática.

Algo que será interesante, es ver a uno de los grandes bancos de nuestro país, nuevamente en manos mexicanas, si es que Banamex termina siendo adquirido por alguno de nuestros grandes conglomerados.



Diputada Federal por Durango

yolanda.delatorre@diputados.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV


@yoladelatorre


Hay todo un contraste en lo que tiene que ver con la llegada de capitales internacionales a un país, cuando se ha generado un entorno de confianza y lo que ocurre en contraparte, cuando lo que priva es la suspicacia, ante la incertidumbre que generan una serie de políticas públicas.

Fue hace alrededor de 20 años, cuando se gestó la compra del Banco Nacional de México (Banamex), por parte de Citigroup, de Nueva York, cuando la institución bancaria, entre las más antiguas de nuestro país, tenía al frente a Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú.

Por ese entonces se vivía un entorno económico en México, en el que principalmente se había generado una importante confianza. Por una parte, recientemente había terminado el sexenio del priista, Ernesto Zedillo Ponce de León, a quien, si bien no se le atribuían los mayores talentos políticos, sí destacaba en lo que tenía que ver con la administración de las finanzas públicas.

Zedillo, tras haber recibido el país el 1 de diciembre de 1994 en catastróficas condiciones económicas, con apenas 500 millones de dólares como reservas en el Banco de México y 30 mil millones de dólares en deuda a pagar en el corto plazo, debió hacer rápidos ajustes como cambiar a Jaime Serra Puche por Guillermo Ortiz Martínez, como secretario de Hacienda, además de gestionar ante el Gobierno de Estados Unidos, garantías de crédito por 20 mil millones de dólares.

La rapidez de reflejos de ese entonces, permitió comenzar a recuperar las reservas de Banxico, pagar la deuda de corto plazo y no solo eso, ya que el crédito que se había obtenido para solventar tal situación, se pagó incluso antes de tiempo, y tras haber tenido el país una caída mayor al 5 por ciento en 1995, se recuperó destacadamente, logrando altas tasas de crecimiento posteriores, que llevaron a alcanzar un 7 por ciento en el 2000, lo más que se ha logrado en tiempos modernos.

A tal confianza para la economía mexicana, terminó sumándosele la transición democrática del 2000, cuando llegó a la Presidencia por primera vez en tiempos modernos, un mandatario que no fuera del PRI, lo que se logró en condiciones armónicas y pacíficas, cuando el tricolor y el propio presidente Zedillo, reconocieron que en esa ocasión los sufragios no les habían favorecido e impulsaron una tersa transición.

Ese entorno de confianza, llevó a la compra de Banamex por Citigroup, que resultó la inversión bancaria más grande de la historia en nuestro país, siendo tal una muestra de aquello a lo que se puede llegar en un entorno de confianza.

El contraste viene en estos tiempos, en los que prevalece la incertidumbre, tanto por políticas públicas que no favorecen el crecimiento, ni la atracción de capitales, como por la pandemia del covid-19, que por ahora se encuentra ya en su cuarta ola de contagios y sigue siendo enfrentada de forma errática.

Algo que será interesante, es ver a uno de los grandes bancos de nuestro país, nuevamente en manos mexicanas, si es que Banamex termina siendo adquirido por alguno de nuestros grandes conglomerados.



Diputada Federal por Durango

yolanda.delatorre@diputados.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV


@yoladelatorre