/ jueves 6 de mayo de 2021

Ciudad al aire libre

Recientemente se anunció que el programa “Ciudad al aire libre” de la CDMX será permanente y no solo como una respuesta provisional a la necesidad de que los comercios dedicados a la venta de alimentos preparados pudieran contar con esa gran opción para tratar de disminuir las bajas ventas que la pandemia de Covid-19 les ha ocasionado, aunque este programa es exclusivamente para la Ciudad de México pudiera ser replicado en el resto del país, donde las cifras de la Cámara Nacional de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) revelaron recientemente que sus agremiados han tenido que cerrar el veinte por ciento de sus negocios, es decir alrededor de 120,000 giros a nivel nacional, lo que desafortunadamente ha llevado a la pérdida de alrededor de 400,000 empleos, debido a este programa es que algunos restauranteros ven con buenos ojos que se deje de forma permanente para tratar de recuperar algunos de los empleos perdidos.

Considero importante hacer una introspección de lo que significa tener este programa de “Ciudad al aire libre”, y por lo mismo habría que entender que implicará que los ciudadanos transitemos por banquetas y arroyos vehiculares que estarán ocupados por establecimientos que si bien es cierto estarán regulados en cuanto a su permanencia en estos espacios, sobre todo que sus enseres sean desmontables para poder adaptarse de la mejor manera a su entorno, no evitarán en algunos casos que se generen algunas molestias sobre todo a los vecinos de cada zona, y a quienes transitan regularmente por esos espacios a diferentes horas del día.

Resulta entonces importante que tanto los comerciantes como los ciudadanos aprendamos a tener este nuevo tipo de convivencia social, seguramente el factor principal será la manera como los comerciantes respeten toda la reglamentación y se sujeten a los horarios permitidos, teniendo por sobre todas las cosas un profundo respeto por su entorno y por su comunidad, tal cual lo vemos en muchas ciudades del mundo donde incluso este tipo de espacios urbanos generan un alto tráfico de visitantes tanto locales como extranjeros, generando una economía importante que resulta de beneficio para ciudadanos y para sus respectivos gobiernos.

Paradójicamente este tipo de uso del espacio urbano nos muestra el reflejo de nuestra propia sociedad, dado que si bien es cierto distintas áreas urbanas se convierten en espacios destinados a la alimentación y al esparcimiento, donde incluso podemos ver distintos tipos de ocasión de visita como comidas de negocio, reuniones familiares, comensales aprovechando el momento para trabajar a distancia ahora que no esto no solo se ha puesto de moda sino que se ha convertido en una necesidad para mucha gente, dando lugar también a reuniones de amigos que tienen necesidad no solo de alimentación sino de fortalecer lazos de amistad que durante los últimos meses se han visto restringidos y algunos otros motivos de visita a estos espacios, sin embargo tristemente hemos visto como la delincuencia ha empezado a hacer de las suyas y se han aprovechado de los comensales que se encuentran indefensos prácticamente en la vía pública, por ello considero que así como se dan permisos de operación por parte de la autoridad , de la misma forma debiera venir un compromiso de quien otorga el permiso para salvaguardad la seguridad y la integridad de los comensales y de los empleados de cada uno de los comercios.

Como quiera que sea, celebro la intención de ambas partes, gobierno y sociedad, por llevar a buen puerto este gran proyecto, de alguna forma se han visto disruptivos, con deseos de reinventarnos para mejorar día a día como sociedad, y en este mundo que se ha vuelto intensivo en tecnología, con un aumento exponencial en interacciones digitales que nos convierten prácticamente en simples emisores y receptores, se vuelve imperativo volver a tener espacios para la interacción entre los seres humanos, de alguna forma con estos espacios se está levantando la voz a favor del humanismo, y de las relaciones interpersonales.

Demos un uso responsable a estos espacios y permitámonos disfrutar de estos distintos giros de la industria de la hospitalidad, disfrutemos su gastronomía y su excelente calidad de servicio, y dispongámonos a vivir una experiencia que nos permita disfrutar aún más nuestra propia ciudad.

Recientemente se anunció que el programa “Ciudad al aire libre” de la CDMX será permanente y no solo como una respuesta provisional a la necesidad de que los comercios dedicados a la venta de alimentos preparados pudieran contar con esa gran opción para tratar de disminuir las bajas ventas que la pandemia de Covid-19 les ha ocasionado, aunque este programa es exclusivamente para la Ciudad de México pudiera ser replicado en el resto del país, donde las cifras de la Cámara Nacional de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) revelaron recientemente que sus agremiados han tenido que cerrar el veinte por ciento de sus negocios, es decir alrededor de 120,000 giros a nivel nacional, lo que desafortunadamente ha llevado a la pérdida de alrededor de 400,000 empleos, debido a este programa es que algunos restauranteros ven con buenos ojos que se deje de forma permanente para tratar de recuperar algunos de los empleos perdidos.

Considero importante hacer una introspección de lo que significa tener este programa de “Ciudad al aire libre”, y por lo mismo habría que entender que implicará que los ciudadanos transitemos por banquetas y arroyos vehiculares que estarán ocupados por establecimientos que si bien es cierto estarán regulados en cuanto a su permanencia en estos espacios, sobre todo que sus enseres sean desmontables para poder adaptarse de la mejor manera a su entorno, no evitarán en algunos casos que se generen algunas molestias sobre todo a los vecinos de cada zona, y a quienes transitan regularmente por esos espacios a diferentes horas del día.

Resulta entonces importante que tanto los comerciantes como los ciudadanos aprendamos a tener este nuevo tipo de convivencia social, seguramente el factor principal será la manera como los comerciantes respeten toda la reglamentación y se sujeten a los horarios permitidos, teniendo por sobre todas las cosas un profundo respeto por su entorno y por su comunidad, tal cual lo vemos en muchas ciudades del mundo donde incluso este tipo de espacios urbanos generan un alto tráfico de visitantes tanto locales como extranjeros, generando una economía importante que resulta de beneficio para ciudadanos y para sus respectivos gobiernos.

Paradójicamente este tipo de uso del espacio urbano nos muestra el reflejo de nuestra propia sociedad, dado que si bien es cierto distintas áreas urbanas se convierten en espacios destinados a la alimentación y al esparcimiento, donde incluso podemos ver distintos tipos de ocasión de visita como comidas de negocio, reuniones familiares, comensales aprovechando el momento para trabajar a distancia ahora que no esto no solo se ha puesto de moda sino que se ha convertido en una necesidad para mucha gente, dando lugar también a reuniones de amigos que tienen necesidad no solo de alimentación sino de fortalecer lazos de amistad que durante los últimos meses se han visto restringidos y algunos otros motivos de visita a estos espacios, sin embargo tristemente hemos visto como la delincuencia ha empezado a hacer de las suyas y se han aprovechado de los comensales que se encuentran indefensos prácticamente en la vía pública, por ello considero que así como se dan permisos de operación por parte de la autoridad , de la misma forma debiera venir un compromiso de quien otorga el permiso para salvaguardad la seguridad y la integridad de los comensales y de los empleados de cada uno de los comercios.

Como quiera que sea, celebro la intención de ambas partes, gobierno y sociedad, por llevar a buen puerto este gran proyecto, de alguna forma se han visto disruptivos, con deseos de reinventarnos para mejorar día a día como sociedad, y en este mundo que se ha vuelto intensivo en tecnología, con un aumento exponencial en interacciones digitales que nos convierten prácticamente en simples emisores y receptores, se vuelve imperativo volver a tener espacios para la interacción entre los seres humanos, de alguna forma con estos espacios se está levantando la voz a favor del humanismo, y de las relaciones interpersonales.

Demos un uso responsable a estos espacios y permitámonos disfrutar de estos distintos giros de la industria de la hospitalidad, disfrutemos su gastronomía y su excelente calidad de servicio, y dispongámonos a vivir una experiencia que nos permita disfrutar aún más nuestra propia ciudad.