/ sábado 8 de diciembre de 2018

Claudia Sheinbaum y la Ciudad de México

La ciudad de México es uno de los conglomerados humanos más grande del mundo. Hablo de la gran ciudad de México incluyendo las llamadas zonas conurbadas, aunque sé que el Distrito Federal es prácticamente la mitad de todo. Gobernar esta entidad es una tarea titánica. La principal labor del gobierno es servir a la ciudadanía y servirla bien, a plenitud. Se deben escuchar las demandas, atenderlas, buscar soluciones y aplicarlas. Hasta allí todo debe ser natural. Ese es el trabajo del gobernante. Para servir es contratado y para tal fin debe entregarse.

A lo largo de varios sexenios, los habitantes de esta macrociudad que abarca el gran valle de México hemos tenido variadas administraciones. No puedo decir que hayan sido buenas administraciones porque me mordería la lengua. Ni siquiera afirmaría yo que hayan sido regulares. Pero el problema estriba en que han sido varias. ¿Desde cuándo? Posiblemente desde la entonces aún pequeña ciudad, allá por 1966.

Quiero dejar claro y asentado que reconozco que la ciudad de México tiene servicios públicos que fluyen más o menos, es decir, en gran parte del territorio de su jurisdicción se levanta la basura, se entrega el agua, se provee alumbrado público, funcionan más o menos los semáforos, se cumple con los indicativos de vialidad, y creo que nada más. Pero la balanza se inclina más, considerablemente, a lo que falta; y no tengo espacio para relacionarlo.

La principal demanda de la ciudadanía, no sólo en el Distrito Federal sino en todo el país es seguridad. Y para tener seguridad hay que aplicar la justicia. El concepto de justicia no ha variado ni cambiará. La justicia es hoy, por sobre todo, la virtud más necesaria para el bienestar del Estado. Justicia es el proceso de prevenir o remediar lo que excitará el sentido de injusticia.

La ciudad de México estrena nuevas autoridades. Se ha renovado la Asamblea Legislativa y las 16 Alcaldías. Con los asambleístas tendremos la esperanza de que se legisle mejor y sobre todo en beneficio de quienes menos tienen; labor difícil por esos grandes intereses que mueven, no solo a la ciudad, sino a las entidades vecinas.

Habida cuenta que la inseguridad continúa asolando a los habitantes, los responsables tendrán labores difíciles de desempeñar, sobre todo en materia de crear una Cultura de la Prevención, que por lo visto les ha pasado de lejos a los hasta ahora ejecutores del orden. La inseguridad tiene un origen antiguo y complejo, es conocida y por lo tanto nada les impedirá actuar para erradicarla.

Hace dos días protestó como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México la señora Claudia Sheinbaum, antigua colaboradora del presidente López Obrador. En su discurso inicial, habló, entre otros temas, de la inseguridad que asuela esta metrópoli. A ese respecto dijo que de inmediato se reiniciarían las reuniones del gabinete de gobierno para priorizar la seguridad y justicia. Aseguró que su administración acabará con la corrupción y venta de plazas. Indicó que se restituirán las 70 coordinaciones territoriales y los tres turnos en los 847 cuadrantes de la ciudad. Agregó que será respetuosa de la autonomía de la Procuradora.

Añadió que colaborará con el gobierno federal en su estrategia de seguridad, por lo que asistirá una vez a la semana y cuando sea necesario a las reuniones del gabinete nacional de seguridad.

Además, se formarán 16 direcciones generales de la Secretaría de Seguridad Pública que estarán en coordinación con las 16 Alcaldías.

Al recordar la masacre de estudiantes ocurrida en el 68, Sheinbaum Pardo anunció que pidió al Secretario de Seguridad Pública la desaparición definitiva del Cuerpo de Granaderos. “En cumplimiento de una de las demandas del movimiento estudiantil de 1968 y en la facultad que me otorga como jefa de gobierno la constitución política de la Ciudad de México, he pedido al secretario de seguridad pública la desaparición definitiva del cuerpo de granaderos. La Policía está para cuidar al pueblo y no se requieren cuerpos para reprimirlo, A partir de ahora inicia el proceso de transición".

Al término de su intervención en el recinto legislativo de la Ciudad de México, Sheinbaum Pardo destacó el papel de la Ciudad de México en los últimos eventos y convocó a la solidaridad y la acción cotidiana de todos los habitantes: “Amigas y amigos es memorable lo que hemos logrado, el pueblo de la Ciudad de México hemos sido protagonistas el momento histórico que vivimos”, destacó.

“Hago el compromiso de que vamos a hacer todo, todo, absolutamente todo lo que esté en nuestras manos, nuestros corazones y nuestras voluntades para estar lo que esté a la altura de este pueblo. No les vamos a fallar”

Esta grande y vasta Ciudad de México se merece mejor suerte que la que ha tenido en los últimos 20 años. ¿Quién tendrá la valentía para sacarla de su postración?

Premio Nacional de Periodismo 2018

Fundador de Notimex

pacofonn@yahoo.com.mx



La ciudad de México es uno de los conglomerados humanos más grande del mundo. Hablo de la gran ciudad de México incluyendo las llamadas zonas conurbadas, aunque sé que el Distrito Federal es prácticamente la mitad de todo. Gobernar esta entidad es una tarea titánica. La principal labor del gobierno es servir a la ciudadanía y servirla bien, a plenitud. Se deben escuchar las demandas, atenderlas, buscar soluciones y aplicarlas. Hasta allí todo debe ser natural. Ese es el trabajo del gobernante. Para servir es contratado y para tal fin debe entregarse.

A lo largo de varios sexenios, los habitantes de esta macrociudad que abarca el gran valle de México hemos tenido variadas administraciones. No puedo decir que hayan sido buenas administraciones porque me mordería la lengua. Ni siquiera afirmaría yo que hayan sido regulares. Pero el problema estriba en que han sido varias. ¿Desde cuándo? Posiblemente desde la entonces aún pequeña ciudad, allá por 1966.

Quiero dejar claro y asentado que reconozco que la ciudad de México tiene servicios públicos que fluyen más o menos, es decir, en gran parte del territorio de su jurisdicción se levanta la basura, se entrega el agua, se provee alumbrado público, funcionan más o menos los semáforos, se cumple con los indicativos de vialidad, y creo que nada más. Pero la balanza se inclina más, considerablemente, a lo que falta; y no tengo espacio para relacionarlo.

La principal demanda de la ciudadanía, no sólo en el Distrito Federal sino en todo el país es seguridad. Y para tener seguridad hay que aplicar la justicia. El concepto de justicia no ha variado ni cambiará. La justicia es hoy, por sobre todo, la virtud más necesaria para el bienestar del Estado. Justicia es el proceso de prevenir o remediar lo que excitará el sentido de injusticia.

La ciudad de México estrena nuevas autoridades. Se ha renovado la Asamblea Legislativa y las 16 Alcaldías. Con los asambleístas tendremos la esperanza de que se legisle mejor y sobre todo en beneficio de quienes menos tienen; labor difícil por esos grandes intereses que mueven, no solo a la ciudad, sino a las entidades vecinas.

Habida cuenta que la inseguridad continúa asolando a los habitantes, los responsables tendrán labores difíciles de desempeñar, sobre todo en materia de crear una Cultura de la Prevención, que por lo visto les ha pasado de lejos a los hasta ahora ejecutores del orden. La inseguridad tiene un origen antiguo y complejo, es conocida y por lo tanto nada les impedirá actuar para erradicarla.

Hace dos días protestó como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México la señora Claudia Sheinbaum, antigua colaboradora del presidente López Obrador. En su discurso inicial, habló, entre otros temas, de la inseguridad que asuela esta metrópoli. A ese respecto dijo que de inmediato se reiniciarían las reuniones del gabinete de gobierno para priorizar la seguridad y justicia. Aseguró que su administración acabará con la corrupción y venta de plazas. Indicó que se restituirán las 70 coordinaciones territoriales y los tres turnos en los 847 cuadrantes de la ciudad. Agregó que será respetuosa de la autonomía de la Procuradora.

Añadió que colaborará con el gobierno federal en su estrategia de seguridad, por lo que asistirá una vez a la semana y cuando sea necesario a las reuniones del gabinete nacional de seguridad.

Además, se formarán 16 direcciones generales de la Secretaría de Seguridad Pública que estarán en coordinación con las 16 Alcaldías.

Al recordar la masacre de estudiantes ocurrida en el 68, Sheinbaum Pardo anunció que pidió al Secretario de Seguridad Pública la desaparición definitiva del Cuerpo de Granaderos. “En cumplimiento de una de las demandas del movimiento estudiantil de 1968 y en la facultad que me otorga como jefa de gobierno la constitución política de la Ciudad de México, he pedido al secretario de seguridad pública la desaparición definitiva del cuerpo de granaderos. La Policía está para cuidar al pueblo y no se requieren cuerpos para reprimirlo, A partir de ahora inicia el proceso de transición".

Al término de su intervención en el recinto legislativo de la Ciudad de México, Sheinbaum Pardo destacó el papel de la Ciudad de México en los últimos eventos y convocó a la solidaridad y la acción cotidiana de todos los habitantes: “Amigas y amigos es memorable lo que hemos logrado, el pueblo de la Ciudad de México hemos sido protagonistas el momento histórico que vivimos”, destacó.

“Hago el compromiso de que vamos a hacer todo, todo, absolutamente todo lo que esté en nuestras manos, nuestros corazones y nuestras voluntades para estar lo que esté a la altura de este pueblo. No les vamos a fallar”

Esta grande y vasta Ciudad de México se merece mejor suerte que la que ha tenido en los últimos 20 años. ¿Quién tendrá la valentía para sacarla de su postración?

Premio Nacional de Periodismo 2018

Fundador de Notimex

pacofonn@yahoo.com.mx