/ miércoles 23 de septiembre de 2020

Claves para entender el presupuesto de la Secretaría de Salud

Por: Mariana Campos y Xhail Belam

La llegada de la Covid-19 incrementó la demanda de servicios médicos y evidenció las carencias estructurales del sistema de salud público. Así, esperábamos que en el Proyecto de Presupuesto de Egresos (PPEF 2021) se asignara una mayor inversión en salud.

Son tres principales instituciones públicas: IMSS, ISSSTE y Secretaría de Salud. Sin embargo, en el PPEF sólo ésta última recibirá recursos extraordinarios —por 33 mmdp— del Fondo de Salud para el Bienestar (FSB), para atender a la población sin seguridad social, a través del INSABI.

En estos cinco puntos explicaremos la realidad detrás de los recursos para esta Secretaría.

1. ¿Aumento en el gasto en salud? No tan rápido... En 2021 se propone que el presupuesto de la Secretaría de Salud sea de 140.9 mmdp, incluyendo los 33 mmdp que se retirarán del FSB y se destinarán al INSABI. Eso es un aumento de 9% (12.3 mmdp) con respecto a los 128.6 mmdp aprobados en 2020, pero no es tal si se incluyen todos los recursos en salud que se programaron ejercer este año. Recordemos que para financiar la creación del INSABI se contempló una ampliación en el presupuesto aprobado por 40 mmdp, provenientes del FSB. Esto llevó al presupuesto de la Secretaría hasta los 170 mmdp. Así, el presupuesto de 2021 en realidad no se ve como un aumento, sino como un recorte de 17.1% (-29.1 mmdp).

2. Cuidado: los aumentos prometidos hasta ahora en el gasto en salud podrían ser sostenibles sólo hasta 2022, porque dependen de recursos extraordinarios que son finitos. Hasta junio de este año, el FSB contaba con disponibilidades por 100.4 mmdp[1]. Se han retirado recursos por 19.7 mmdp, pero no hay claridad sobre el destino de éstos. Este año el Gobierno federal planeó retirar 40 mmdp para el INSABI; esto quiere decir que si los recursos retirados se han utilizado para este propósito, en los siguientes tres meses se retirarán 21.6 mmdp más. Dado que en el PPEF 2021 se planea utilizar 33 mmdp de este fondo, el saldo disponible estimado al cierre de 2021 sería sólo de 45.8 mmdp. Esto si no se retiran más recursos para la compra de la vacuna covid-19...

3. Nos preocupa que el 63% del presupuesto de la Secretaría de Salud se ejerza a través del INSABI, aun cuando éste no tiene claridad en su forma de operar. Y es que sus reglas de operación aún no están disponibles, a pesar de que debieron publicarse en junio. Estas reglas son importantes porque representan un mejor estándar de regulación que los simples lineamientos: promueven las buenas prácticas y la claridad en los objetivos del programa —y el establecimiento de mecanismos para alcanzarlos—. Hasta la fecha, sólo se ha publicado la Estructura Orgánica, que define las atribuciones y funciones del Instituto, así como sus niveles jerárquicos y grados de autoridad.

Tampoco se ha definido la interacción del Instituto con los nueve estados que decidieron no adherirse a este programa, ocho de los cuales[2] pertenecen a la Alianza Federalista que anunció su salida de la CONAGO.

4. La salud no se reduce a la atención de la covid-19... Hay otros problemas de salud pública que se están descuidando desde el presupuesto. Por ejemplo, el programa de salud materna, sexual y reproductiva tendrá un presupuesto de 2.0 mmdp de 2021, menor en 19.5% (-0.5 mmdp) al aprobado en 2020. Este programa es clave en la atención de la mujer, al incluir servicios de anticoncepción, atención prenatal, del parto, atención a la violencia familiar, entre otros. Hay otros programas con recortes: el de Atención de VIH/SIDA y otras ITS (0.3% o -1.3 mdp); el de Vacunación (0.3% o -6.8 mdp) y el de Prevención y atención contra las adicciones (1.4% o -20.3 mdp), por mencionar algunos.



Mariana es coordinadora en el programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas en México Evalúa.

Xhail es investigadora en el mismo programa.



[2] Los estados que no se encuentran adheridos al INSABI y que anunciaron su salida de la CONAGO son: Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León y Tamaulipas.

Por: Mariana Campos y Xhail Belam

La llegada de la Covid-19 incrementó la demanda de servicios médicos y evidenció las carencias estructurales del sistema de salud público. Así, esperábamos que en el Proyecto de Presupuesto de Egresos (PPEF 2021) se asignara una mayor inversión en salud.

Son tres principales instituciones públicas: IMSS, ISSSTE y Secretaría de Salud. Sin embargo, en el PPEF sólo ésta última recibirá recursos extraordinarios —por 33 mmdp— del Fondo de Salud para el Bienestar (FSB), para atender a la población sin seguridad social, a través del INSABI.

En estos cinco puntos explicaremos la realidad detrás de los recursos para esta Secretaría.

1. ¿Aumento en el gasto en salud? No tan rápido... En 2021 se propone que el presupuesto de la Secretaría de Salud sea de 140.9 mmdp, incluyendo los 33 mmdp que se retirarán del FSB y se destinarán al INSABI. Eso es un aumento de 9% (12.3 mmdp) con respecto a los 128.6 mmdp aprobados en 2020, pero no es tal si se incluyen todos los recursos en salud que se programaron ejercer este año. Recordemos que para financiar la creación del INSABI se contempló una ampliación en el presupuesto aprobado por 40 mmdp, provenientes del FSB. Esto llevó al presupuesto de la Secretaría hasta los 170 mmdp. Así, el presupuesto de 2021 en realidad no se ve como un aumento, sino como un recorte de 17.1% (-29.1 mmdp).

2. Cuidado: los aumentos prometidos hasta ahora en el gasto en salud podrían ser sostenibles sólo hasta 2022, porque dependen de recursos extraordinarios que son finitos. Hasta junio de este año, el FSB contaba con disponibilidades por 100.4 mmdp[1]. Se han retirado recursos por 19.7 mmdp, pero no hay claridad sobre el destino de éstos. Este año el Gobierno federal planeó retirar 40 mmdp para el INSABI; esto quiere decir que si los recursos retirados se han utilizado para este propósito, en los siguientes tres meses se retirarán 21.6 mmdp más. Dado que en el PPEF 2021 se planea utilizar 33 mmdp de este fondo, el saldo disponible estimado al cierre de 2021 sería sólo de 45.8 mmdp. Esto si no se retiran más recursos para la compra de la vacuna covid-19...

3. Nos preocupa que el 63% del presupuesto de la Secretaría de Salud se ejerza a través del INSABI, aun cuando éste no tiene claridad en su forma de operar. Y es que sus reglas de operación aún no están disponibles, a pesar de que debieron publicarse en junio. Estas reglas son importantes porque representan un mejor estándar de regulación que los simples lineamientos: promueven las buenas prácticas y la claridad en los objetivos del programa —y el establecimiento de mecanismos para alcanzarlos—. Hasta la fecha, sólo se ha publicado la Estructura Orgánica, que define las atribuciones y funciones del Instituto, así como sus niveles jerárquicos y grados de autoridad.

Tampoco se ha definido la interacción del Instituto con los nueve estados que decidieron no adherirse a este programa, ocho de los cuales[2] pertenecen a la Alianza Federalista que anunció su salida de la CONAGO.

4. La salud no se reduce a la atención de la covid-19... Hay otros problemas de salud pública que se están descuidando desde el presupuesto. Por ejemplo, el programa de salud materna, sexual y reproductiva tendrá un presupuesto de 2.0 mmdp de 2021, menor en 19.5% (-0.5 mmdp) al aprobado en 2020. Este programa es clave en la atención de la mujer, al incluir servicios de anticoncepción, atención prenatal, del parto, atención a la violencia familiar, entre otros. Hay otros programas con recortes: el de Atención de VIH/SIDA y otras ITS (0.3% o -1.3 mdp); el de Vacunación (0.3% o -6.8 mdp) y el de Prevención y atención contra las adicciones (1.4% o -20.3 mdp), por mencionar algunos.



Mariana es coordinadora en el programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas en México Evalúa.

Xhail es investigadora en el mismo programa.



[2] Los estados que no se encuentran adheridos al INSABI y que anunciaron su salida de la CONAGO son: Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León y Tamaulipas.