/ viernes 2 de abril de 2021

CLIC…! | Origen de los huevos de pascua

De las Pildoritas del Padre José, sacerdote al frente de la parroquia de San Cosme que frecuenté en mi remotísima infancia con mis padres y hermanos en la colonia San Rafael, y los viernes primeros con mis compañeras alumnas del Colegio Francés, Las Yeguas Finas:

“Muchas culturas han considerado al huevo como signo de vida, regeneración y transformación. Por eso, en varias partes del mundo, se obsequiaba para recibir la primavera. También es signo de esperanza porque, con un poco de espera, el huevo se convierte en una nueva criatura, en China, Persia y Grecia fue signo de la creación. En la cena judía de pascua era frecuente encontrarlo como señal de vida y renovación. Los cristianos lo han utilizado para significar la vida nueva de los cristianos. San Agustín decía que representa la resurrección de Cristo y recuerda la piedra que cubría el sepulcro. Más allá de estos simbolismos, la ley de la abstinencia de la iglesia prohibió durante mucho tiempo el uso de alimentos derivados de la carne. En el siglo IX la iglesia prohibió el consumo del huevo durante la Cuaresma. Lo consideraba alimento animal semejante a la carne. Santo Tomás de Aquino habla de esa prohibición. Norma que duró hasta 1784. Mientras tanto, se buscó una forma de que los huevos no se echaran a perder y se pudieran consumir después de la Cuaresma.

Para distinguir los guardados de los frescos , se cocían y se pintaban. Así surgió la costumbre de obsequiarlos durante la Pascua, cocidos y decorados. Posteriormente se fabricaron de caramelo o chocolate y se a{adió la figura fantástica de un conejo, como signo de fecundidad y vida. Los huevos de pascua también tuvieron una evolución artística. En Rusia y sus cercanías se hicieron de madera con imágenes religiosas pintadas. Pero, la creación más importante en la época de los zares, fue la del orfebre Peter Carl Fabergé. Este artista realizó durante 30 años, 42 piezas con delicados diseños con finos metales, esmaltes y brillantes joyas. Su último trabajo fue un huevos de oro, con una semiesfera de cristal azul de los Urales. Incrustada con diamantes. Estas joyas han alcanzado precios altísimos…


NOS VEREMOS MAS TARDE… QUE EL CIELO LOS JUZGUE…

De las Pildoritas del Padre José, sacerdote al frente de la parroquia de San Cosme que frecuenté en mi remotísima infancia con mis padres y hermanos en la colonia San Rafael, y los viernes primeros con mis compañeras alumnas del Colegio Francés, Las Yeguas Finas:

“Muchas culturas han considerado al huevo como signo de vida, regeneración y transformación. Por eso, en varias partes del mundo, se obsequiaba para recibir la primavera. También es signo de esperanza porque, con un poco de espera, el huevo se convierte en una nueva criatura, en China, Persia y Grecia fue signo de la creación. En la cena judía de pascua era frecuente encontrarlo como señal de vida y renovación. Los cristianos lo han utilizado para significar la vida nueva de los cristianos. San Agustín decía que representa la resurrección de Cristo y recuerda la piedra que cubría el sepulcro. Más allá de estos simbolismos, la ley de la abstinencia de la iglesia prohibió durante mucho tiempo el uso de alimentos derivados de la carne. En el siglo IX la iglesia prohibió el consumo del huevo durante la Cuaresma. Lo consideraba alimento animal semejante a la carne. Santo Tomás de Aquino habla de esa prohibición. Norma que duró hasta 1784. Mientras tanto, se buscó una forma de que los huevos no se echaran a perder y se pudieran consumir después de la Cuaresma.

Para distinguir los guardados de los frescos , se cocían y se pintaban. Así surgió la costumbre de obsequiarlos durante la Pascua, cocidos y decorados. Posteriormente se fabricaron de caramelo o chocolate y se a{adió la figura fantástica de un conejo, como signo de fecundidad y vida. Los huevos de pascua también tuvieron una evolución artística. En Rusia y sus cercanías se hicieron de madera con imágenes religiosas pintadas. Pero, la creación más importante en la época de los zares, fue la del orfebre Peter Carl Fabergé. Este artista realizó durante 30 años, 42 piezas con delicados diseños con finos metales, esmaltes y brillantes joyas. Su último trabajo fue un huevos de oro, con una semiesfera de cristal azul de los Urales. Incrustada con diamantes. Estas joyas han alcanzado precios altísimos…


NOS VEREMOS MAS TARDE… QUE EL CIELO LOS JUZGUE…