/ martes 7 de diciembre de 2021

Cobrar más impuestos para recaudar menos. El ejemplo de la CDMX donde todos perdemos

Víctor G. Carreón y Miguel A. Guajardo


De aprobarse el impuesto del 2% sobre los ingresos de las plataformas digitales que impulsa la administración de la CDMX, por cada peso recaudado por la CDMX, el SAT perdería hasta $1.40; los restaurantes que utilizan estas plataformas hasta $1.67; las plataformas hasta $0.99; y los repartidores hasta $0.13, esto de acuerdo con un simple ejercicio sobre el costo de cada peso recaudado. Además, se tendrán otras consecuencias relevantes en el corto, mediano y largo plazos, no solo para la CDMX, sino para la economía en su conjunto. Vamos por partes.


La CDMX plantea un impuesto de 2% a los ingresos de las plataformas digitales por concepto de “aprovechamiento por el uso y explotación de la infraestructura de la Ciudad de México”. Este “aprovechamiento” tiene al menos cinco consecuencias en su implementación, que los legisladores del Congreso Local de la CDMX deben considerar antes de su aprobación.


Primero. Este “aprovechamiento” es un impuesto disfrazado a la innovación. Se grava a la innovación tecnológica que ha revolucionado la manera en cómo se realizan las transacciones comerciales en el mundo. Estas plataformas digitales de múltiples lados reducen los costos de transacción que se presentan al momento de realizar intercambios, generando beneficios a todos los participantes. Este impuesto genera un impacto negativo en los incentivos de las empresas para realizar inversión en innovación y desarrollo tecnológico. Sus impactos en el mediano y largo plazos son negativos para la economía en general, desincentivan la inversión, produciendo un enorme rezago tecnológico.


Segundo. Es un impuesto discriminatorio para las empresas que utilizan una plataforma de terceros para realizar sus ventas electrónicas. El ”aprovechamiento”, como está planteado, no afecta a quienes realizan ventas electrónicas a través de sus propias plataformas, a pesar de “usar y explotar la infraestructura de la Ciudad de México”. Así, las empresas que SÍ tienen recursos para invertir en este tipo de desarrollos disfrutarán una ventaja competitiva respecto de aquellas empresas (en su gran mayoría micro, pequeñas y/o medianas) que NO tienen recursos para esta inversión.


Tercero. Canibaliza otros impuestos, especialmente la recaudación federal de IVA y de ISR del SAT, ya que este “aprovechamiento” no genera actividad económica adicional. Por el contrario, reduce el valor económico al inhibir las transacciones comerciales que se realizan a través de las plataformas digitales de múltiples lados. Por lo tanto, la recaudación adicional que obtenga la CDMX será una extracción de recursos de otros actores económicos. Ello llevará a una reducción de recaudación a nivel federal por concepto de ISR, pues al pagar este “aprovechamiento”, las plataformas tendrán mayores costos, lo cual repercutirá en menores ganancias antes de impuestos y, por lo tanto, en menor pago por concepto de impuesto sobre la renta.


Cuarto. El pago del “aprovechamiento” es pagado por todos los agentes económicos que participan en estas plataformas. Si bien la incidencia legal (quien paga el impuesto a la autoridad recaudatoria) está en las plataformas y son ellas las encargadas de pagar este impuesto, la incidencia económica (impactos) estará distribuida entre todos los agentes que participan en los mercados: vendedores, compradores, plataformas, repartidores y el SAT. Nadie se escapa, todos pagamos. Los vendedores, los comparadores, los repartidores y las plataformas tendrán menores ganancias en 2022.


Quinto. Cada peso recaudado por la CDMX sale muy caro. Todos los agentes económicos, es decir, plataformas, restaurantes, repartidores y el propio SAT, terminan perdiendo. Al realizar varios escenarios de ajustes de precios y comisiones por parte de estos actores, por cada peso recaudado por la CDMX a través de dicho impuesto, la sociedad perdería hasta $4.19, repartido entre restaurantes ($1.67), plataformas ($0.99), repartidores ($0.13) y SAT ($1.40). ¿Es esto lo que necesita la CDMX y la economía del país?


Esto lo tendrán que tomar en cuenta los legisladores a la hora de evaluar el paquete económico de la CDMX para el próximo año.

Víctor G. Carreón y Miguel A. Guajardo


De aprobarse el impuesto del 2% sobre los ingresos de las plataformas digitales que impulsa la administración de la CDMX, por cada peso recaudado por la CDMX, el SAT perdería hasta $1.40; los restaurantes que utilizan estas plataformas hasta $1.67; las plataformas hasta $0.99; y los repartidores hasta $0.13, esto de acuerdo con un simple ejercicio sobre el costo de cada peso recaudado. Además, se tendrán otras consecuencias relevantes en el corto, mediano y largo plazos, no solo para la CDMX, sino para la economía en su conjunto. Vamos por partes.


La CDMX plantea un impuesto de 2% a los ingresos de las plataformas digitales por concepto de “aprovechamiento por el uso y explotación de la infraestructura de la Ciudad de México”. Este “aprovechamiento” tiene al menos cinco consecuencias en su implementación, que los legisladores del Congreso Local de la CDMX deben considerar antes de su aprobación.


Primero. Este “aprovechamiento” es un impuesto disfrazado a la innovación. Se grava a la innovación tecnológica que ha revolucionado la manera en cómo se realizan las transacciones comerciales en el mundo. Estas plataformas digitales de múltiples lados reducen los costos de transacción que se presentan al momento de realizar intercambios, generando beneficios a todos los participantes. Este impuesto genera un impacto negativo en los incentivos de las empresas para realizar inversión en innovación y desarrollo tecnológico. Sus impactos en el mediano y largo plazos son negativos para la economía en general, desincentivan la inversión, produciendo un enorme rezago tecnológico.


Segundo. Es un impuesto discriminatorio para las empresas que utilizan una plataforma de terceros para realizar sus ventas electrónicas. El ”aprovechamiento”, como está planteado, no afecta a quienes realizan ventas electrónicas a través de sus propias plataformas, a pesar de “usar y explotar la infraestructura de la Ciudad de México”. Así, las empresas que SÍ tienen recursos para invertir en este tipo de desarrollos disfrutarán una ventaja competitiva respecto de aquellas empresas (en su gran mayoría micro, pequeñas y/o medianas) que NO tienen recursos para esta inversión.


Tercero. Canibaliza otros impuestos, especialmente la recaudación federal de IVA y de ISR del SAT, ya que este “aprovechamiento” no genera actividad económica adicional. Por el contrario, reduce el valor económico al inhibir las transacciones comerciales que se realizan a través de las plataformas digitales de múltiples lados. Por lo tanto, la recaudación adicional que obtenga la CDMX será una extracción de recursos de otros actores económicos. Ello llevará a una reducción de recaudación a nivel federal por concepto de ISR, pues al pagar este “aprovechamiento”, las plataformas tendrán mayores costos, lo cual repercutirá en menores ganancias antes de impuestos y, por lo tanto, en menor pago por concepto de impuesto sobre la renta.


Cuarto. El pago del “aprovechamiento” es pagado por todos los agentes económicos que participan en estas plataformas. Si bien la incidencia legal (quien paga el impuesto a la autoridad recaudatoria) está en las plataformas y son ellas las encargadas de pagar este impuesto, la incidencia económica (impactos) estará distribuida entre todos los agentes que participan en los mercados: vendedores, compradores, plataformas, repartidores y el SAT. Nadie se escapa, todos pagamos. Los vendedores, los comparadores, los repartidores y las plataformas tendrán menores ganancias en 2022.


Quinto. Cada peso recaudado por la CDMX sale muy caro. Todos los agentes económicos, es decir, plataformas, restaurantes, repartidores y el propio SAT, terminan perdiendo. Al realizar varios escenarios de ajustes de precios y comisiones por parte de estos actores, por cada peso recaudado por la CDMX a través de dicho impuesto, la sociedad perdería hasta $4.19, repartido entre restaurantes ($1.67), plataformas ($0.99), repartidores ($0.13) y SAT ($1.40). ¿Es esto lo que necesita la CDMX y la economía del país?


Esto lo tendrán que tomar en cuenta los legisladores a la hora de evaluar el paquete económico de la CDMX para el próximo año.