/ jueves 19 de julio de 2018

¿Cómo dijo?

Escuchamos mucho ruido

Mi abuelo nos decía: “¡ya no me hagan ruido!” cuando, de niños, íbamos a su casa y andábamos toda “la primada” de chamacos corriendo por el patio. Imagínese a unos 15 niños de entre 5 y 12 años jugando como locos... ¡eso es un escándalo! Bueno, ¿cuál es la diferencia entre ruido y escándalo? El ruido es un sonido constante e “inarticulado”, o sea que no se distingue algo específico dentro de ese sonido; el escándalo es también ruido, alboroto, pero también usamos la palabra escándalo cuando algo sale “a la luz pública” y nos indigna o causa sorpresa.

Le doy un ejemplo: sale una serie televisiva de Luis Miguel —¿ya la vio?— describiendo su vida de manera novelizada, es decir, una historial ficcional —no real— pero basada en su vida, esa sí real, obviamente. Lo que se cuenta en la serie produce un escándalo, porque todo mundo “hace ruido” de lo que ha visto ahí; luego salen otras personas famosas a aclarar que “eso es mentira”; “así no fue” y cosas por el estilo, lo que arma más escándalo, más ruido. ¡Por supuesto que no es verdad! Es una novela… pero bueno, entre más escándalo, más audiencia y más éxito. Por cierto, la palabra “escándalo” viene del latín scandalum, y que es el nombre se les daba a las rocas que apenas afloran en el mar y que representan un peligro para los barcos porque casi no se ven pero hacer que las naves se encallen… se atoren pues.

“Mucho ruido y pocas nueces” dice un dicho popular cuando se presume mucho de algo, pero a la hora de la hora el resultado es mucho menor al esperado. Un compadre mío se la pasaba presumiéndome de que era muy bueno para asar carne, pero a la hora de que lo vi haciéndolo se le quemó todo. No pues así ni cómo ayudarle, compadre.

A veces tenemos un presentimiento sobre alguna cosa y eso no nos deja tranquilos y nos preocupa, así que en nuestra cabeza no dejamos de preguntarnos: “¿así estará bien? ¿no pasará algo malo?” y esas preguntas son tan constantes que nos “hacen ruido” en la cabeza. Por eso decimos frases como: “lo que me hace ruido es lo que me dijo el doctor sobre los estudios que me hizo”, eso quiere decir que nos preocupa y estamos pensando en ello constantemente.

No soy muy bueno para la mecánica, así que cuando llevo mi coche para que lo revise el técnico experto, le digo muy científicamente: “revíselo bien porque se le oye un ruidito…” descripción que en la realidad es de poca ayuda para el mecánico. A veces el “ruidito” es tan agudo y chirriante como el piar de un pollito, que convierte a nuestra descripción del ruido del carro en algo como: “trae un pollito mi coche, para que lo revise por favor”. Y el mecánico generalmente entiende que no se trata de verdad de un pollo… porque si en verdad así lo piensa, es hora de cambiar de mecánico.

Nunca falta que en donde vivamos existan los vecinos pachangueros que les encanta hacer fiestas y poner la música a todo volumen. ¡Ah qué vecinos tan ruidosos! A uno, que es responsable y tiene que levantarse a trabajar al día siguiente, ahí lo tienen… con el ojo pelón sin poder dormir por el ruido. ¿Le ha pasado? Seguramente sí. Entonces decides levantar un reporte y le hablas a la autoridad, que —si le da la gana— acude con el vecino ruidoso y hace una medición con un sonómetro, que es el aparato que mide el ruido. Este se mide en decibelios —o decibeles, pero ésta es una palabra en inglés y su forma correcta en español es decibelios— y dependiendo de la cantidad que registre será la multa que le pongan a los vecinos fiesteros. Todo esto si en realidad les da la gana venir y considerando que no se “arreglen” con los ruidosos, claro.

Aprovecho para decirle que un decibelio equivale a una décima parte de un belio, así como decigramo es una décima parte de un gramo. ¿Y qué es un belio? Ah, pues belio viene del inglés bel —decibel—, que fue tomada del apellido de Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono. Bueno, se decía que lo inventó, hasta que en el año 2002 el Congreso de los Estados Unidos dio la resolución de que el verdadero inventor de este útil aparato fue Antonio Meucci. Lo que pasó es que Meucci dio a conocer su invento en 1860 pero no tenía dinero para patentarlo, así que Bell, 16 años después, se aprovechó de la situación y patentó este invento en 1876. ¡Ah qué Bell tan aprovechado! Pero bueno, volviendo a lo del ruido, si esto no hubiera ocurrido, en vez de medir el sonido en decibeles estaríamos midiéndolo en “decimeuccis”, ¿verdad?

Y antes de que me acusen de hacer demasiado ruido, me despido de usted. Si conoce otros tipos de ruidos, coméntemelos para conocerlos, ¿sí?

Consultorio Verbal comodijo2@hotmail.com Twitter: @comodijo


PREGUNTA DEL PÚBLICO: Celedonio Vega: ¿Es correcto decir la primer semana?


RESPUESTA: No. Los adjetivos primer y tercer son masculinos. Se puede decir “el primer día” pero en el caso de la semana sería: “la primera semana”.


AHORA PREGUNTO: La palabra hercio se deriva del nombre de un científico alemán H.R. Hertz. Muy bien. Ahora déjeme preguntarle: ¿Qué es un hercio?


a.- Unidad monetaria

b.- Unidad de frecuencia

c.- Unidad de velocidad

d.- Unidad de peso


RESPUESTA: b. El hercio es una unidad con la que se mide la frecuencia de una señal en radiodifusión y en televisión.

Frase para terminar: Un día del hombre erudito es más largo que un siglo del ignorante. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.


Escuchamos mucho ruido

Mi abuelo nos decía: “¡ya no me hagan ruido!” cuando, de niños, íbamos a su casa y andábamos toda “la primada” de chamacos corriendo por el patio. Imagínese a unos 15 niños de entre 5 y 12 años jugando como locos... ¡eso es un escándalo! Bueno, ¿cuál es la diferencia entre ruido y escándalo? El ruido es un sonido constante e “inarticulado”, o sea que no se distingue algo específico dentro de ese sonido; el escándalo es también ruido, alboroto, pero también usamos la palabra escándalo cuando algo sale “a la luz pública” y nos indigna o causa sorpresa.

Le doy un ejemplo: sale una serie televisiva de Luis Miguel —¿ya la vio?— describiendo su vida de manera novelizada, es decir, una historial ficcional —no real— pero basada en su vida, esa sí real, obviamente. Lo que se cuenta en la serie produce un escándalo, porque todo mundo “hace ruido” de lo que ha visto ahí; luego salen otras personas famosas a aclarar que “eso es mentira”; “así no fue” y cosas por el estilo, lo que arma más escándalo, más ruido. ¡Por supuesto que no es verdad! Es una novela… pero bueno, entre más escándalo, más audiencia y más éxito. Por cierto, la palabra “escándalo” viene del latín scandalum, y que es el nombre se les daba a las rocas que apenas afloran en el mar y que representan un peligro para los barcos porque casi no se ven pero hacer que las naves se encallen… se atoren pues.

“Mucho ruido y pocas nueces” dice un dicho popular cuando se presume mucho de algo, pero a la hora de la hora el resultado es mucho menor al esperado. Un compadre mío se la pasaba presumiéndome de que era muy bueno para asar carne, pero a la hora de que lo vi haciéndolo se le quemó todo. No pues así ni cómo ayudarle, compadre.

A veces tenemos un presentimiento sobre alguna cosa y eso no nos deja tranquilos y nos preocupa, así que en nuestra cabeza no dejamos de preguntarnos: “¿así estará bien? ¿no pasará algo malo?” y esas preguntas son tan constantes que nos “hacen ruido” en la cabeza. Por eso decimos frases como: “lo que me hace ruido es lo que me dijo el doctor sobre los estudios que me hizo”, eso quiere decir que nos preocupa y estamos pensando en ello constantemente.

No soy muy bueno para la mecánica, así que cuando llevo mi coche para que lo revise el técnico experto, le digo muy científicamente: “revíselo bien porque se le oye un ruidito…” descripción que en la realidad es de poca ayuda para el mecánico. A veces el “ruidito” es tan agudo y chirriante como el piar de un pollito, que convierte a nuestra descripción del ruido del carro en algo como: “trae un pollito mi coche, para que lo revise por favor”. Y el mecánico generalmente entiende que no se trata de verdad de un pollo… porque si en verdad así lo piensa, es hora de cambiar de mecánico.

Nunca falta que en donde vivamos existan los vecinos pachangueros que les encanta hacer fiestas y poner la música a todo volumen. ¡Ah qué vecinos tan ruidosos! A uno, que es responsable y tiene que levantarse a trabajar al día siguiente, ahí lo tienen… con el ojo pelón sin poder dormir por el ruido. ¿Le ha pasado? Seguramente sí. Entonces decides levantar un reporte y le hablas a la autoridad, que —si le da la gana— acude con el vecino ruidoso y hace una medición con un sonómetro, que es el aparato que mide el ruido. Este se mide en decibelios —o decibeles, pero ésta es una palabra en inglés y su forma correcta en español es decibelios— y dependiendo de la cantidad que registre será la multa que le pongan a los vecinos fiesteros. Todo esto si en realidad les da la gana venir y considerando que no se “arreglen” con los ruidosos, claro.

Aprovecho para decirle que un decibelio equivale a una décima parte de un belio, así como decigramo es una décima parte de un gramo. ¿Y qué es un belio? Ah, pues belio viene del inglés bel —decibel—, que fue tomada del apellido de Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono. Bueno, se decía que lo inventó, hasta que en el año 2002 el Congreso de los Estados Unidos dio la resolución de que el verdadero inventor de este útil aparato fue Antonio Meucci. Lo que pasó es que Meucci dio a conocer su invento en 1860 pero no tenía dinero para patentarlo, así que Bell, 16 años después, se aprovechó de la situación y patentó este invento en 1876. ¡Ah qué Bell tan aprovechado! Pero bueno, volviendo a lo del ruido, si esto no hubiera ocurrido, en vez de medir el sonido en decibeles estaríamos midiéndolo en “decimeuccis”, ¿verdad?

Y antes de que me acusen de hacer demasiado ruido, me despido de usted. Si conoce otros tipos de ruidos, coméntemelos para conocerlos, ¿sí?

Consultorio Verbal comodijo2@hotmail.com Twitter: @comodijo


PREGUNTA DEL PÚBLICO: Celedonio Vega: ¿Es correcto decir la primer semana?


RESPUESTA: No. Los adjetivos primer y tercer son masculinos. Se puede decir “el primer día” pero en el caso de la semana sería: “la primera semana”.


AHORA PREGUNTO: La palabra hercio se deriva del nombre de un científico alemán H.R. Hertz. Muy bien. Ahora déjeme preguntarle: ¿Qué es un hercio?


a.- Unidad monetaria

b.- Unidad de frecuencia

c.- Unidad de velocidad

d.- Unidad de peso


RESPUESTA: b. El hercio es una unidad con la que se mide la frecuencia de una señal en radiodifusión y en televisión.

Frase para terminar: Un día del hombre erudito es más largo que un siglo del ignorante. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.


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