/ domingo 14 de octubre de 2018

¿Cómo dijo?

Ahora está en todos lados

La publicidad es varias cosas, aunque en nuestro mundo actual, generalmente entendemos por publicidad una serie de técnicas que se usan para divulgar las cualidades de un producto o servicio. Los que se dedican a crearla, ya ni siquiera la llaman publicidad, ahora es advertising, porque en inglés todo se vuelve más fino, ¿verdad? Bueno, eso creen ellos.

La publicidad es “hacer algo público”, divulgarlo para que lo conozca el público, para que lo conozca el pueblo, la masa. El advertising, como tantos adoran llamarle, pues es la forma inglesa de decir advertise, o sea “advertir”, que es “fijar la atención en algo”.

Muchos productos, servicios e incluso artistas deben su prestigio a la publicidad y eso no es malo. Solamente es malo si esas cualidades no corresponden en la realidad a lo que la publicidad prometió, que es una práctica tristemente recurrente en ese medio.

Para nosotros en México, la publicidad empezó con el pregón. Una señora o un señor pasaba gritando por la calle o andaba en el mercado ofreciendo tamales, dulces, tacos, o cuantas cosas pudieran ser. Sin embargo hay autores que dicen que el primer aviso publicitario que existió tiene casi tres mil años y consiste en un papiro egipcio que se encontró en Tebas y que se conserva aún en el Museo Británico de Londres.

No se trataba del panadero que pregona en nuestras calles actualmente sino de una pesquisa: Shem, un joven y robusto esclavo había huido de la casa de Hapu, su patrono de oficio tejedor y éste invitaba a todos los tebanos a que lo encontraran, ofreciendo media pieza de oro de recompensa a quien diera información sobre su paradero, pero si además de localizarlo devolvía el esclavo a la tienda de Hapu, la pieza de oro se le entregaría completita y remataba con un comercialito diciendo que en esa tienda “se tejen las más bellas telas al gusto del cliente”.

En la antigua Grecia, unos cinco siglos antes de Cristo, había unos tablones, hojas grandes de madera pintada de blanco en los que se inscribía determinado código de leyes para que el público pudiera leerlos y luego no anduvieran diciendo “pues yo no me enteré”. También había en aquellos años unos cilindros de madera que servían precisamente para todo tipo de comunicados que la autoridad quisiera hacer del conocimiento público.

Así fue evolucionando la publicidad. En Roma también se usaban tablones y papiros que se adosaban a los muros como se hace ahora con los carteles y aparecían mensajes que comunicaban asuntos oficiales e incluían anuncios como: “Vendo esclavo de cinco pies de alto, de complexión robusta y ojos castaños. Muy jalador. Sabe cocinar. Acepto carro a cambio”.

También se publicaban anuncios como éste: “No te pierdas en las próximas calendas la espectacular lucha a muerte entre Gladiador uno y Gladiador cuatro en el Coliseo”. Compra tus boletos con tiempo en la Agencia Boletomatic.

“Rento casa en Vía Triomfa con cinco recámaras y amplio comedor. No tiene baño porque todavía no se inventan, pero hay una jofaina donde toda la familia se puede lavar cara y las manos, aparte de otras vasijas útiles para diversos menesteres sanitarios”.

Cuando apareció la imprenta de tipos móviles que promovió Juan Gutemberg —porque no la inventó— se produjo una verdadera revolución en cuanto a la posibilidad de difundir un mismo mensaje de manera simultánea. Y de ahí hasta nuestros días, la publicidad ha estado presente en prácticamente todos los espacios de nuestra vida. Ni modo.


Lo dejo porque tengo que hacer unas “compritas”.


Consultorio Verbal comodijo2@hotmail.com
Twitter: @comodijo


Cecilia Aguilar pregunta: ¿Es correcto usar la palabra ahorita?



RESPUESTA: En principio el vocablo “ahorita” es incorrecto ya que “ahora” es un adverbio y el adverbio es invariable, es decir que no acepta el diminutivo. Sin embargo, por ser costumbre arraigada, la Real Academia Española lo considera correcto.



AHORA PREGUNTO: ¿Qué significa estibar?


a. Reconocer

b. Cargar

c. Esforzarse

d. Navegar



RESPUESTA: b. Estibar es cargar un buque o distribuir la carga adecuadamente en un vehículo.



Me retiro con una reflexión que decía Montesquieu: Nunca tuve una tristeza que una hora de lectura no haya logrado disipar. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.


Ahora está en todos lados

La publicidad es varias cosas, aunque en nuestro mundo actual, generalmente entendemos por publicidad una serie de técnicas que se usan para divulgar las cualidades de un producto o servicio. Los que se dedican a crearla, ya ni siquiera la llaman publicidad, ahora es advertising, porque en inglés todo se vuelve más fino, ¿verdad? Bueno, eso creen ellos.

La publicidad es “hacer algo público”, divulgarlo para que lo conozca el público, para que lo conozca el pueblo, la masa. El advertising, como tantos adoran llamarle, pues es la forma inglesa de decir advertise, o sea “advertir”, que es “fijar la atención en algo”.

Muchos productos, servicios e incluso artistas deben su prestigio a la publicidad y eso no es malo. Solamente es malo si esas cualidades no corresponden en la realidad a lo que la publicidad prometió, que es una práctica tristemente recurrente en ese medio.

Para nosotros en México, la publicidad empezó con el pregón. Una señora o un señor pasaba gritando por la calle o andaba en el mercado ofreciendo tamales, dulces, tacos, o cuantas cosas pudieran ser. Sin embargo hay autores que dicen que el primer aviso publicitario que existió tiene casi tres mil años y consiste en un papiro egipcio que se encontró en Tebas y que se conserva aún en el Museo Británico de Londres.

No se trataba del panadero que pregona en nuestras calles actualmente sino de una pesquisa: Shem, un joven y robusto esclavo había huido de la casa de Hapu, su patrono de oficio tejedor y éste invitaba a todos los tebanos a que lo encontraran, ofreciendo media pieza de oro de recompensa a quien diera información sobre su paradero, pero si además de localizarlo devolvía el esclavo a la tienda de Hapu, la pieza de oro se le entregaría completita y remataba con un comercialito diciendo que en esa tienda “se tejen las más bellas telas al gusto del cliente”.

En la antigua Grecia, unos cinco siglos antes de Cristo, había unos tablones, hojas grandes de madera pintada de blanco en los que se inscribía determinado código de leyes para que el público pudiera leerlos y luego no anduvieran diciendo “pues yo no me enteré”. También había en aquellos años unos cilindros de madera que servían precisamente para todo tipo de comunicados que la autoridad quisiera hacer del conocimiento público.

Así fue evolucionando la publicidad. En Roma también se usaban tablones y papiros que se adosaban a los muros como se hace ahora con los carteles y aparecían mensajes que comunicaban asuntos oficiales e incluían anuncios como: “Vendo esclavo de cinco pies de alto, de complexión robusta y ojos castaños. Muy jalador. Sabe cocinar. Acepto carro a cambio”.

También se publicaban anuncios como éste: “No te pierdas en las próximas calendas la espectacular lucha a muerte entre Gladiador uno y Gladiador cuatro en el Coliseo”. Compra tus boletos con tiempo en la Agencia Boletomatic.

“Rento casa en Vía Triomfa con cinco recámaras y amplio comedor. No tiene baño porque todavía no se inventan, pero hay una jofaina donde toda la familia se puede lavar cara y las manos, aparte de otras vasijas útiles para diversos menesteres sanitarios”.

Cuando apareció la imprenta de tipos móviles que promovió Juan Gutemberg —porque no la inventó— se produjo una verdadera revolución en cuanto a la posibilidad de difundir un mismo mensaje de manera simultánea. Y de ahí hasta nuestros días, la publicidad ha estado presente en prácticamente todos los espacios de nuestra vida. Ni modo.


Lo dejo porque tengo que hacer unas “compritas”.


Consultorio Verbal comodijo2@hotmail.com
Twitter: @comodijo


Cecilia Aguilar pregunta: ¿Es correcto usar la palabra ahorita?



RESPUESTA: En principio el vocablo “ahorita” es incorrecto ya que “ahora” es un adverbio y el adverbio es invariable, es decir que no acepta el diminutivo. Sin embargo, por ser costumbre arraigada, la Real Academia Española lo considera correcto.



AHORA PREGUNTO: ¿Qué significa estibar?


a. Reconocer

b. Cargar

c. Esforzarse

d. Navegar



RESPUESTA: b. Estibar es cargar un buque o distribuir la carga adecuadamente en un vehículo.



Me retiro con una reflexión que decía Montesquieu: Nunca tuve una tristeza que una hora de lectura no haya logrado disipar. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.