/ jueves 28 de febrero de 2019

¿Cómo dijo?             

Tolerancia con base científica

Seguramente usted lo conoce… bueno obviamente no en persona. Me refiero a Francois Arouet, ¿le suena? ¿No? A este hombre se le conoce más por el nombre de Voltaire. ¡Ándele, ese sí me suena!

Voltaire fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés, que vivió en el Siglo XVIII y fue uno de los máximos representantes de la época de la ilustración donde todo se enfocó al poder de la razón, la ciencia y el respeto hacia la humanidad.

Voltaire es un apodo o pseudónimo un poco raro; más parece marca de aparatos de aire acondicionado que un nombre. ¿De dónde habrá tomado este señor el nombrecito tan peculiar? Pues se dicen varias cosas, pero una de esas versiones dice que Voltaire lo tomó de la frase petite volontaire, que si mi “estupendo” francés no me falla quiere decir: “pequeño voluntario”. De niño así le decían a Voltaire, porque era literalmente muy acomedido el muchacho, siempre dispuesto a aprender y ayudar.

Pero no me la crea mucho; de hecho yo tampoco me quedo muy convencido con esta versión. Hay otra que dice que el nombre se origina de un anagrama de la frase “Arouet el joven”.

A Voltaire se le atribuyen un buen número de aportaciones filosóficas, así como la muy célebre frase que dice: “No estoy de acuerdo con lo que dices pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”; que luego resulta que los historiadores afirman que Voltaire nunca la dijo. ¿Pues entonces?

Era un crítico fuerte y mordaz, pero que siempre basó sus críticas en la información científica que tenía a la mano, en una época en la que la investigación costaba mucho más trabajo que en la actualidad. Como era de esperarse, muchas de sus obras lo llevaron a la cárcel y al destierro; por ahí no faltó alguien que le propinara tremenda paliza al pobre de Voltaire. ¿No le parece familiar esta situación? Parece que las cosas no han cambiado mucho del Siglo XVIII para acá.

Irónicamente —y como también está sucediendo mucho en nuestros días— fue duramente atacado Voltaire a pesar de ser un defensor de la tolerancia, especialmente la religiosa. Luchó con valentía y arrojo en contra de la superstición y la intolerancia basada en la ignorancia, mientras defendía la convivencia pacífica entre personas de diferentes creencias y religiones.

Voltaire no cree que Dios intervenga directamente en los asuntos humanos y en su cuento filosófico Cándido o el optimismo —escrito en 1759— denuncia al providencialismo. A partir de este cuento, la palabra cándido pasó a ser sinónimo de inocente o ingenuo.

Según Voltaire, sólo aprendemos de la experiencia; todo lo que la supera sólo es hipótesis; todo lo que es verdaderamente útil proviene de lo comprobable y para eso tenemos a la ciencia.

¡Cuánto te necesitamos hoy, mi estimado Voltaire!

Consultorio Verbal comodijo2@hotmail.com Twitter: @comodijo

PREGUNTA DEL PÚBLICO: Deya Hernández dice que: “ya es hora de que la Academia acepte la palabra accesar, porque se usa mucho, ¿no?

RESPUESTA: Pues, para empezar, ¿qué referencia tendría usted para decir que “se usa mucho”? ¿Se usa mucho en dónde, cuántas personas? La Academia no funciona precisamente así. Es cierto que la costumbre se convierte en ley y así se aceptan muchos términos, pero el proceso para incluir una palabra en el diccionario requiere una investigación mucho más profunda.

AHORA PREGUNTO: Tengo un amigo que se apellida Collado y me pregunto y le pregunto a usted, ¿qué es un collado?

a. Una elevación de tierra.

b. Un collar de piedras.

c. Una cerca de madera.

d. Un cencerro para el ganado.

RESPUESTA: a. Un collado es una elevación de terreno menor que un cerro.

Frase reveladora: Yo no sabía lo que era la verdadera felicidad, hasta que me casé… lástima que ya era demasiado tarde. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.


Tolerancia con base científica

Seguramente usted lo conoce… bueno obviamente no en persona. Me refiero a Francois Arouet, ¿le suena? ¿No? A este hombre se le conoce más por el nombre de Voltaire. ¡Ándele, ese sí me suena!

Voltaire fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés, que vivió en el Siglo XVIII y fue uno de los máximos representantes de la época de la ilustración donde todo se enfocó al poder de la razón, la ciencia y el respeto hacia la humanidad.

Voltaire es un apodo o pseudónimo un poco raro; más parece marca de aparatos de aire acondicionado que un nombre. ¿De dónde habrá tomado este señor el nombrecito tan peculiar? Pues se dicen varias cosas, pero una de esas versiones dice que Voltaire lo tomó de la frase petite volontaire, que si mi “estupendo” francés no me falla quiere decir: “pequeño voluntario”. De niño así le decían a Voltaire, porque era literalmente muy acomedido el muchacho, siempre dispuesto a aprender y ayudar.

Pero no me la crea mucho; de hecho yo tampoco me quedo muy convencido con esta versión. Hay otra que dice que el nombre se origina de un anagrama de la frase “Arouet el joven”.

A Voltaire se le atribuyen un buen número de aportaciones filosóficas, así como la muy célebre frase que dice: “No estoy de acuerdo con lo que dices pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”; que luego resulta que los historiadores afirman que Voltaire nunca la dijo. ¿Pues entonces?

Era un crítico fuerte y mordaz, pero que siempre basó sus críticas en la información científica que tenía a la mano, en una época en la que la investigación costaba mucho más trabajo que en la actualidad. Como era de esperarse, muchas de sus obras lo llevaron a la cárcel y al destierro; por ahí no faltó alguien que le propinara tremenda paliza al pobre de Voltaire. ¿No le parece familiar esta situación? Parece que las cosas no han cambiado mucho del Siglo XVIII para acá.

Irónicamente —y como también está sucediendo mucho en nuestros días— fue duramente atacado Voltaire a pesar de ser un defensor de la tolerancia, especialmente la religiosa. Luchó con valentía y arrojo en contra de la superstición y la intolerancia basada en la ignorancia, mientras defendía la convivencia pacífica entre personas de diferentes creencias y religiones.

Voltaire no cree que Dios intervenga directamente en los asuntos humanos y en su cuento filosófico Cándido o el optimismo —escrito en 1759— denuncia al providencialismo. A partir de este cuento, la palabra cándido pasó a ser sinónimo de inocente o ingenuo.

Según Voltaire, sólo aprendemos de la experiencia; todo lo que la supera sólo es hipótesis; todo lo que es verdaderamente útil proviene de lo comprobable y para eso tenemos a la ciencia.

¡Cuánto te necesitamos hoy, mi estimado Voltaire!

Consultorio Verbal comodijo2@hotmail.com Twitter: @comodijo

PREGUNTA DEL PÚBLICO: Deya Hernández dice que: “ya es hora de que la Academia acepte la palabra accesar, porque se usa mucho, ¿no?

RESPUESTA: Pues, para empezar, ¿qué referencia tendría usted para decir que “se usa mucho”? ¿Se usa mucho en dónde, cuántas personas? La Academia no funciona precisamente así. Es cierto que la costumbre se convierte en ley y así se aceptan muchos términos, pero el proceso para incluir una palabra en el diccionario requiere una investigación mucho más profunda.

AHORA PREGUNTO: Tengo un amigo que se apellida Collado y me pregunto y le pregunto a usted, ¿qué es un collado?

a. Una elevación de tierra.

b. Un collar de piedras.

c. Una cerca de madera.

d. Un cencerro para el ganado.

RESPUESTA: a. Un collado es una elevación de terreno menor que un cerro.

Frase reveladora: Yo no sabía lo que era la verdadera felicidad, hasta que me casé… lástima que ya era demasiado tarde. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.