/ jueves 30 de mayo de 2019

¿Cómo dijo?                

Las cochinas mentiras


Joven, le encargo dos de chicharrón, uno de carnitas y pues ya que andamos “cochinos”, también unos dos de cochinita pibil… claro, en tortilla de harina, para que amarre. Así me “aventé” una orden de taquitos acá en cierto establecimiento de mi querida ciudad de Monterrey. ¡Éntrale manito! No me dejará mentir, querido lector, pero es que son bien sabrosos. Pues sí, pero con tanto taco de cerdo corro cada vez más el riesgo de parecerme a uno.

“Ya deja a esa mujer, es muy mala… más mala que la carne de puerco…” así dicen muchos para darle mayor fuerza a su aseveración de que se habla de una persona perversa. Pues esa mujer en específico no sé si sea mala, pero la carne de puerco esa sí le puedo asegurar que no. Se piensa que nos hace daño pero en realidad son rumores infundados para dañar la reputación del pobre cerdito. La carne de cerdo es rica en proteínasy en realidad no engorda —bueno, no tanto como se cree— porque sus grasas son mayormente monoinsaturadas y hasta ayudan a que nos baje el colesterol. ¿Ya ve?

Pobre del cerdito, me le levantan falsos de que su carne es mala. “¡Es una tontería!” Así dice mi suegro, muy molesto al respecto… claro, porque su negocio es una granja porcina… o sea de puercos. Cuando hace mucho calor y se nos descompone el aire acondicionado, decimos: “estoy sudando como un cerdo”. ¡Falso otra vez! Bueno, a lo mejor si me parezco al cerdo por los tacos que me comí, pero a lo que me refiero es que la frase “sudar como cerdo” es falsa porque estos rosaditos animalitos no tienen glándulas sudoríparas, o sea que no sudan, aunque se estén “muriendo” de calor. Por eso, cuando la temperatura es caliente, los cerdos buscan desesperadamente algún lugar fresco para remojarse y bajar la temperatura de su puerquecito… digo, su cuerpecito.

Por eso es que el cerdo que tiene calor, nada más ve un charquito y se mete con todo y todo, aunque esté lleno de lodo. O sea que el cerdo no es cochino… bueno, quiero decir que no es sucio; lo que pasa es que tiene calor. Pero mire, usted póngale una alberquita y el puerquito andará metiéndose a gusto, bien limpio y fresco remojando sus carnitas.

Chancho, cochino, cerdo, puerco, marrano… son todas palabras que se usan para nombrar a este simpático y rechoncho —¡y sabroso!— animalito. Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra “cerdo” proviene de “cerda”, que significaba “pelo grueso”. ¡Pero si casi ni tienen pelo! Los que sí tienen pelo —algunos— son los etimologistas, que se “agarran de las greñas” discutiendo sobre el origen de la palabra y nada más no se ponen de acuerdo.

Algo parecido pasa con la palabra “cochino”, en la que algunos consideran que viene del náhuatl cochini que significa “dormilón”, porque los nahuas veían que este animalito dormía mucho. Pues no está tan descabellada la idea, porque en Sinaloa, cuando alguien “se hace el dormido”, se dice que está “haciéndose cochi”.

¿Usted qué cree?

Consultorio Verbal comodijo2@hotmail.com Twitter: @comodijo

PREGUNTA DEL PÚBLICO: Marisol Villarreal pregunta: ¿qué es lo correcto, decir “un vaso de agua” o decir “un vaso con agua”?

RESPUESTA: Es una pregunta muy recurrente. Algunas personas argumentan que no debe decirse un vaso de agua porque el vaso es de vidrio, pero eso no es así. Hay figuras retóricas que nos permiten decir el continente por el contenido y la preposición “de” puede aplicarse en muy diversas formas. Concretamente es correcto decirlo de las dos maneras, así como es correcto decir: “este es un libro de matemáticas” aunque en realidad sea de papel.

AHORA PREGUNTO: ¿Qué significa ser un diletante?

a. Que tiene mucha facilidad de palabra.

b. Que es muy aficionado al arte.

c. Que cumple sus compromisos con puntualidad.

d. Que le gusta razonarlo todo.

RESPUESTA: b. El diletante es alguien que tiene gran afición por alguna de las artes, especialmente por la música.

Reflexión para terminar: La esclavitud más denigrante es ser esclavo de sí mismo. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.

Las cochinas mentiras


Joven, le encargo dos de chicharrón, uno de carnitas y pues ya que andamos “cochinos”, también unos dos de cochinita pibil… claro, en tortilla de harina, para que amarre. Así me “aventé” una orden de taquitos acá en cierto establecimiento de mi querida ciudad de Monterrey. ¡Éntrale manito! No me dejará mentir, querido lector, pero es que son bien sabrosos. Pues sí, pero con tanto taco de cerdo corro cada vez más el riesgo de parecerme a uno.

“Ya deja a esa mujer, es muy mala… más mala que la carne de puerco…” así dicen muchos para darle mayor fuerza a su aseveración de que se habla de una persona perversa. Pues esa mujer en específico no sé si sea mala, pero la carne de puerco esa sí le puedo asegurar que no. Se piensa que nos hace daño pero en realidad son rumores infundados para dañar la reputación del pobre cerdito. La carne de cerdo es rica en proteínasy en realidad no engorda —bueno, no tanto como se cree— porque sus grasas son mayormente monoinsaturadas y hasta ayudan a que nos baje el colesterol. ¿Ya ve?

Pobre del cerdito, me le levantan falsos de que su carne es mala. “¡Es una tontería!” Así dice mi suegro, muy molesto al respecto… claro, porque su negocio es una granja porcina… o sea de puercos. Cuando hace mucho calor y se nos descompone el aire acondicionado, decimos: “estoy sudando como un cerdo”. ¡Falso otra vez! Bueno, a lo mejor si me parezco al cerdo por los tacos que me comí, pero a lo que me refiero es que la frase “sudar como cerdo” es falsa porque estos rosaditos animalitos no tienen glándulas sudoríparas, o sea que no sudan, aunque se estén “muriendo” de calor. Por eso, cuando la temperatura es caliente, los cerdos buscan desesperadamente algún lugar fresco para remojarse y bajar la temperatura de su puerquecito… digo, su cuerpecito.

Por eso es que el cerdo que tiene calor, nada más ve un charquito y se mete con todo y todo, aunque esté lleno de lodo. O sea que el cerdo no es cochino… bueno, quiero decir que no es sucio; lo que pasa es que tiene calor. Pero mire, usted póngale una alberquita y el puerquito andará metiéndose a gusto, bien limpio y fresco remojando sus carnitas.

Chancho, cochino, cerdo, puerco, marrano… son todas palabras que se usan para nombrar a este simpático y rechoncho —¡y sabroso!— animalito. Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra “cerdo” proviene de “cerda”, que significaba “pelo grueso”. ¡Pero si casi ni tienen pelo! Los que sí tienen pelo —algunos— son los etimologistas, que se “agarran de las greñas” discutiendo sobre el origen de la palabra y nada más no se ponen de acuerdo.

Algo parecido pasa con la palabra “cochino”, en la que algunos consideran que viene del náhuatl cochini que significa “dormilón”, porque los nahuas veían que este animalito dormía mucho. Pues no está tan descabellada la idea, porque en Sinaloa, cuando alguien “se hace el dormido”, se dice que está “haciéndose cochi”.

¿Usted qué cree?

Consultorio Verbal comodijo2@hotmail.com Twitter: @comodijo

PREGUNTA DEL PÚBLICO: Marisol Villarreal pregunta: ¿qué es lo correcto, decir “un vaso de agua” o decir “un vaso con agua”?

RESPUESTA: Es una pregunta muy recurrente. Algunas personas argumentan que no debe decirse un vaso de agua porque el vaso es de vidrio, pero eso no es así. Hay figuras retóricas que nos permiten decir el continente por el contenido y la preposición “de” puede aplicarse en muy diversas formas. Concretamente es correcto decirlo de las dos maneras, así como es correcto decir: “este es un libro de matemáticas” aunque en realidad sea de papel.

AHORA PREGUNTO: ¿Qué significa ser un diletante?

a. Que tiene mucha facilidad de palabra.

b. Que es muy aficionado al arte.

c. Que cumple sus compromisos con puntualidad.

d. Que le gusta razonarlo todo.

RESPUESTA: b. El diletante es alguien que tiene gran afición por alguna de las artes, especialmente por la música.

Reflexión para terminar: La esclavitud más denigrante es ser esclavo de sí mismo. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.