Después del fin viene el comienzo
Hemos comentado aquí del fin y el final y ahora, querido lector, nos toca platicar acerca del comienzo, precisamente porque estamos comenzando el año nuevo. ¿Acostumbra usted comer las 12 uvas justo a la medianoche cuando comienza el nuevo año? Mientras come las uvas, ¿pide usted deseos? ¿Sale usted corriendo de su casa con las maletas para que “se le haga” salir mucho de viaje en este año?
Cada familia tiene sus tradiciones de fin de año. Algunos creen que usando en ese momento ropa interior de color rojo, pronto encontrarán al amor de su vida, o si es de color amarillo, recibirán mucho dinero durante el año. Independientemente de lo que usted acostumbre hacer al momento de recibir a un nuevo año, es necesario hacernos propósitos.
Comencemos este año precisamente por hacernos estos propósitos, que sean verdaderas declaraciones de las acciones que debemos tomar para mejorar como personas.
Iniciemos el camino hacia una vida más apacible —más tranquila— que no esté gobernada por el moderno estrés y la competencia insustancial.
Empecemos a respetarnos realmente a nosotros mismos cuidando nuestra salud tanto física como mental, y para esta última, ayuda mucho que entendamos lo absurdo que es el querer tener siempre la razón… algo que se ha vuelto una auténtica obsesión en nuestros días.
Arranquemos con la determinación de mantener siempre el buen ánimo, la esperanza y la fe, compartiéndolas con todo aquel que lo necesite.
Como usted ya lo notó, mi querido lector, le estoy compartiendo palabras que se relacionan con el principio: inicio, comienzo, arranque y hay muchas otras en nuestro lenguaje. Tenemos también el verbo “estrenar”, que viene del latín strena que originalmente significaba “de buen augurio”, incluso tiene relación con el nombre de la antigua diosa Strenia, que era la diosa de los presagios favorables.
Los romanos eran muy dadivosos y el día primero de cada año regalaban dátiles y una pequeña jarra de miel —y algunos hasta incluían algunas monedas— para augurar riqueza.
Así que, cada vez que iniciaba un año, los romanos lo estrenaban dando regalos de buena suerte y eso era el estreno.
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PREGUNTA DEL PÚBLICO: Norma Caballero escribe: “En algún lado de la Ciudad de México vi que la palabra queso proviene del náhuatl, ¿es cierto?”
RESPUESTA: No, es falso. La palabra queso viene de caseus y su significado se relaciona a la fermentación.
AHORA PREGUNTO: ¿Qué es un barbiquejo?
a.- Un tipo de guisado.
b.- Una correa de un casco.
c.- Un dibujo mal hecho.
d.- Un tipo descarado.
RESPUESTA: b. Barbiquejo es la correa que sujeta a un casco o a un sombrero por debajo de la barbilla.
Frase para terminar: Grande es el arte de comenzar, pero mayor es el arte de concluir. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.
