/ jueves 1 de octubre de 2020

¿Cómo dijo?

Heredamos muchas de sus palabras


La mayoría de las palabras de nuestro idioma que empiezan con la partícula “al” provienen del árabe, porque en ese idioma esa partícula era —o es—equivalente al artículo “el”. Permítame darle algunos ejemplos: albornoz proviene de al (el) y burnus, que es precisamente una capa con capucha.

Igualmente, la palabra albañil proviene de al (el) y banni que en árabe esconstructor. En el caso de estas palabras, hay muchos que se confunden y dicen que provienen de la misma raíz latina que el color “albo” y hasta aseguran que los albornoces se llaman así porque originalmente eran blancos, o que el albañil porque construye principalmente paredes blancas, pero ¡para nada! No es así.

Y ya que menciono a “albo”, déjemele le digo que la alborada es el alba, el momento en que surge la luz del día y las personas que tienen la piel de ese color —el color del alba, o sea el blanco— son los albinos, adjetivo que se extiende a todo ser vivo que presenta ausencia congénita de pigmentación, por lo que su piel, pelo, iris, plumas, flores o lo que tenga, son más o menos blancos, a diferencia de los colores propios de su especie, variedad o raza.

Albino, por cierto, es también nombre de persona… así se llamaba mi abuelo. De hecho, le “quedaba muy bien el saco” porque era blanco en sus acciones y en su conciencia. O sea que le hacía mucho honor a su nombre.

En tiempos del Imperio Romano había un tablero donde se exhibían públicamente los edictos, que eran los mandatos de la autoridad, o sea que el tablero ese venía siendo el equivalente al diario oficial de la federación. El tablero generalmente era blanco y por tal motivo se le llamaba “álbum”.

Nosotros heredamos el vocablo álbum hasta llegar a nuestras generaciones actuales, pero ahora ya no necesita ser blanco y ya no es un tablero, sino un libro que se dice “en blanco” porque no presenta textos ni alguna impresión, sino que sus páginas son para preservar en ellas fotografías, sellos de correo, autógrafos y cosas similares. Es más, ahora ya ni siquiera es un libro, porque tenemos álbumes virtuales en nuestras computadoras y teléfonos, en donde coleccionamos las fotos de alguna ocasión especial.

Y antes de despedirme, le dejo algunas otras palabras que también son de origen árabe: alacena, aldaba, alcaparra, almohada, alberca, albacea, alarido, albahaca y albaricoque… ¿y qué es albaricoque? Pues en México lo conocemos como durazno, pero la palabra “albaricoque” tiene su origen en el verbo praecoquere, que significa: “madurar antes de tiempo”.

Consultorio Verbal

comodijo2@hotmail.com

Twitter: @comodijo


PREGUNTA DEL PÚBLICO: Claudia muñoz pregunta: ¿Existe la palabra "genofilia"?


RESPUESTA: Hay muchas palabras compuestas que no vienen en el diccionario y sin embargo existen. Es el caso de genofilia y por sus raíces deducimos que se refiere a "Exagerado apego a sus orígenes". Un genófilo puede ser una persona demasiado involucrada con sus antepasados o con el lugar donde nació, por ejemplo.


AHORA PREGUNTO:¿Qué es un imponderable?


a.- Lo que no puede subirse.

b.- Lo que no puede pesarse.

c.- Lo que no puede detenerse.

d.- Lo que no puede recorrerse.


RESPUESTA: b.Lo imponderable es lo que no puede ponderarse y el verbo ponderar es pesar. Lo imponderable es literalmente lo que no puede pesarse.

Frase motivadora para despedirme: Es mejor vivir con un “¿te acuerdas?” que con un “¿te imaginas?” ¿Cómo dijo? Nos vemos el domingo.


Heredamos muchas de sus palabras


La mayoría de las palabras de nuestro idioma que empiezan con la partícula “al” provienen del árabe, porque en ese idioma esa partícula era —o es—equivalente al artículo “el”. Permítame darle algunos ejemplos: albornoz proviene de al (el) y burnus, que es precisamente una capa con capucha.

Igualmente, la palabra albañil proviene de al (el) y banni que en árabe esconstructor. En el caso de estas palabras, hay muchos que se confunden y dicen que provienen de la misma raíz latina que el color “albo” y hasta aseguran que los albornoces se llaman así porque originalmente eran blancos, o que el albañil porque construye principalmente paredes blancas, pero ¡para nada! No es así.

Y ya que menciono a “albo”, déjemele le digo que la alborada es el alba, el momento en que surge la luz del día y las personas que tienen la piel de ese color —el color del alba, o sea el blanco— son los albinos, adjetivo que se extiende a todo ser vivo que presenta ausencia congénita de pigmentación, por lo que su piel, pelo, iris, plumas, flores o lo que tenga, son más o menos blancos, a diferencia de los colores propios de su especie, variedad o raza.

Albino, por cierto, es también nombre de persona… así se llamaba mi abuelo. De hecho, le “quedaba muy bien el saco” porque era blanco en sus acciones y en su conciencia. O sea que le hacía mucho honor a su nombre.

En tiempos del Imperio Romano había un tablero donde se exhibían públicamente los edictos, que eran los mandatos de la autoridad, o sea que el tablero ese venía siendo el equivalente al diario oficial de la federación. El tablero generalmente era blanco y por tal motivo se le llamaba “álbum”.

Nosotros heredamos el vocablo álbum hasta llegar a nuestras generaciones actuales, pero ahora ya no necesita ser blanco y ya no es un tablero, sino un libro que se dice “en blanco” porque no presenta textos ni alguna impresión, sino que sus páginas son para preservar en ellas fotografías, sellos de correo, autógrafos y cosas similares. Es más, ahora ya ni siquiera es un libro, porque tenemos álbumes virtuales en nuestras computadoras y teléfonos, en donde coleccionamos las fotos de alguna ocasión especial.

Y antes de despedirme, le dejo algunas otras palabras que también son de origen árabe: alacena, aldaba, alcaparra, almohada, alberca, albacea, alarido, albahaca y albaricoque… ¿y qué es albaricoque? Pues en México lo conocemos como durazno, pero la palabra “albaricoque” tiene su origen en el verbo praecoquere, que significa: “madurar antes de tiempo”.

Consultorio Verbal

comodijo2@hotmail.com

Twitter: @comodijo


PREGUNTA DEL PÚBLICO: Claudia muñoz pregunta: ¿Existe la palabra "genofilia"?


RESPUESTA: Hay muchas palabras compuestas que no vienen en el diccionario y sin embargo existen. Es el caso de genofilia y por sus raíces deducimos que se refiere a "Exagerado apego a sus orígenes". Un genófilo puede ser una persona demasiado involucrada con sus antepasados o con el lugar donde nació, por ejemplo.


AHORA PREGUNTO:¿Qué es un imponderable?


a.- Lo que no puede subirse.

b.- Lo que no puede pesarse.

c.- Lo que no puede detenerse.

d.- Lo que no puede recorrerse.


RESPUESTA: b.Lo imponderable es lo que no puede ponderarse y el verbo ponderar es pesar. Lo imponderable es literalmente lo que no puede pesarse.

Frase motivadora para despedirme: Es mejor vivir con un “¿te acuerdas?” que con un “¿te imaginas?” ¿Cómo dijo? Nos vemos el domingo.


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