La época de la nostalgia y la melancolía
Empezó oficialmente la época navideña y con ella generalmente nos ataca la nostalgia, y con más razón en esta ocasión en la que tantas cosas que solíamos hacer en diciembre ahora no podemos.
Aquellas tradiciones propias de esta temporada quedaron canceladas… o bueno, suspendidas hasta quién sabe cuándo. Tradiciones tales como las peregrinaciones a la basílica de Guadalupe —de las que yo nunca fui partidario pero que debo aceptar que se extrañan mucho—, las posadas, el encendido del pino… ¡Ay! Y luego, al salir de la misa, comprar unos churros rellenos calientitos…
Pues todo eso que acostumbramos, ahora ¡nada! “No señor, hay que cuidar la salud… la propia y la de los demás”. No salgan, no visiten, no se junten, no nada. ¿Y entonces? Pues en su casita y por videollamada, si acaso. No sé a usted, pero con todas esas restricciones siento que la nostalgia pega mucho más fuerte, porque se extrañan esas cosas y los recuerdos duelen.
Y deben de doler, según la definición misma de la palabra “nostalgia” que es una tristeza melancólica originada por un recuerdo de algo que ya perdimos. “¡Ay dolor! Si no lloro, nomás me acuerdo…” En su origen griego, la palabra “nostalgia” se compone de nóstos que significa “regreso” y de algia que es “dolor” y que se usa mucho en medicina: cefalalgia es dolor de cabeza, cardialgia es dolor de corazón, etc.
Entonces, la nostalgia es aquello que nos hace “regresar” a un tiempo o a un lugar a través de los recuerdos y nos produce dolor y melancolía. Por cierto, ¿y la melancolía? Ah, pues es esa tristeza más profunda y permanente que se siente cuando anda uno muy “depre”. Lo curioso de la palabra “melancolía” es que, en su etimología griega, se compone de melas que significa “negro” y kholis que significa “bilis”, o sea que la melancolía es “bilis negra”. La bilis es esa sustancia que produce el hígado para facilitar la digestión… “Oiga, espéreme… ¿y qué tiene que ver el hígado con todo esto?” Pregunta ya desesperado un lector y le digo: calma. Mire, lo que pasa es que la palabra “melancolía” nació de la antigua teoría de “los humores de Hipócrates”, que dice que el cuerpo se compone de cuatro sustancias, las que deben estar siempre en equilibrio para que el cuerpo funcione correctamente… y una de ellas —de las sustancias— es la bilis negra que, cuando predomina, el temperamento de la persona se vuelve triste. Bueno, eso decía don Hipo.
Yo quiero pedirle a usted que disfrute, lo más que pueda, esta época… porque de plano no sabemos si se va a poner peor. No permita que la pena, la pesadumbre, la aflicción o la morriña invadan su corazón y mejor alégrese y disfrute… porque, como dijo algún filósofo: ¡Estamos vivos… sólo por hoy!
Consultorio Verbal
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PREGUNTA DEL PÚBLICO: Carmen Sauza pregunta el significado exacto de la palabra “morriña”.
RESPUESTA: El significado exacto es el del diccionario: “tristeza o melancolía, especialmente la nostalgia de la tierra natal”.
AHORA PREGUNTO: La frase “deja de estar chinglando”, significa:
a.- Deja de estar molestando.
b.- Deja de estar tomando vino.
c.- Deja de estar masticando.
d.- Deja de estar golpeando.
RESPUESTA: b. El verbo “chinglar” significa “pasar un trago de vino”.
Frase de noticiero para terminar: El sujeto se encuentra gravemente herido… pero el predicado se encuentra bien. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.