¡Ah el Internet! Esa mágica herramienta que nos permite compartir, al mismo tiempo, todo lo bueno y lo malo que tenemos los seres humanos. Sin duda usted alguna vez ya se ha preguntado: ¿qué haríamos hoy sin el Internet? No pues nada, literalmente nada, porque prácticamente todas las comunicaciones modernas se basan en ella para funcionar.
Cuando apenas empezábamos a usar la Internet —los que somos de generaciones más “anteriores”, digamos— la cosa era muy distinta a como es hoy. Teníamos que marcar un número de teléfono por medio de la computadora, la que tenía conectado un aparatote que era un módem y que hacía un horripilante ruido al conectarse al servidor. Por supuesto, si alguien más levantaba una extensión del teléfono de la casa, se perdía la conexión —que de todas maneras era muy lenta— y había que marcar de nuevo… y a veces sonaba ocupado porque las líneas se saturaban… ¡todo eso era nada más para conectarse!
Algo realmente curioso fue que nos tomó un buen rato deshacernos del clásico www para escribir la dirección de cada página. ¡Cuántas doble u’s desperdiciamos para poder navegar! “Para entrar a la página de nuestro banco, visite www…” “Visita nuestro sitio en www…” www… www… ¿y es realmente necesario poner tantas doble u’ssi todas las direcciones empiezan igual? Pues técnicamente siguen estando ahí, pero ya no es necesario escribirlas. Al que se le ocurrió eliminarlas o automatizarlas para que se pusieran solas: www.milgracias.com
Me acuerdo cuando creé mi primera dirección de correo electrónico… ¡hace tantos años de eso! Me pidió crear un nombre de usuario y una contraseña... ok. Pongo alguna palabra extraña de la que yo me acuerde y ¡listo! Ya quedó. Luego, un día, ya no me dejó entrar hasta que cambiara mi contraseña, quesque para más seguridad. “Ahora tiene que incluir un número y una letra mayúscula” Bueno, ándele, ahí está, listo. Pasó el tiempo y luego no me dejaba entrar hasta que le pusiera un “carácter especial…” ¡Oh! ¿Un carácter especial? El único que conozco de carácter especial es mi tío, que es medio gruñón. ¿Y qué hace tan especiales a estos caracteres? Pues ahí anduve escogiendo alguno de estos caracteres especiales... porque no son todos, solamente los especiales… Listo, ya quedó.
Ahora, para entrar a la misma cuenta, me exige que le compruebe que “no soy un robot” picándole a un cuadrito. ¡¿Pero cómo?! ¿Tanto tiempo de conocernos y piensas que soy un robot? ¿Por qué? ¿Acaso los robots actuales, tan avanzados, no son capaces de picarle a un botoncito?
Luego me salen unas imágenes borrosas, diciendo: “selecciona todas las fotografías en las que veas una moto” y yo me pongo nervioso porque no veo bien si es una moto o una bicicleta… seguramente un robot debe ser capaz de hacer esta ridícula actividad mucho mejor que yo.
Y así va evolucionando, no siempre mejorando, la Internet.
Consultorio Verbal
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PREGUNTA DEL PÚBLICO: Laura Gómez pregunta si la palabra “internet” se escribe con mayúscula y si es masculino o femenino.
RESPUESTA: La palabra Internet la usamos mucho en español como nombre propio, así que se escribe con mayúscula inicial y sin artículo. Si se usa un artículo, se recomienda usar el femenino: la Internet, ya que se refiere a una red (femenino).
AHORA PREGUNTO: En la frase: “Ahí viene un crabrón”, me estoy refiriendo a:
a.- un individuo malencarado
b.- un vagón del tren.
c.- una explosión leve.
d.- una avispa grande.
RESPUESTA: d. Un crabrón es un avispón, una avispa grande.
Frase de enseñanza para terminar: Dicen que el tiempo pone las cosas en su lugar… Pues yo llevo dos horas sentado esperando a que se ordene la cocina y no pasa nada. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.