/ jueves 7 de marzo de 2019

¿Cómo va la guerra comercial?

El sábado, economistas de Columbia, Princeton, y la Reserva Federal de Nueva York publicaron un ensayo académico, The impact of the 2018 trade war on U.S. prices and welfare, que usó datos detallados sobre importaciones para evaluar el impacto de los aranceles impuestos por Trump a todos nuestros socios comerciales (por cierto, el ensayo es un trabajo hermoso). La conclusión: en una primera aproximación, los extranjeros no pagaron la factura, las empresas estadounidenses y los consumidores sí, y las pérdidas para estos últimos excedieron las ganancias de los nuevos aranceles. Los aranceles, en términos generales, empobrecieron a Estados Unidos.

¿Cómo obtuvieron este resultado? El gobierno de EU recaba datos de los precios y las cantidades de muchas categorías de importaciones. Muchas de éstas enfrentaron nuevos aranceles, pero otras no. Así que es posible comparar qué ocurrió con las importaciones sujetas a aranceles en relación con el grupo de control que no se tocó. Así sabemos cuál es el impacto de los aranceles.

Según la visión de Trump, en la que los extranjeros habrían pagado los aranceles, lo que habríamos esperado ver es que disminuyeran los precios de los bienes arancelados, compensando así el arancel, de tal modo que los precios al consumidor no cambiaran. En la realidad, el efecto de los aranceles sobre los precios de las importaciones no fue visible. Así, los proveedores extranjeros no parecen haber absorbido ninguno de los aranceles, mismos que se cobraron en su totalidad a los consumidores, ya que los precios que incluyen aranceles han aumentado por el monto total de los aranceles.

Estos aumentos condujeron a cambios importantes en el comportamiento. Las importaciones de los productos arancelados bajaron marcadamente, en parte debido a que los consumidores recurrieron a productos nacionales, pero principalmente porque los importadores cambiaron de proveedores, y recurrieron a países que no están sujetos a los aranceles de Trump. Por ejemplo, varias empresas parecen haber comenzado a comprar de Vietnam o México productos que antes compraban a China.

Pensemos en este ejemplo: antes de los aranceles, Estados Unidos importaba productos de China por 100 dólares. Luego, el gobierno de Trump impuso un arancel de 25 por ciento, que aumentó el precio al consumidor a 125 dólares. Si dejamos de importar ese producto de China, los consumidores pierden 25 dólares por unidad comprada, pero el gobierno aumenta 25 dólares a los impuestos, lo cual deja el ingreso nacional sin cambios.

Supongamos que los importadores cambian a una fuente más cara que no está sujeta a aranceles; por ejemplo, que compran el producto a Vietnam por 115 dólares. Entonces, los consumidores sólo pierden 15 dólares, pero no hay ingresos por aranceles, así que esos 15 dólares son una pérdida para la nación en su totalidad.

Pero, ¿qué pasa si recurren a un proveedor nacional, por ejemplo, una empresa que vende el producto en 120 dólares? ¿Qué cambio produce esto en la historia?

Aquí, la cuestión importante es que producir un bien en el país tiene un costo de oportunidad. Estados Unidos está muy cerca de alcanzar el empleo pleno, así que los 120 dólares que se usaron para producir ese bien se podrían y se habrían empleado en producir otra cosa, de no existir el arancel. Desviarlos para que produzcan lo que solíamos importar significa una pérdida neta de veinte dólares, sin ninguna compensación para los ingresos.

El sábado, economistas de Columbia, Princeton, y la Reserva Federal de Nueva York publicaron un ensayo académico, The impact of the 2018 trade war on U.S. prices and welfare, que usó datos detallados sobre importaciones para evaluar el impacto de los aranceles impuestos por Trump a todos nuestros socios comerciales (por cierto, el ensayo es un trabajo hermoso). La conclusión: en una primera aproximación, los extranjeros no pagaron la factura, las empresas estadounidenses y los consumidores sí, y las pérdidas para estos últimos excedieron las ganancias de los nuevos aranceles. Los aranceles, en términos generales, empobrecieron a Estados Unidos.

¿Cómo obtuvieron este resultado? El gobierno de EU recaba datos de los precios y las cantidades de muchas categorías de importaciones. Muchas de éstas enfrentaron nuevos aranceles, pero otras no. Así que es posible comparar qué ocurrió con las importaciones sujetas a aranceles en relación con el grupo de control que no se tocó. Así sabemos cuál es el impacto de los aranceles.

Según la visión de Trump, en la que los extranjeros habrían pagado los aranceles, lo que habríamos esperado ver es que disminuyeran los precios de los bienes arancelados, compensando así el arancel, de tal modo que los precios al consumidor no cambiaran. En la realidad, el efecto de los aranceles sobre los precios de las importaciones no fue visible. Así, los proveedores extranjeros no parecen haber absorbido ninguno de los aranceles, mismos que se cobraron en su totalidad a los consumidores, ya que los precios que incluyen aranceles han aumentado por el monto total de los aranceles.

Estos aumentos condujeron a cambios importantes en el comportamiento. Las importaciones de los productos arancelados bajaron marcadamente, en parte debido a que los consumidores recurrieron a productos nacionales, pero principalmente porque los importadores cambiaron de proveedores, y recurrieron a países que no están sujetos a los aranceles de Trump. Por ejemplo, varias empresas parecen haber comenzado a comprar de Vietnam o México productos que antes compraban a China.

Pensemos en este ejemplo: antes de los aranceles, Estados Unidos importaba productos de China por 100 dólares. Luego, el gobierno de Trump impuso un arancel de 25 por ciento, que aumentó el precio al consumidor a 125 dólares. Si dejamos de importar ese producto de China, los consumidores pierden 25 dólares por unidad comprada, pero el gobierno aumenta 25 dólares a los impuestos, lo cual deja el ingreso nacional sin cambios.

Supongamos que los importadores cambian a una fuente más cara que no está sujeta a aranceles; por ejemplo, que compran el producto a Vietnam por 115 dólares. Entonces, los consumidores sólo pierden 15 dólares, pero no hay ingresos por aranceles, así que esos 15 dólares son una pérdida para la nación en su totalidad.

Pero, ¿qué pasa si recurren a un proveedor nacional, por ejemplo, una empresa que vende el producto en 120 dólares? ¿Qué cambio produce esto en la historia?

Aquí, la cuestión importante es que producir un bien en el país tiene un costo de oportunidad. Estados Unidos está muy cerca de alcanzar el empleo pleno, así que los 120 dólares que se usaron para producir ese bien se podrían y se habrían empleado en producir otra cosa, de no existir el arancel. Desviarlos para que produzcan lo que solíamos importar significa una pérdida neta de veinte dólares, sin ninguna compensación para los ingresos.