/ jueves 2 de abril de 2020

Competencia y mejora regulatoria en tiempos del Covid-19

Por: María Fernanda Ballesteros Arias

Ante la emergencia que vivimos tenemos que echar mano de todas las herramientas posibles a nuestra disposición para aminorar riesgos, tanto económicos como sociales. En estos tiempos inciertos, con el Covid-19 en expansión, la política de competencia y mejora regulatoria pueden aportar a nuestro país.


Una primera evidencia: se vuelve más necesario que nunca eliminar regulación innecesaria que hace difícil poder responder con prontitud y a menores costos (económicos y humanos). Así lo ha interpretado Richard Thaler, Nobel de Economía, quien ha sugerido suspender diferentes regulaciones en Estados Unidos que están ralentizando la respuesta sanitaria a la pandemia. También ha abierto una consulta desde un portal para que todos puedan identificar regulaciones que tendrían que eliminarse –siempre, pero con mayor razón– durante esta emergencia.


Se trata de una gran iniciativa que las diferentes autoridades de mejora regulatoria de nuestro país podrían considerar, adaptada a nuestro contexto, a lo largo del territorio e impulsada por la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer).


Además, en diferentes latitudes la política de competencia ha dado un paso adelante para tratar de aminorar posibles costos para la población. En Reino Unido, ante una solicitud de los supermercados se ha decidido relajar las reglas de competencia: las tiendas pueden cooperar temporalmente, compartiendo información sobre inventarios, así como puntos de distribución y personal para poder hacer frente a la demanda.


Además, la CMA, autoridad de competencia de ese país, ha creado un grupo de trabajo que vigilará el comportamiento de algunos mercados y advertirá a empresas sospechosas de tomar ventaja de circunstancias excepcionales –ya se vio, por ejemplo, el caso de precios excesivos de gel antibacterial tanto en ese país y casos similares en Turquía, Italia, Rusia, Brasil y Kenia–. También aconsejará al gobierno sobre cómo asegurar que el derecho de la competencia no se entrometa en medidas que protegen la salud pública y la oferta de bienes y servicios esenciales, y emitirá recomendaciones en políticas y medidas legislativas que aseguren que los mercados puedan funcionar lo mejor posible en los siguientes meses.


En México, apenas hace unos días la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) emitió lineamientos que señalan que no se sancionarán los acuerdos de colaboración que pretendan mantener o incrementar la oferta para satisfacer la demanda y evitar la escasez de mercancías. Esto, porque al final se persigue el bienestar al consumidor y no se cataloga como una práctica ilegal de colusión. Asimismo, señaló que se vigilarán los mercados en donde se incremente de forma indiscriminada el precio –siempre y cuando ese aumento, especificó, sea el resultado de una colusión, aspecto que lo diferencia de otras autoridades de competencia–.

Hay varios puntos de estos lineamientos que sin duda generarán polémica entre los practicantes de esta materia. Sin embargo, me parece un gran acierto que un organismo autónomo como Cofece se decida a aportar desde su área lo que tiene en la mira durante esta emergencia. Esperemos que pronto veamos resultados concretos frente a casos de distorsiones de mercados por todo el territorio, de los que ya hemos tenido conocimiento. También esta autoridad podría echar mano de la ayuda de la sociedad afectada, y desarrollar plataformas de denuncias y/o consulta para la emergencia.

Es el momento de que organismos técnicos como Cofece y Conamer den un paso al frente, aprovechen las plataformas tecnológicas, innoven en sus mecanismos y herramientas, tanto de consulta, como de sanción o extrañamiento. Serán útiles ante la emergencia. Además, si se abre la oportunidad estoy segura de que instancias reguladas, expertos y sociedad en su conjunto podemos ayudar a los organismos a actuar y mostrar los beneficios que las políticas de competencia y mejora regulatoria llevan a la población.



Coordinadora del Programa de Regulación y Competencia Económica de México Evalúa

Por: María Fernanda Ballesteros Arias

Ante la emergencia que vivimos tenemos que echar mano de todas las herramientas posibles a nuestra disposición para aminorar riesgos, tanto económicos como sociales. En estos tiempos inciertos, con el Covid-19 en expansión, la política de competencia y mejora regulatoria pueden aportar a nuestro país.


Una primera evidencia: se vuelve más necesario que nunca eliminar regulación innecesaria que hace difícil poder responder con prontitud y a menores costos (económicos y humanos). Así lo ha interpretado Richard Thaler, Nobel de Economía, quien ha sugerido suspender diferentes regulaciones en Estados Unidos que están ralentizando la respuesta sanitaria a la pandemia. También ha abierto una consulta desde un portal para que todos puedan identificar regulaciones que tendrían que eliminarse –siempre, pero con mayor razón– durante esta emergencia.


Se trata de una gran iniciativa que las diferentes autoridades de mejora regulatoria de nuestro país podrían considerar, adaptada a nuestro contexto, a lo largo del territorio e impulsada por la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer).


Además, en diferentes latitudes la política de competencia ha dado un paso adelante para tratar de aminorar posibles costos para la población. En Reino Unido, ante una solicitud de los supermercados se ha decidido relajar las reglas de competencia: las tiendas pueden cooperar temporalmente, compartiendo información sobre inventarios, así como puntos de distribución y personal para poder hacer frente a la demanda.


Además, la CMA, autoridad de competencia de ese país, ha creado un grupo de trabajo que vigilará el comportamiento de algunos mercados y advertirá a empresas sospechosas de tomar ventaja de circunstancias excepcionales –ya se vio, por ejemplo, el caso de precios excesivos de gel antibacterial tanto en ese país y casos similares en Turquía, Italia, Rusia, Brasil y Kenia–. También aconsejará al gobierno sobre cómo asegurar que el derecho de la competencia no se entrometa en medidas que protegen la salud pública y la oferta de bienes y servicios esenciales, y emitirá recomendaciones en políticas y medidas legislativas que aseguren que los mercados puedan funcionar lo mejor posible en los siguientes meses.


En México, apenas hace unos días la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) emitió lineamientos que señalan que no se sancionarán los acuerdos de colaboración que pretendan mantener o incrementar la oferta para satisfacer la demanda y evitar la escasez de mercancías. Esto, porque al final se persigue el bienestar al consumidor y no se cataloga como una práctica ilegal de colusión. Asimismo, señaló que se vigilarán los mercados en donde se incremente de forma indiscriminada el precio –siempre y cuando ese aumento, especificó, sea el resultado de una colusión, aspecto que lo diferencia de otras autoridades de competencia–.

Hay varios puntos de estos lineamientos que sin duda generarán polémica entre los practicantes de esta materia. Sin embargo, me parece un gran acierto que un organismo autónomo como Cofece se decida a aportar desde su área lo que tiene en la mira durante esta emergencia. Esperemos que pronto veamos resultados concretos frente a casos de distorsiones de mercados por todo el territorio, de los que ya hemos tenido conocimiento. También esta autoridad podría echar mano de la ayuda de la sociedad afectada, y desarrollar plataformas de denuncias y/o consulta para la emergencia.

Es el momento de que organismos técnicos como Cofece y Conamer den un paso al frente, aprovechen las plataformas tecnológicas, innoven en sus mecanismos y herramientas, tanto de consulta, como de sanción o extrañamiento. Serán útiles ante la emergencia. Además, si se abre la oportunidad estoy segura de que instancias reguladas, expertos y sociedad en su conjunto podemos ayudar a los organismos a actuar y mostrar los beneficios que las políticas de competencia y mejora regulatoria llevan a la población.



Coordinadora del Programa de Regulación y Competencia Económica de México Evalúa