/ sábado 23 de enero de 2021

¿Conejillos de Indias?

Más de 144 mil personas fallecidas por el Covid 19 y aquí no pasa nada. Nos toman el pelo con la cantaleta de las vacunas y la realidad es que nos damos cuenta de que, la información oficial está plagada de mentiras y opacidad.

La realidad es que la pandemia sigue incontrolable, cada día desolando a más familias y sin que se avizore un panorama optimista.

Desde el púlpito mañanero se echan las campanas al vuelo, con presentaciones de Marcelito Ebrard que presume de la llegada de miles de dosis. Al avión que arriba con el anhelado preventivo, se le recibe con espectacular propaganda y más funcionarios públicos, que si se tratara de un Jefe de Estado. Todo, faramalla.

Se guardan, por tiempo indefinido, las cuentas de lo que se ha invertido en las vacunas –que porque así se convino con la farmacéutica, ya que hay precios diferentes para los compradores-. ¿Hay quien se crea semejante perogrullada? La rumorología difunde que Pfizer regaló las dosis que se aplican y que no hay más contratos ni compromisos cerrados a futuro.

Según el inútil e inmoral, López Gatell, la estrategia para inocular a todos los mexicanos es magistral y dará resultado. Ignoraron a la red de vacunación existente –la que en verdad ha funcionado durante décadas- para ponerlo en manos del Ejército. Unas Fuerzas Armadas, que lo mismo construye aeropuertos, que sucursales bancarias; que “combate” al crimen organizado, que están a cargo de cuanto bomberazo se le ocurra al tlatoani.

Se prohíbe a las instituciones privadas y a los gobiernos estatales, comprar por su cuenta, lo que supondría una solución. La 4T acapara, en año electorero, a la única esperanza de detener la tragedia, pero sin la capacidad, la inteligencia ni las posibilidades de hacerlo.

Para cerrar el círculo de ése control –que es lo único que le importa a AMLO-, se ordena a las brigadas –netamente promotoras del voto-, conocidas como los “Servidores de la Nación (Nombrecito ridículo y pomposo), que acompañen a los médicos y enfermeras que inocularán la sustancia.

¿Cómo para qué hacen falta estas “nanas” que no saben ni como agarrar una jeringa? Vestidos del color distintivo de los morenacos, estarán ahí para hacer patente que, es el gobierno del tabasqueño el que está “regalando” la “salvación”. Por su papel electorero, a ellos sí se les vacunará.

El teatrito se les cayó cuando Pfizer cortó el suministro internacional, para ampliar sus instalaciones. Se develó la falsedad de las compras, que según ellos tenían comprometidas y AMLO mintió diciendo que la OMS había pedido que se donara parte de las vacunas adquiridas a países pobres. De haber sido cierto tendría que haberse apegado a aquello de que, “La caridad empieza por casa”.

Como flecha mandó a López Gatell a Argentina, de donde el cínico de Marras regresó diciendo que hay tratos para tener las opciones rusa y china. Ninguna de las dos tiene la aprobación internacional requerida, en vista de que no concluyen las investigaciones necesarias.

De una se sabe que no funciona para personas de la tercera edad y, reitero, su validez está en duda, en tanto no presenten la fase tres. Una fase que implica prueba en humanos, entre los que podríamos estar los aztecas, con carácter de conejillos de indias.

El manejo de la pandemia es desastroso y agobia el tener un Presidente al que, la cantidad de fallecidos le importa un sorbete, así los números crezcan. ¡Y le siguen creyendo!

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq


Más de 144 mil personas fallecidas por el Covid 19 y aquí no pasa nada. Nos toman el pelo con la cantaleta de las vacunas y la realidad es que nos damos cuenta de que, la información oficial está plagada de mentiras y opacidad.

La realidad es que la pandemia sigue incontrolable, cada día desolando a más familias y sin que se avizore un panorama optimista.

Desde el púlpito mañanero se echan las campanas al vuelo, con presentaciones de Marcelito Ebrard que presume de la llegada de miles de dosis. Al avión que arriba con el anhelado preventivo, se le recibe con espectacular propaganda y más funcionarios públicos, que si se tratara de un Jefe de Estado. Todo, faramalla.

Se guardan, por tiempo indefinido, las cuentas de lo que se ha invertido en las vacunas –que porque así se convino con la farmacéutica, ya que hay precios diferentes para los compradores-. ¿Hay quien se crea semejante perogrullada? La rumorología difunde que Pfizer regaló las dosis que se aplican y que no hay más contratos ni compromisos cerrados a futuro.

Según el inútil e inmoral, López Gatell, la estrategia para inocular a todos los mexicanos es magistral y dará resultado. Ignoraron a la red de vacunación existente –la que en verdad ha funcionado durante décadas- para ponerlo en manos del Ejército. Unas Fuerzas Armadas, que lo mismo construye aeropuertos, que sucursales bancarias; que “combate” al crimen organizado, que están a cargo de cuanto bomberazo se le ocurra al tlatoani.

Se prohíbe a las instituciones privadas y a los gobiernos estatales, comprar por su cuenta, lo que supondría una solución. La 4T acapara, en año electorero, a la única esperanza de detener la tragedia, pero sin la capacidad, la inteligencia ni las posibilidades de hacerlo.

Para cerrar el círculo de ése control –que es lo único que le importa a AMLO-, se ordena a las brigadas –netamente promotoras del voto-, conocidas como los “Servidores de la Nación (Nombrecito ridículo y pomposo), que acompañen a los médicos y enfermeras que inocularán la sustancia.

¿Cómo para qué hacen falta estas “nanas” que no saben ni como agarrar una jeringa? Vestidos del color distintivo de los morenacos, estarán ahí para hacer patente que, es el gobierno del tabasqueño el que está “regalando” la “salvación”. Por su papel electorero, a ellos sí se les vacunará.

El teatrito se les cayó cuando Pfizer cortó el suministro internacional, para ampliar sus instalaciones. Se develó la falsedad de las compras, que según ellos tenían comprometidas y AMLO mintió diciendo que la OMS había pedido que se donara parte de las vacunas adquiridas a países pobres. De haber sido cierto tendría que haberse apegado a aquello de que, “La caridad empieza por casa”.

Como flecha mandó a López Gatell a Argentina, de donde el cínico de Marras regresó diciendo que hay tratos para tener las opciones rusa y china. Ninguna de las dos tiene la aprobación internacional requerida, en vista de que no concluyen las investigaciones necesarias.

De una se sabe que no funciona para personas de la tercera edad y, reitero, su validez está en duda, en tanto no presenten la fase tres. Una fase que implica prueba en humanos, entre los que podríamos estar los aztecas, con carácter de conejillos de indias.

El manejo de la pandemia es desastroso y agobia el tener un Presidente al que, la cantidad de fallecidos le importa un sorbete, así los números crezcan. ¡Y le siguen creyendo!

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq