/ miércoles 27 de abril de 2022

Confusión y dolor

Podían haber votado por una populista y ultraderechista y no lo hicieron. Francia es el ejemplo de lo que supone contar con una sociedad politizada, cívica y consciente de lo que más le conviene, aún cuando esté desilusionada de su perspectiva política.

Un abismo con este trópico en el que, el ciudadano se deja llevar por la víscera, a la hora de emitir su voto y se va con el peor de los merolicos y leguleyos, en cuanto le prometen bajarle el cielo. Después viene la decepción.

Ejemplar también el señor Macron, presidente ahora reelecto de Francia, en el discurso en el que le dijo a la ciudadanía, que gobernará para todos y que no sufrieran quienes le iban a su contrincante. Se puede estar seguro de que así lo hará, a diferencia de un tlatoani que divide a “su pueblo” y que sólo ve y escucha, a quienes se declaran sus incondicionales.

Un Ejecutivo Federal que se contradice en todo lo que afirmaba en sus eternas campañas, como sucede en relación a la soberanía nacional. Salió el deplorable y fascistoide Trump, a decir que “doblegó a López” -y de paso a México-, al amenazar con imponer impuestos en el caso de que no mandara soldados a la frontera sur, a fin de evitar el ingreso de los centroamericanos. Al conocerse la información, la respuesta del tabasqueño fue patética: dijo que no se ofendía por la supuesta falta de respeto, “porque Trump es así, es mi amigo, aunque sea capitalista”. El calibre de indignidad es propio de un lacayo servil, oportunista y capaz de evadir cualquier responsabilidad. A esto sí se le puede calificar de ¡traición a la patria! Marcelo Ebrard se tragó el sapo más grande de su carrera, justificando la conducta de AMLO y poniéndolo como un “patriota”, perogrullada que confirma la falta de valores a la que puede llegar un funcionarete, por quedar bien con su amo.

En medio de estas aberraciones, la crueldad y el dolor de la muerte de Debanhi Escobar, la joven regiomontana que apareció en una cisterna, a los 13 días de su búsqueda. Poco se refirió el protagónico de las palaciegas mañaneras, a un tema que en verdad preocupa. El número de feminicidios al alza y él se dedica a atacar a Carlos Loret de Mola, mientras la problemática nacional nos rebasa.

El caso de Debanhi conmovió incluso, más allá de nuestras fronteras. La cantidad de pifias que cometieron los “investigadores” oficiales, da cuenta de la falta de preparación de estos cuerpos policiacos, incapaces de encontrarla, a pesar de que se estuvieron moviendo a pocos metros de donde la habían tirado. ¿Quién asesinó a esta chica? Como en la mayoría de los expedientes criminales, privará la impunidad. Una impunidad que facilita el que cada día se cometan más delitos, en vista de que no se sancionan.

Y volvemos a la lacra del machismo: atavismo cultural que se ejerce desde el Palacio de gobierno, hasta los estratos más bajos y altos de la sociedad. Un azote que no cambia, a pesar de la batalla de millones de mujeres, condenadas más que nunca, a la inseguridad y al sálvese la que pueda.

Si a estas causales le sumamos la del tráfico de personas (Hay que escuchar a la brillantísima Patricia Olamendi), se cierra el círculo perverso, por el que las mexicanas estamos cada día más impotentes, frente a la realidad de perder la vida en cualquier momento. A López ni le va ni le viene. Vive para contemplarse en el espejito de su adoración, mientras la conflictiva se generaliza y nos ahoga.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Podían haber votado por una populista y ultraderechista y no lo hicieron. Francia es el ejemplo de lo que supone contar con una sociedad politizada, cívica y consciente de lo que más le conviene, aún cuando esté desilusionada de su perspectiva política.

Un abismo con este trópico en el que, el ciudadano se deja llevar por la víscera, a la hora de emitir su voto y se va con el peor de los merolicos y leguleyos, en cuanto le prometen bajarle el cielo. Después viene la decepción.

Ejemplar también el señor Macron, presidente ahora reelecto de Francia, en el discurso en el que le dijo a la ciudadanía, que gobernará para todos y que no sufrieran quienes le iban a su contrincante. Se puede estar seguro de que así lo hará, a diferencia de un tlatoani que divide a “su pueblo” y que sólo ve y escucha, a quienes se declaran sus incondicionales.

Un Ejecutivo Federal que se contradice en todo lo que afirmaba en sus eternas campañas, como sucede en relación a la soberanía nacional. Salió el deplorable y fascistoide Trump, a decir que “doblegó a López” -y de paso a México-, al amenazar con imponer impuestos en el caso de que no mandara soldados a la frontera sur, a fin de evitar el ingreso de los centroamericanos. Al conocerse la información, la respuesta del tabasqueño fue patética: dijo que no se ofendía por la supuesta falta de respeto, “porque Trump es así, es mi amigo, aunque sea capitalista”. El calibre de indignidad es propio de un lacayo servil, oportunista y capaz de evadir cualquier responsabilidad. A esto sí se le puede calificar de ¡traición a la patria! Marcelo Ebrard se tragó el sapo más grande de su carrera, justificando la conducta de AMLO y poniéndolo como un “patriota”, perogrullada que confirma la falta de valores a la que puede llegar un funcionarete, por quedar bien con su amo.

En medio de estas aberraciones, la crueldad y el dolor de la muerte de Debanhi Escobar, la joven regiomontana que apareció en una cisterna, a los 13 días de su búsqueda. Poco se refirió el protagónico de las palaciegas mañaneras, a un tema que en verdad preocupa. El número de feminicidios al alza y él se dedica a atacar a Carlos Loret de Mola, mientras la problemática nacional nos rebasa.

El caso de Debanhi conmovió incluso, más allá de nuestras fronteras. La cantidad de pifias que cometieron los “investigadores” oficiales, da cuenta de la falta de preparación de estos cuerpos policiacos, incapaces de encontrarla, a pesar de que se estuvieron moviendo a pocos metros de donde la habían tirado. ¿Quién asesinó a esta chica? Como en la mayoría de los expedientes criminales, privará la impunidad. Una impunidad que facilita el que cada día se cometan más delitos, en vista de que no se sancionan.

Y volvemos a la lacra del machismo: atavismo cultural que se ejerce desde el Palacio de gobierno, hasta los estratos más bajos y altos de la sociedad. Un azote que no cambia, a pesar de la batalla de millones de mujeres, condenadas más que nunca, a la inseguridad y al sálvese la que pueda.

Si a estas causales le sumamos la del tráfico de personas (Hay que escuchar a la brillantísima Patricia Olamendi), se cierra el círculo perverso, por el que las mexicanas estamos cada día más impotentes, frente a la realidad de perder la vida en cualquier momento. A López ni le va ni le viene. Vive para contemplarse en el espejito de su adoración, mientras la conflictiva se generaliza y nos ahoga.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq